Es una de esas novelas
que reúne los ingredientes necesarios para engancharte a su lectura, secretos
familiares, romance, dos espacios temporales, historia de Guinea Ecuatorial,
colonos y nativos. Consiguiendo una estupenda combinación de géneros. Más una
narración con descripciones minuciosas y detalladas que recrean una buena
ambientación de los lugares y de los personajes.
Entre realidad y ficción,
pues al final del libro hay una explicación de la autora sobre dónde se ha
documentado y el por qué lo ha escrito. Nos hace viajar desde un pequeño pueblo
del Pirineo a una pequeña isla de África para terminar de nuevo en la montaña.
¿O fue de una pequeña isla de África a un pequeño pueblo del Pirineo para
terminar de nuevo en el mar? Clarence, nieta, hija y sobrina de coloniales
había escuchado cientos de historias de la vida de los hombres de Casa Rabaltué
en tierras lejanas, Antón, Jacobo y Kilian. Ha crecido marcada por ese pequeño
y lejano lugar incluso sin haber vivido allí. Atraída por la curiosidad de leer
las intimidades de aquellos que todavía vivían, por la casualidad de encontrar
un pedazo de papel y por unas palabras de Julia, una vieja amiga de su padre y
su tío, la empujan a viajar a uno de sus sueños. De Pasolobino a la isla de
Fernando Poo. En una aventura para descubrir su pasado e intentar entender la
huella tan profunda que dejó a esos hombres de montaña vivir entre tornados
tropicales, haciéndolos simples y complejos, enigmáticos y transparentes, como
lo es esa isla.
Desde la primera página
me atrapó la curiosidad, y sin poder evitarlo me adentré en esta historia
intentando descubrir el secreto familiar y el pasado de los personajes.
Habiéndoseme hecho una lectura amena, también motivada por los saltos en el
tiempo, así como por la alternancia entre Guinea Ecuatorial y un pueblo de Los
Pirineos, destacando el contraste geográfico y cultural que suponen estos
lugares.
La autora ha conseguido
por un parte que disfrute de la lectura gracias a la combinación de elementos
que comento al principio, y por otra parte ha hecho que busque más información
sobre la época colonial. Es lo bueno de este tipo de novelas, te acercan un
trocito de historia, dejándote con ganas de conocer un poco más. Si tú también
tienes deseos de saber por qué la isla de Fernando Poo y Pasolobino están tan
lejos o tan cerca, tendrás que sumergirte entre las páginas de este libro.
Algunas frases del libro:
“Sonrió al imaginarse a
esos hombres rudos y cerrados de la montaña, de carácter taciturno y serio,
poco expresivos y acostumbrados a una gama cromática limitada al blanco de la
nieve, al verde de los pastos y al gris de las piedras, descubriendo los
colores llamativos del trópico, las oscuras pieles de los cuerpos semidesnudos,
las construcciones livianas y la caricia de la brisa del mar.”
“A veces también es
necesario saber preguntar, que no basta con creerse a pies juntillas todo lo
que nos dicen.”
“No puedo decirte ni cómo
ni cuándo, pero llegará un día en que esta pequeña isla se apoderará de ti y
desearás no abandonarla... No conozco a nadie que se haya marchado sin derramar
lágrimas de desconsuelo.”
Contracubierta o parte de la misma:
Es 1953 y Kilian abandona
la nieve de la montaña oscense para iniciar junto con su hermano, Jacobo, el
viaje de ida hacia una tierra desconocida, lejana y exótica, la isla de
Fernando Poo. Allí los espera su padre, un veterano de la finca Sampaka, el
lugar donde se cultiva y tuesta uno de los mejores cacaos del mundo.
En esa tierra cálida y
voluptuosa, los jóvenes hermanos descubren la ligereza de la vida social de la
colonia en comparación con una España encorsetada y gris; comparten el duro
trabajo necesario para conseguir el cacao perfecto de la finca Sampaka;
aprenden las diferencias y similitudes culturales entre coloniales y
autóctonos; y conocen el significado de la amistad, la pasión, el amor y el
odio. Pero uno de ellos cruzará la línea prohibida e invisible y se enamorará
perdidamente de una nativa. Desde entonces, el curso de sus vidas cambiará, y
nacerá un secreto cuyas consecuencias alcanzarán el presente.
En el año 2003, Clarence,
hija y sobrina de ese par de hermanos, llevada por la curiosidad, se zambulle
en su ruinoso pasado y descubre los hilos polvorientos de ese secreto que
finalmente será desentrañado.
Fotografía de la mujer de la cubierta: Clayton Bastiani / Trevilion Images
Imágenes del interior de la cubierta: archivo familiar de la autora
Fotografía de la mujer de la cubierta: Clayton Bastiani / Trevilion Images
Imágenes del interior de la cubierta: archivo familiar de la autora