A
veces el destino sorprende, y la casualidad hizo que empezase a leer
esta novela cuando llevábamos 20 días de confinamiento. Y me
encontré esa primera página donde habla de la canción Libre de
Nino Bravo, compuesta junto a José Luis Armenteros. Por un lado es
interesante saber en homenaje de quien la escribieron. Por otro ese
canto universal a la libertad, es también mi canto (el canto de
todos) estos días.
Otra
casualidad mientras leía este libro es que falleció Luis Eduardo
Aute, y una de sus canciones “Aleluya” es la preferida del
personaje de Sofía.
Aunque
no es la única música que acompaña a este relato. Pues la propia
autora nos cuenta en los agradecimientos que su hijo Javier compuso
una banda sonora, que se puede encontrar y escuchar en plataformas
musicales.
Este
libro nos lleva de viaje a Madrid, a París y a Berlín. A partir de
los años 60 del siglo pasado. Cuando España era una dictadura bajo
el mandato de Franco, en Francia se hicieron las protestas en mayo
del 68, y en Alemania se construyó el muro. Una época de
contraespionaje, en la que la Stasi y la KGB, como servicios de
inteligencia, jugaron papeles importantes.
Y
en medio de esos acontecimientos (hoy históricos) se mueven los
personajes.
En
Madrid viven Sofía, una mujer joven que se siente vacía. Muy
influenciada por su marido, por sus suegros, y por su madre, que
defienden que una mujer debe dedicarse a su casa, a sus hijos y a su
esposo. Solo tiene el apoyo de su padre, de mente mas abierta, que sí
quiere que estudie, que sea universitaria, que se dedique a su
profesión.
Y
Daniel, marido de Sofía, que siempre ha hecho lo que ha querido su
padre, quien le ha educado a la antigua. Pero la llegada de una carta
anónima hará que se remueva su pasado, y sienta la necesidad de
saber quién es. Lo que, cual efecto dominó, acabará afectando a
más gente.
En
París vive Monique,
una joven que representa la libertad. La libertad como persona de
poder decidir por sí misma. Su libro de cabecera es “El segundo
sexo” de Simone de Beauvoir. Y es quien le abre los ojos a Sofía
hablándole del pensamiento filosófico y de los derechos de las
mujeres.
En
Berlín viven Klaus y Bettina, que sienten estar presos, desde que un
día construyeron un muro en su ciudad.
Junto
a todos ellos hay otros personajes que en mayor o menor medida son
parte de la trama. Y que complementan el destino de los principales
protagonistas.
Me
ha gustado el argumento, los personajes y los temas. Que hacen
reflexionar sobre el pasado, no tan lejano, y la lucha por la
supervivencia y la libertad de los seres humanos.
Es
tremendo el no tener la libertad de decidir dónde o cómo querer
vivir. El poder sobre las personas. Los límites a los que puede
llegar el ser humano, sin importar los daños colaterales. Las
decisiones vitales que se pueden llegar a tomar, rozando el extremo
más arriesgado. Y como la consecuencia final de todo pueden ser las
vidas robadas a personas como tú o como yo.
Algunas
frases del libro:
“Se
había convertido en todo lo que su madre quería que fuera, en todo
lo contrario de lo que ella quería ser, de lo que su padre había
previsto que pudiera llegar a ser. Sentía que le había defraudado y
que se había defraudado a sí misma.”
“Hay
cosas que deben asimilarse poco a poco.”
“Espero
que este comentario quede entre tú y yo, porque en mi país por
mucho menos te envían a la cárcel. Es lo que tienen las dictaduras,
que no admiten la crítica.”
“La
gente que lee puede ser muy peligrosa para aquellos que pretenden el
pensamiento único. La lectura es el germen de toda revolución.”
“A
veces el miedo era la única forma de garantizar el silencio.”
“Cada
uno escribe su propia historia”.
“Si
le privas a la gente de libertad no podrás convencerlos nunca, y
mucho menos a la juventud que necesita volar y elegir y equivocarse,
y caer, y levantarse, y triunfar y rendirse, y hasta fracasar. Los
jóvenes necesitan vivir su vida, no la que les impongan un grupo de
prebostes desde un despacho, pretendiendo controlar hasta el número
de los latidos del corazón.”
Contracubierta
o parte de la misma:
La
anodina vida de Sofía y Daniel cambia radicalmente cuando él recibe
una carta anónima en la que se le dice que Sagrario, a la que
venera, no es su verdadera madre y que si quiere conocer la verdad de
su origen debe ir a París esa misma noche. Intrigado, pregunta a su
padre por esta cuestión y él le recomienda que lo deje pasar, que
no remueva el pasado. Sin embargo, hay preguntas que necesitan una
respuesta, y esa búsqueda desencadenará una sucesión de terribles
acontecimientos y encuentros inesperados de infortunado desenlace que
trastocarán su vida y la de su mujer, Sofía, para siempre.