Ilustraciones
de Mónica de Rivas
Es de esos libros para leer despacio, a ratos, en orden o al azar, para releer, para pensar, para sentir, para emocionarse.
El
prólogo de Angel Talián nos abre las puertas a esta otra faceta de
Dani Rovira, la creación de estos microcuentos que de twitter han
saltado al papel. En parte, según he leído (enlace aquí) tuvo algo
que ver la autora de las ilustraciones. Las cuales son parte y
complemento de estas historias mínimas.
Por
cierto, en la edición, he echado de menos alguna información sobre la
ilustradora.
Pero
de Dani Rovira si hay unas líneas rememorando sus comienzos de
cuentacuentos, y recuerda que continua “contando, viviendo,
escuchando y creando historias”.
Algunas frases del libro:
“El
miedo nunca ganó a la felicidad. El miedo tan sólo era una palabra
de cinco letras.”
“Desde el comienzo de los tiempos las olas, sin saberlo, afrontan espumosas y felices el momento de morir en la orilla.”
Contracubierta o parte de la misma:
Es
uno de esos libros que yo, como amante de las pequeñas historias y
las grandes emociones adoraría tener entre mis manos. El amor, la
nostalgia, la ilusión, las hipótesis, las ansias de latir son
algunos de los sugerentes elementos que os pongo y propongo encima de
la mesa. Si algún niño se pierde en un mar de dudas ante él,
acudan a un adulto... y viceversa.
Disfruten
de todos y cada uno de los recovecos de mi pecho y mi cabeza.