No es una novela
romántica al uso pero derrocha amor por todas sus palabras. Adjetivos, frases
cortas, escuetas, llenas de significado, metáforas, versos de Neruda (empezando
por el título del libro), que nos remiten a una historia protagonizada por Dora
y Luka, quiénes desde pequeños estaban destinados el uno al otro, son almas
gemelas que se han amado toda la vida, lo suyo es algo único e irrepetible, es
una historia llena de encuentros y desencuentros, donde Macarsca (Croacia) y el
mar tienen un papel muy importante.
Dora confía y cree en él,
lo es todo para ella. Mientras que para Luka ella es una parte de él, es su
vida, su hogar, el lugar donde todo converge. Ambos luchan entre querer y poder
porque nada es sencillo, se ven atrapados en los malvados juegos del destino.
Dora y Luka representan
el amor eterno y duradero pase lo que pase, aunque los separen y tengan que
renunciar a una vida. Aprenden a sobrevivir con sus recuerdos. Saben lo vieja
que es su historia, que sólo existen ellos y que no es demasiado tarde para
nada.
Es un libro distinto,
empezando porque comienza en el capítulo 40, después lleva un orden, terminando
en el 41. Lo que me hizo retroceder a releer ese capítulo. Aunque no entiendo
el por qué de esa disposición.
También me ha parecido
extraño cuando eran niños que la autora haya utilizado un lenguaje más adulto,
o por lo menos es la sensación que me han dejado sus expresiones. A veces he
dudado de que tuvieran siete y nueve años.
Los personajes derrochan sentimientos, emociones y pasión, pero no transmiten empatía, dejando la lectura fría y distante. Tan sólo deja el sabor de pasar toda una vida esperando.
Los personajes derrochan sentimientos, emociones y pasión, pero no transmiten empatía, dejando la lectura fría y distante. Tan sólo deja el sabor de pasar toda una vida esperando.
Algunas frases del libro:
“En el aire flota algo
extraño cuando Dora y Luka están juntos. No se puede llamar ni calma ni tempestad.
Huele a mandarinas y a almendras tostadas, a mar y a galletas recién horneadas,
y a primavera. Como si estuviesen envueltos en una nube.”
“Querer tanto a alguien
que uno haría cualquier cosa por él.”
“Ya sea en el tren, en
una estación o en el autobús, sostiene con fuerza a Neruda en la mano. Un
cordón umbilical que lo une a la vida. Un elixir vital. Un salvavidas. Todo a
la vez. Poemas como garantía de que todo lo dicho, lo sentido y lo vivido es
verdadero y no ha sido sólo un sueño. No puede desaparecer.”
“Respirar resulta más
fácil cuando el mar está cerca.”
“Ese amor que es como el
océano infinito.”
“Y la esperanza de que
todo puede pasar aún, de que todo es posible aún.”
Contracubierta o parte de la misma:
Como en los versos de Pablo Neruda, Dora y Luka
sienten, “cada día, cada hora”, que están destinados el uno al otro. De niños
pasaban juntos los días de verano en una playa de Croacia, hasta que la familia
de Dora abandonó el pueblo y Luka se quedó solo. Dieciséis años después, el
destino vuelve a unirlos. Y es evidente, están hechos el uno para el otro, pero
la vida se empeña en separar sus caminos.