Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

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domingo, 31 de enero de 2021

LAS MAÑANAS DEL CAFÉ ROSTAND de Ismaíl Kadaré


De casualidad, en la biblioteca, encontré este libro. Me llamó la atención el título. Y al leer la contracubierta me atrajo que hablase de París y sus cafés. Pero la realidad ha estado algo lejos de lo que pensé. Aunque el resultado final ha sido que he conocido un país del que no sabía apenas nada, Albania.
Ismaíl Kadaré escribe diversos pensamientos, reflexiones, vivencias, impresiones, que abarcan casi toda su vida, como escritor y como ciudadano de un país que tiene una larga historia de cambios políticos a su espalda. Con diferentes gobernantes: otomanos, monarquía, comunismo, república. Y religiones: cristianismo e islamismo.
“Quinientos años después. Todos se preguntan: ¿Cómo es posible? Después la mayoría prefiere tranquilizarse. No tiene la menor importancia. Es circunstancial. Una tontería.
Entre Albania y los otomanos se extiende el siglo más inmisericorde de la historia, el siglo veinte. Obcecado, dantesco, beethoveniano, Albania lo ha ido cargando sobre sus espaldas año tras año. Liberación de los otomanos. Primer estado republicano albanés. A continuación, primer rey alemán, como en Grecia, según usos balcánicos. Guerra Mundial con sus abismos. República de nuevo, monarquía después, esta vez albanesa. Después Europa, modelo italiano, A continuación, modelo revisado, alemán. Después antiEuropa, modelo comunista. Seguidamente hiperEuropa, modelo atlántico. Epílogo con dos Albanias. Ambas bajo el paraguas de la OTAN. Y de pronto... Jabal y Jabla surgen de una negrura de cinco siglos.
¿Es este un sueño? ¿Albaneses con banderas árabes en las concentraciones? ¿Esas gentes que, como se murmura, pasan de albaneses subyugados a despertarse como musulmanes liberados? ¿Esas increíbles noticias que van de acá para allá como el viento entre las dos Albanias?”
También habla de la situación de los escritores, algo más concretamente de los poetas, y específicamente de las mujeres. Son muchos los temas que aborda, recogidos a lo largo de los años que estuvo yendo al Café Rostand. Así expone sus puntos de vista desde su exilio en París, cuando el comunismo estaba instaurado en su país. Reconstruyendo con sus recuerdos y sus vivencias el pasado que le tocó vivir.

Algunas frases del libro:
“Como la mayoría de los cafés, el Rostand debía gozar de sus propias zonas misteriosas, esas que se creaban entre los clientes y el local y que nunca se explicaban. Eran tantas las personas, con multitud de pensamientos tan diversos, que era imposible que no se produjera un toma y daca entre ellas y el café en el interior de un espacio tan angosto. Mas resultaba por completo imperceptible captar lo que el café tomaba de ellas y, aún más, lo que les daba.”

Contracubierta o parte de la misma:
Ismaíl Kadaré evoca el café en el que tantas horas pasó desde su primer encuentro en París al principio de los años setenta, cuando el régimen comunista de su Albania natal le permitió salir del país unos días para trasladarse a la capital francesa a petición de su editor, Kadaré nos cuenta las primeras sensaciones que sintió al verse en París y la relación especial que desde entonces mantuvo con esta ciudad que tantos años después le acogió permanentemente cuando pudo dejar su país. Durante años, cada mañana, aún hoy en día, ha pasado las horas escribiendo sobre una de las mesas del café Rostand, frente a los jardines de Luxemburgo. Por las páginas de “Las mañanas del café Rostand” pasan los recuerdos de sus vivencias en Tirana y Moscú, sus amigos de juventud en una Albania opresiva y gris, sus primeras lecturas de “Macbeth”, su pasión por las tragedias griegas, la libertad que vive intensamente en sus paseos por París, los escritores a los que tuvo ocasión de conocer, las “cosas inexactas, por no llamarlas irresponsables que se le ocurrían normalmente en España”.

Traducido del albanés por María Roces González
Título original: Mëngjeset në Kafe Rostand, motive të Parisit

Fotografía de la cubierta: Sarah Hadley

miércoles, 20 de enero de 2021

EL LIBRO DE MI MADRE de Albert Cohen


Albert Cohen publicó este libro en 1954, nueve años después de la muerte de su madre. Durante ese tiempo, y posteriormente, vivió con el peso de su ausencia. 
Su contenido es una loa a todas las madres, a la figura materna. Además, da consejos para quienes tienen a sus madres vivas, para que sean más dulces con ellas, para que las amen. 
Comienza mostrando el amor que un hijo puede sentir por su madre, que él mismo siente. Y lo hace como un canto desde lo más profundo de su corazón. Para continuar recordando momentos vividos con ella, su más tierna infancia en la isla de Corfú (Grecia), su llegada a Marsella (Francia), y cuando ya de adulto fue a vivir y a trabajar a Ginebra (Suiza) y su madre lo visitaba. 
Pero luego se pone un poco mas trascendental al compartir sus sensaciones cuando piensa cómo sería su vida si su madre siguiera viva. También explica los momentos en que tuvo la necesidad de que Dios le diera fe, para creer que volvería a ver a su madre cuando él muriera. 
Aunque su tono más desesperado es cuando siente que nunca más será hijo, que nunca más volverá su madre a verle y nunca más charlarán. Precisamente ese “nunca más... mamá” engloba su aflicción interior. 
Para mi ha sido una lectura de las que me llegan directamente sin filtros a mi corazón. Mi madre murió cuando yo tenía trece años. Y aunque dentro de unos días harán cuarenta y dos años que sucedió, sigo sintiendo su vacío. 
En algunos aspectos he sentido empatía con el autor. Por lo que a pesar de lo breve, 144 páginas, me ha dejado su huella. 

