La
verdad es que no sabía mucho de este libro, exceptuando que se
desarrolla en Valencia. Así que me ha ido sorprendiendo según iba
leyendo sus páginas.
Por
una parte, me ha gustado el encontrar una novela dentro de la propia
novela, una técnica literaria que no debe resultar fácil, sobre
todo, si el autor no quiere liar al lector con los personajes. Y en
este caso me han resultado claras las partes. Teniendo a su vez
ciertas conexiones ambas, con una trama que engancha. Y unos
personajes que no pasan desapercibidos, como: la mente desquiciada de
Q, el personaje del escritor, por su actitud un tanto “diábolica”,
ya que recrea las escenas de sus novelas antes de escribirlas, para
que sean super realistas (mejor no dar detalles para que sea más
soprendente la lectura), pues cree que un escritor es en realidad
todos sus personajes. Y también está su alter ego, en los libros
que escribe, en la figura del personaje de Mentor. Luego está la
brillantez de David Grau, un brigada algo atípico por su condición
sexual. Y como contrapartida la candidez (rozando el absurdo) del
subteniente Víctor Manceñido, y su inolvidable frase de: “me cago
en mi puta calavera negra”.
Por
otra parte, está la crítica a la situación política de Valencia
de los últimos años y a uno de sus problemas que ha sido el
despilfarro. Y este tema de la corrupción política (tan de
actualidad) aparece varias veces integrado dentro de la narración,
utilizando metáforas, como la de los algarrobos y los olivos, donde
critica a los políticos, a los de siempre, a los mandamases, a los
de toda la vida. Y junto a esto está la ambientación en esta
ciudad, que al ser la mía, ha hecho que me resulten familiares los
lugares y las descripciones que hace de los mismos, tanto calles,
como locales, como monumentos, como paisajes. Resultándome fácil
imaginar lo escenarios. Por cierto es impresionante la descripción
minuciosa que hace el autor de una mascletá y su entorno.
Aparte
me han parecido llamativas las referencias en un par de ocasiones a
los autores de blogs, diciendo: “a quien se le ocurriría el
invento que ha provocado que cualquier imbécil se crea escritor,
periodista, opinador o todo a la vez.” Y el comentario sobre que:
“si el sueño de la razón produce monstruos, internet, además, te
los mete en casa.”
Y
volviendo a esa otra parte metaliteraria, en el contexto se habla de
los libros ya publicados por Q, así podremos leer el relato del
primer caso de David Grau “El huerto del inglés”, una historia
que no deja indiferente.
Y
es que esta novela negra, que comienza con una escena bastante
impresionante, contiene mucho más que lo que a simple vista parece.
Algunas
frases del libro:
“Todo
el proceso de escritura es una continua corrección.”
“Era
demasiado periodista para ser escritor. Solo podía contar y recrear
aquello que podía ver, comprobar o sentir.”
“El
futuro solo es lo que tiene que venir, queramos o no.”
“Lo
más extraño de hacer algo aparentemente terrible es que, al cabo de
un tiempo, lo olvidas por completo y sigues viviendo como si nada
hubiera pasado.”
“Un
creador de historias es un prisma de miles de caras y cada vez que
una de sus criaturas dice algo, el que habla en realidad es el propio
escribidor.”
Contracubierta o parte de la misma:
La
trama arranca con el hallazgo de un cadáver en un recodo del río
Turia. El asesino parece recrear un antiguo ritual romano reservado a
los reos culpables de parricidio. El crimen salpica a los poderosos
de la sociedad valenciana, que pronto dejarán al descubierto el
pantano silencioso, símbolo de la decadencia y la corrupción, sobre
el que se alza la ciudad. La investigación se verá envuelta en este
fango escondido y peligroso, desvelando oscuros episodios de nuestro
pasado.