Subtítulo: la invención de los libros en el mundo antiguo.
Premio Nacional de Ensayo 2020
No puedes perderte “El infinito en un junco” si amas los libros y la lectura. Porque es un viaje al corazón del origen de los libros, que da una gran lección de historia contada como un cuento de aventuras y con unas cuantas anécdotas. Por lo que aunque sea un ensayo, el estilo narrativo lo hace ameno.
Mientras viajamos entre Grecia y Roma, pasando por Alejandría, y algún salto a la actualidad, junto a los personajes que gobernaron el mundo antiguo, y también con quienes fueron grandes sabios, así como con la sociedad de cada época, va analizando como de la narración oral se pasó a la escritura, como se lee en cada período, según el material de los escritos, por ejemplo la forma especial de leer un rollo de papiro. Y la repercusión de todo esto en la humanidad.
A su vez presenta el libro como un objeto único, como algo que es imposible poder crear alguna cosa mejor. Además, cuando no existía la imprenta, cada libro era singular. Así que, si desaparecía: “una voz era silenciada para siempre.”
Hace también referencias a cuando ardió la Biblioteca Nacional de Sarajevo, en la guerra de los Balcanes, y los habitantes de la ciudad llamaron “mariposas negras” a los rescoldos que durante días cayeron sobre ellos. Explicando, además, la coincidencia de que en el libro “Fahrenheit 451” de Bradbury, los bomberos incendiarios usan la misma metáfora.
Es mucha la información y muchos los datos que aporta, siempre relacionados con libros, bibliotecas, librerías, escritores, películas, directores, etc. Que recopila al final en un índice onomástico. Además de varias páginas de bibliografía.
Pero no todo lo que narra es historia y referencias, también habla de impresiones como de la sensación de perderte dentro del mundo del libro que estás leyendo, de la lectura de los libros como refugio, como salvavidas interior. En un bonito homenaje al mundo de la escritura y de la lectura.
Precisamente son muchas las frases que me han gustado, por lo que dicen, por lo que transmiten. Aquí solo he puesto unas pocas. Así que os recomiendo que leáis este libro, porque os va a aportar mucho.
Algunas frases del libro:
“La pasión del coleccionista de libros se parece a la del viajero. Toda biblioteca es un viaje; todo libro es un pasaporte sin caducidad.”
“Leer es un ritual que implica gestos, posturas, objetos, espacios, materiales, movimientos, modulaciones de luz. Para imaginar cómo leían nuestros antepasados necesitamos conocer, en cada época, esa red de circunstancias que rodean el íntimo ceremonial de entrar en un libro.”
“Toda sociedad aspira a perdurar y ser recordada. El acto de escribir alargaba la vida de la memoria, impedía que el pasado se disolviera para siempre.”
“Donde los documentos se eliminan y los libros no circulan libremente, es muy fácil modificar a placer, impunemente, el relato de la historia.”
“Las librerías son esos territorios mágicos donde, en un acto de inspiración, escuchamos los ecos suaves y chisporroteantes de la memoria desconocida.”
Contracubierta o parte de la misma:
Este es un libro sobre la historia de los libros. Un recorrido por la vida de ese fascinante artefacto que inventamos para que las palabras pudieran viajar en el espacio y en el tiempo. La historia de su fabricación, de todos los tipos que hemos ensayado a lo largo de casi treinta siglos: libros de humo, de piedra, de arcilla, de juncos, de seda, de piel, de árboles y, los últimos llegados, de plástico y luz.
Es, además, un libro de viajes. Una ruta con escalas en los campos de batalla de Alejandro y en la Villa de los Papiros bajo la erupción del Vesubio, en los palacios de Cleopatra y en el escenario del crimen de Hipatia, en las primeras librerías conocidas y en los talleres de copia manuscrita, en las hogueras donde ardieron códices prohibidos, en el gulag, en la biblioteca de Sarajevo y en el laberinto subterráneo de Oxford en el años 2000. Un hilo que une a los clásicos con el vertiginosos mundo contemporáneo, conectándolos con debates actuales: Aristófanes y los procesos judiciales contra humoristas, Safo y la voz literaria de las mujeres, Tito Livio y el fenómeno fan, Séneca y las posverdad...
Pero, sobre todo, esta es una fabulosa aventura colectiva protagonizada por miles de personas que, a lo largo del tiempo, han hecho posibles y han protegido los libros: narradores orales, escribas, iluminadores, traductores, vendedores ambulantes, maestras, sabios, espías, rebeldes, monjas, esclavos, aventureras... Lectores en paisajes de montaña y junto al mar que ruge, en las capitales donde la energía se concentra y en los enclaves más apartados donde el saber se refugia en tiempos de caos. Gente común cuyos nombres en muchos casos no registra la historia, esos salvadores de libros que son los auténticos protagonistas de este ensayo.
Imagen de la cubierta: Papyrus, de James Bruce / Yale center for British Art, Paul Mellon Collection, USA / Bdridgeman Images