Tiene
un principio desconcertante, pues en el prólogo sabremos que el
inspector Unai López de Ayala está herido grave, sin embargo él es
el narrador, y pasa a relatarnos lo que sucedió. Por lo que desde la
primera página te mantiene en la incógnita de ¿qué le habrá
pasado? ¿sobrevivirá?
Él
es especialista en perfilación criminal, y trabaja con su compañera
Estíbaliz Ruiz de Gauna que es especialista en victimología. Ambos,
bajo la supervisión de la subcomisaria Alba Díaz de Salvatierra, se
van a enfrentar a una investigación complicada, empezando porque
parece haber vuelto a actuar un asesino en serie veinte años después
del primer asesinato. Pero esa persona, a quien declararon culpable,
Tasio Ortiz de Zárate, está todavía en la cárcel. Así que no
será fácil resolver el caso o los casos, que tienen en común que
el apellido de las víctimas es compuesto y a su vez podrían tener
relación con algunos rituales de la mitología vasca. Teniendo
además en contra el tiempo, pues el asesino no descansa, y prevenir
más asesinatos parece tarea imposible.
La
trama está muy bien estructurada porque combina dos espacios
temporales, el actual y finales de los años 60, por lo que la
intriga es continua, además va aportando datos de manera pausada,
haciendo que la reconstrucción de los hechos sea un puzzle con
bastantes piezas que a veces no encajan, pero con algunos giros y
sorpresas de última hora los lectores seremos partícipes de
secretos familiares que ni los mismos personajes podían imaginar.
Éstos tienen en común el convivir con fantasmas de su pasado, lo
que les influye en su actitud, carácter y comportamiento ante la
vida.
Por
otra parte me han llamado la atención algunas cosas: el tema de los
gemelos, pues soy madre de mellizas, y siempre me entra curiosidad
con todo lo que tiene relación con esto; que haya personajes
pelirrojos, pues creo que me los he encontrado pocas veces en las
novelas; y especialmente me ha gustado la relación de Unai con su
abuelo, esa complicidad y cariño, y la sabiduría que desprende.
También
es magnífica la ambientación en la ciudad de Vitoria y los
alrededores, con la descripción de monumentos (incluso hay un guiño
a Ken Follett al citar su escultura), calles, locales del casco
viejo, así como el desarrollo de algunas de sus fiestas y
tradiciones más emblemáticas. Al igual que habla del ambiente de
las cuadrillas de amigos o de la costumbre de tomar pinchos por los
bares. Consiguiendo con todo esto animar a que nos acerquemos por
esta tierra.
Además
podemos seguir los pasos del inspector Ayala, conocido en sus
círculos como Kraken, en el siguiente volumen de esta trilogía de
la Ciudad Blanca, titulado “Los ritos del agua”.
Algunas
frases del libro:
“Me
costó entender que no tenía nada que hacer, que la verdad no le
importaba a nadie. Solo los hechos: había un culpable en la cárcel,
y los asesinatos cesaron.”
“La
realidad y la ficción eran hermanas gemelas, una se retroalimentaba
de la otra.”
“Porque
a veces, solo a veces, uno sabe que está en lo cierto, que reconoce
un patrón y allí está: la certeza.”
“A
veces el tiempo que marca el calendario no tiene nada que ver con el
tiempo mental o emocional que cada uno vive por dentro.”
Contracubierta
o parte de la misma:
Tasio
Ortiz de Zárate, el brillante arqueólogo condenado por los
asesinatos que horrorizaron Vitoria hace dos décadas, está a punto
de salir de prisión cuando los crímenes se reanudan. En la catedral
Vieja, una pareja de veinte años aparece muerta por picaduras de
abeja en la garganta. Pero sólo serán los primeros.
Unai
López de Ayala, un joven experto en perfiles criminales, está
obsesionado con prevenir los asesinatos, una tragedia personal no le
permite encararlos como uno más. Sus métodos enervan a Alba, la
subcomisaria, con la que mantiene una ambigua relación marcada por
los crímenes..., pero el tiempo corre en su contra y la amenaza
acecha en cualquier esquina. ¿Quién será el siguiente?
Lleva tiempo entre mis pendientes este libro. A ver cuándo me animo, que estoy segura que lo voy a disfrutar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Qué ganas de leerlo!
ResponderEliminarLeí el anterior y aunque me pareció entretenido algunas cosas me chirriaron un poco. Supongo que aquí no pasa. Lo único que soy un poco aprensiva con el tema bebés.
ResponderEliminarEstá en los de no sé.
Besos
Me gusta este tipo de libros que te mantiene en vilo y que te interesan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tengo gana de probar con este libro, aunque hace poco he conocido opiniones no tan positivas. Un besote!
ResponderEliminarTengo ganas de estrenarme ya con esta autora, que casi todos coincidís en que la novela está muy bien.
ResponderEliminar¡Hola! Ultimamente no hago más que escuchar el nombre de esta autora. Sus novelas están pegando fuerte, gustan mucho y veo que a ti también te ha gustado
ResponderEliminarBesos
No me he animado todavía a leer a esta escritora, aunque tengo los dos libros. Cuestión de tiempo :)
ResponderEliminarBesos.
Me gustó bastante, mucho más que el segundo. Esperando el cierre de la trilogía.
ResponderEliminarUn beso ;)
A mí "no me ha acabado". Veo una autora prometedora, pero con demasiados tics. Uno de ellos es su obsesión por hacer presente la ciudad hasta en detalles que no pintan nada: el nombre de una pastelería y lo bien que hacen ciertos bollos, cómo es un parque, etc. Igualmente, hay exceso de personajes (la embarazada fumadora, por ejemplo, innecesaria) y una querencia excesiva por rizar el rizo.
ResponderEliminarYo he leído la segunda entrega de la serie. Creo que es mejor, que la autora va librándose de esos "defectos", aunque aún tiene esa obsesión por lo extremo, lo que resta verosimilitud.