Premio Herralde de Novela 1985
Una historia de amor no correspondido. Un amor pasional y casi obsesivo, sin discernir sueño de realidad, que lleva a Elsa a tomar una decisión extrema en su vida.
Contada a través de María, la maestra del pueblo, quien relata así su propia llegada a una aldea de las Alpujarras:
“Cuando me dirigía a esta aldea en la que conocí a Elsa, venía con el propósito de abandonarla si no lograba soportar la soledad que me esperaba.” “Me dirigía a un lugar que se elevaba a mil quinientos metros por encima del nivel del mar. A medida que iba subiendo crecía la intensidad del silencio que silbaba en mis oídos. Cuando al fin divisé el valle del Poqueira me quedé anonadada: era el paisaje más bello que yo había visto en mi vida.”
A Elsa su obsesiva relación con Agustín Valdés le lleva a escribir un cuaderno donde plasma sus sentimientos:
“Pues aquí, en esta aldea, marginada de la historia y lejos de los que rigen los destinos humanos, me parece haber caído en un mundo otro, enigmático y cruel. Tengo la impresión de estar tocando ya el final con una mano. Soy demasiado débil y mi desesperanza, en cambio, es demasiado grande para esta soledad de las montañas. Me siento subida a una extraña plataforma aérea, lanzada ya hacia la muerte. Y tú, Agustín, me destruyes. Mira cómo me haces enfermar: débil por ti, enloquecida por ti, que sólo me das tu silencio.”
“Por ti me muero y no soy capaz de hacer nada por verte. Temo que tú nunca me puedas amar”.
Más frases del libro:
“Estaba rígida, inmóvil, adherida a la tierra y formando parte de la montaña, igual que sus plantas, sus árboles, sus rocas, sus piedras...Todo se cubría por igual con la blancura de la nieve. Desde las cumbres más altas, desde el Mulhacén y el Veleta, picos helados e inhumanos, bajaba un viento enérgico que azotaba mi cuerpo. Aquel grandioso y gélido espectáculo se apoderó de mí. Nada podía hacer ni pensar. Al fin me dejé caer junto a Elsa, sobrecogida por el poderoso silencio de las montañas y de la muerte. Y me pareció que ella vibraba ahora con la misma pulsación de la tierra. Deseé dejarla allí para siempre, en aquel espacio, tan ajeno al mundo de los hombres, que ella misma había elegido para confundirse con él, para pertenecerle, como si por fin hubiera encontrado su sitio.”
El título del libro corresponde a un cuento de Franz Kafka, al que la autora hace referencia al final de la narración.
Esta escritora se especializó en guión cinematográfico, y su novela corta “El Sur” fue llevada al cine en 1983 dirigida por Víctor Erice.
Una historia de amor no correspondido. Un amor pasional y casi obsesivo, sin discernir sueño de realidad, que lleva a Elsa a tomar una decisión extrema en su vida.
Contada a través de María, la maestra del pueblo, quien relata así su propia llegada a una aldea de las Alpujarras:
“Cuando me dirigía a esta aldea en la que conocí a Elsa, venía con el propósito de abandonarla si no lograba soportar la soledad que me esperaba.” “Me dirigía a un lugar que se elevaba a mil quinientos metros por encima del nivel del mar. A medida que iba subiendo crecía la intensidad del silencio que silbaba en mis oídos. Cuando al fin divisé el valle del Poqueira me quedé anonadada: era el paisaje más bello que yo había visto en mi vida.”
A Elsa su obsesiva relación con Agustín Valdés le lleva a escribir un cuaderno donde plasma sus sentimientos:
“Pues aquí, en esta aldea, marginada de la historia y lejos de los que rigen los destinos humanos, me parece haber caído en un mundo otro, enigmático y cruel. Tengo la impresión de estar tocando ya el final con una mano. Soy demasiado débil y mi desesperanza, en cambio, es demasiado grande para esta soledad de las montañas. Me siento subida a una extraña plataforma aérea, lanzada ya hacia la muerte. Y tú, Agustín, me destruyes. Mira cómo me haces enfermar: débil por ti, enloquecida por ti, que sólo me das tu silencio.”
“Por ti me muero y no soy capaz de hacer nada por verte. Temo que tú nunca me puedas amar”.
Más frases del libro:
“Estaba rígida, inmóvil, adherida a la tierra y formando parte de la montaña, igual que sus plantas, sus árboles, sus rocas, sus piedras...Todo se cubría por igual con la blancura de la nieve. Desde las cumbres más altas, desde el Mulhacén y el Veleta, picos helados e inhumanos, bajaba un viento enérgico que azotaba mi cuerpo. Aquel grandioso y gélido espectáculo se apoderó de mí. Nada podía hacer ni pensar. Al fin me dejé caer junto a Elsa, sobrecogida por el poderoso silencio de las montañas y de la muerte. Y me pareció que ella vibraba ahora con la misma pulsación de la tierra. Deseé dejarla allí para siempre, en aquel espacio, tan ajeno al mundo de los hombres, que ella misma había elegido para confundirse con él, para pertenecerle, como si por fin hubiera encontrado su sitio.”
El título del libro corresponde a un cuento de Franz Kafka, al que la autora hace referencia al final de la narración.
Esta escritora se especializó en guión cinematográfico, y su novela corta “El Sur” fue llevada al cine en 1983 dirigida por Víctor Erice.