Algunas frases del libro: 
“Se acabó, se acabó, mamá no volverá ya, nunca más. Qué solos estamos los dos, tú en tu tierra, yo en mi habitación. Yo, un poco muerto entre los vivos, tú, un poco viva entre los muertos.” 

“Llorar a la madre es llorar la infancia.” 

“Pero era un hijo. Los hijos no saben que sus madres son mortales.” 

“Hijos de madres aún vivas, no olvidéis que vuestras madres son mortales.” 

Contracubierta o parte de la misma: 
“El libro de mi madre” es una novela inolvidable del autor de “Bella del Señor”, considerada como una de las grandes novelas del siglo. El 10 de enero de 1943, la madre de Albert Cohen, enferma del corazón, murió en Marsella bajo la ocupación nazi. Para Cohen, a la sazón en Londres, este hecho significó una catástrofe de la que nunca se repondría. 
En este libro, del que se ha dicho que es la más bella novela de amor que jamás se haya escrito, el autor restituye su infancia en Marsella y sus años de adulto en Ginebra, dos etapas marcadas decisivamente por la omnipresente y entrañable figura materna. Y perfila un personaje femenino cuya irrepetible individualidad encaja magistralmente en las constantes universales que encarna: la madre que encuentra sentido a su existencia en el amor incondicional a su hijo, la mujer que disfruta y padece las pequeñas cosas de la vida, la judía emigrada que sufre extranjería espiritual en un mundo ajeno... 

Traducción de Javier Albiñana 
Título original: Le livre de ma mère 

Ilustración de la cubierta: The three ages of women, Gustav Klimt. Oronoz / Cover

domingo, 10 de enero de 2021

SAKURA de Matilde Asensi


“Sakura” significa cerezo en flor, una bonita palabra para darle título a esta novela, que me ha llevado de viaje de París a Japón, acompañada de una pizca de intriga y de muchas aventuras, protagonizadas por seis personas de distintas nacionalidades que no se conocían previamente, pero que juntas participarán en el juego creado por Ryoei Saito para encontrar el cuadro “El retrato del doctor Gachet” de Vincent Van Gogh, desaparecido misteriosamente. 
En esta convivencia contrasta la mentalidad, las costumbres y las tradiciones occidentales de cinco de los componentes del equipo, con el resto de personajes orientales, sobre todo, durante su estancia en Japón. Introduciéndonos en la cultura ninja. 
Además, hay otro elemento súper protagonista, otro cuadro de Van Gogh, “El retrato de Père Tanguy”, cuyo fondo es parte esencial de la trama. Que por otra parte, gracias a ésto me ha hecho redescubrir esta obra y conocer los grabados japoneses, así como la fascinación que sentía Van Gogh por el arte japonés. De igual manera me ha gustado el reconocimiento que hace la autora a los artistas urbanos, como Banksy y Bleck le Rat. 
Está narrado en primera persona, lo que hace que la lectura sea mas dinámica. Sin embargo, para mi gusto, se dan demasiadas explicaciones de cosas que por lógica se deducirían. Aunque sorprende en el final de la trama, con un argumento original. Menos la parte amorosa, que desde el inicio se veía venir, y que me ha parecido un poco pastelosa. 
Y lo que está genial es que en las guardas del libro están las imágenes del “Retrato de Père Tanguy” y del “Retrato del doctor Gachet”, pues principalmente el primero hay que mirarlo reiteradamente para seguir bien el hilo de lo que va sucediendo. 
Otro complemento informativo es la pequeña bibliografía que relaciona al final. 
En conjunto me ha resultado una novela entretenida sin más, pero me quedo con la parte artística, el impresionismo y los grabados japoneses. Que me han hecho indagar en el tema y he encontrado que en el 2019 se hizo una película documental titulada “Van Gogh y Japón” dirigido por David Bickerstaff. 

Algunas frases del libro: 
“El arte no tiene precio.” 

“En primer lugar los japoneses somos, en general, exageradamente responsables y para nosotros cumplir con los compromisos es algo muy importante, una cuestión de honor.” 

Contracubierta o parte de la misma: 
Una novela que nos traslada de París a Japón de la mano del pintor Vincent Van Gogh. 
Una aventura en la que la búsqueda del retrato del doctor Gachet marcará un antes y un después en la vida de sus protagonistas.