Una
novela negra, con algunas escenas muy intensas para estómagos
fuertes. Y todo porque la narración de Pierre Lemaitre es tan
perfecta que ha conseguido que mi mente imagine y visualice las
escenas de manera demasiado real.
Va
combinando los capítulos con las tramas de Alex y con las del
policía, Camille. Que a su vez derivan en dos temas: rapto y
asesinatos. Manteniendo de esta forma la intriga y la necesidad de ir
avanzando en la lectura para saber como se va resolviendo cada
situación.
Violencia,
crueldad, destrucción, ensañamiento, brutalidad, venganza,
justicia. Son parte de esta historia, donde se crea una situación
víctima vs verdugo, pues no todo es como parece.
Hay
bastantes referencias al libro anterior “Irene” (reseña aquí),
pues lo que sucede entonces, cuatro años atrás, aún le pesa al
comandante Camille Verhoeven, un hombre astuto e ingenioso, que vio
modificada su vida personal y la laboral. Y ahora se enfrenta a sus
miedos. Siendo el comisario Le Guen quien, sin forzarle, consigue que
vuelva a formar equipo con dos de sus antiguos compañeros.
El
título de la novela lo proporciona el otro personaje clave, Alex, es
una mujer de 30 años, que trabaja de enfermera interina, está
acomplejada, usa pelucas, se muda a menudo de casa, un poco porque
esas variaciones de aspecto y de lugar son como cambiar de vida.
Como
curiosidad me ha llamado la atención que en los agradecimientos
finales, el autor, nombra a Antonio Muñoz Molina (entre otros
escritores).
Tengo
claro que tras estas dos novelas no voy a perderme las dos
siguientes. Pues esta tetralogía es de las que enganchan.
Algunas frases del libro:
“La
primera mirada es fundamental y debe ser panorámica, puesto que
luego uno entra en los detalles, en los innumerables hechos, y se
pierde la perspectiva.”
“Morir no es nada. Es peor aguardar la muerte.”
“La señal que puede salvarlo a uno llega en el momento en el que ya no se cree en nada.”
Contracubierta o parte de la misma:
La
policía solo tiene de ella la descripción. Joven, tal vez en la
treintena y –en eso han coincidido todos los varones que han
presenciado lo ocurrido-- muy atractiva, cautivadora, una de esas
mujeres de las que no se puede apartar la mirada. ¿Quizá por eso la
han raptado? Trabajando contrarreloj, los investigadores identifican
al secuestrador y descubren dónde la tenía prisionera... pero ella
ya ha huido. Extrañamente, el caso empieza cuando debería haberse
cerrado.
¿Quién
es alex en realidad? Nadie lo sabe. Aunque la víctima frágil que se
imaginaban... eso no. Ella es más inteligente que su verdugo. Ella
no perdona. Ella no olvida nada ni a nadie.
Traducción
de Artur Jordá
Otros libros de este autor reseñados en este blog: “Vestido de novia” (enlace aquí); “Irene” (enlace aquí)