TIENE QUE SER AQUÍ de Maggie O'Farrell

Principalmente es un relato sobre el amor y la pérdida. Pero también sobre las decisiones que se toman, el sentimiento de culpa, la búsqueda de uno mismo y la necesidad de renacer. Narrado con las distintas voces de los diferentes personajes, por lo que da perspectivas variadas, mientras se va componiendo la vida de Daniel y de Claudette, y de sus familias, pero sin seguir una línea cronológica en el tiempo. Por lo que la información que recibimos a veces es tardía para comprender por qué suceden o sucedieron algunas cosas, lo que le da un pelín de intriga.

Daniel Sullivan, divorciado y con dos hijos, por casualidad se encuentra con Claudette Wells, quien tiene un hijo de una relación anterior, de la que ella decidió huir y además desaparecer del mundo de la fama, pues era una estrella de cine.

Tras varios años de relación estable, felicidad y tener dos hijos en común, Daniel escucha una entrevista en la radio a una mujer de la que perdió su pista hace 20 años, y de repente se remueve su pasado. Este aparentemente insignificante suceso hará que el matrimonio vea las cosas de diferente manera, haciendo surgir complicaciones, y qué él pierda el norte y ella la paciencia. Pues él duda entre buscar respuestas a lo qué le pasó a su antigua amistad, o dejarlo pasar y volver a casa con su familia. Mientras ella que fue capaz de romper con su vida anterior y renacer convertida en otra persona, tal vez ahora algo excéntrica, pero que ha conseguido saber como quiere vivir, siendo una mujer a la que es imposible mentirle, y en esta crisis jugará un papel destacado la mala comunicación entre ellos.

El azar también tiene su protagonismo en varios momentos. Como es la forma en que se conocieron ellos dos, y a su vez será clave al hacerles tambalear su relación. Además hay otros encuentros casuales, que podrían haber llevado a mucha felicidad, pero que por una toma de decisiones equivocada no permitieron a la madre de Daniel ser feliz.

Y otro tema importante son las relaciones padres e hijos. Por un lado las de Daniel con sus propios padres, ella infeliz y él un tirano. Por otro las de Daniel con sus hijos, los del primer matrimonio, con quienes se reencuentra después de diez años, y la sensación de equilibrio que nota. Asimismo la relación tan natural y espontánea entre Daniel y Ari (hijo de Claudette) que conectan desde el minuto cero. Sin olvidar la relación de Claudette con sus tres hijos, su decisión de educarlos en casa, y la complicidad que tiene con Niall (hijo de Daniel).

Tiene capítulos que llaman la atención, como el primero narrado por Niall Sullivan, quien de pequeño descubrió las notas a pie de página en los libros, y su capítulo tiene notas a pie de página. Otros resultan impactantes, como el que describe las peripecias para adoptar una niña en China. Y algunas otras escenas que dejan su huella pero de las que no voy a hacer spoiler.

A pesar de la estructura del relato con los saltos en el tiempo y la cantidad de personajes, no me ha sido difícil establecer las relaciones y situarme en los lugares y épocas. Me ha gustado mucho los temas que trata, que son más de los que he hablado en estas líneas, y la forma de exponerlos. La composición de los personajes y como afronta cada uno de ellos la vida. Pues la narración te va llevando a la reflexión.

Algunas frases del libro:

“Tengo la sensación de que en alguna parte se ha abierto una ventana de golpe, o de que una ficha de dominó ha caído sobre otra y ha provocado una reacción en cadena. Se me ha venido encima una ola enorme, después se ha retirado, y todo lo que había debajo ha cambiado para siempre.”

“En apariencia, soy marido, padre, profesor, ciudadano; pero si se mira al trasluz, me convierto en desertor, en impostor, en asesino, en ladrón. En la superficie soy una cosa, pero por debajo estoy plagado de agujeros y cuevas, como un paisaje de piedra caliza”

“La vida está llena de preguntas sin respuesta, como bien sabemos.”

“Cada uno tomó sus decisiones y tenemos que vivir con ellas.”

“Cuando nos aman damos lo mejor de nosotros. No hay nada que pueda sustituirlo.”

“Los matrimonios no se acaban por una cosa que se dijo, sino por una que no se dijo.”

“Me asombra lo inefablemente extraño que puede parecer a veces lo más conocido.”

“Hay que buscar lo que tenemos delante, no lo que nos es inalcanzable ni lo que hemos perdido. Hay que agarrarse a lo que tenemos a mano y sujetarlo con fuerza.”

Contracubierta o parte de la misma:

Daniel Sullivan y Claudette Wells son una pareja atípica: él es de Nueva York y tiene dos hijos en California pero vive en la campiña irlandesa; ella es una estrella de cine que, en un momento dado, decidió cambiar los rodajes por la vida en el campo, la fama por el anonimato. Ambos son razonablemente felices.

Sin embargo, esta idílica vida , trabajosamente construida entre los dos, tambaleará cuando Daniel conozca una inesperada noticia sobre una mujer con la que había perdido el contacto veinte años atrás. Este hallazgo desencadenará una serie de acontecimientos que pondrán a prueba la fortaleza de su matrimonio.

Traducción de Concha Cardeñoso Sáenz de Miera

Título original: This must be the place

Ilustración de la cubierta: Go places cars can't. Edward Tuckwell

Otro libro de esta autora reseñado en el blog: “La primera mano que sostuvo la mía” (enlace aquí)

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