Este es el segundo libro de la serie protagonizada por la comisaria Anne Capestan y su equipo especial. El primero es “La brigada de Anne Capestan” (reseña aquí).
Se sale un poco de la línea habitual de las novelas policíacas, al ponerle la autora un poco de humor en el día a día de los protagonistas. Un grupo formado por una variedad de personajes un tanto peculiares, y que forman un conjunto inusual. Tienen sus propios métodos, algo particulares, incluida una mascota policía que marca la diferencia. Es un equipo bien compenetrado, entre todos se complementan. Ellos mismos saben que están olvidados por los demás compañeros, pero a su vez por sus buenos resultados se hacen visibles. Y como ellos mismos dicen: aunque estén apartados por sus superiores... pero de ahí a que les manden a todos los tarados...
Siempre digo que va bien seguir un orden en las series, porque siempre hay datos que son importantes para los siguientes libros, pero en este caso hace un pequeño repaso al pasado de los protagonistas y por qué se incorporan a esta brigada. Siendo casi más relevante la vida de cada uno que el caso que tienen que investigar. Con escenas llamativas, como la llegada de los hooligans a la ciudad para un partido de fútbol.
Para mi esta novela, como la anterior, y de momento no ha publicado más, destaca por los propios personajes y sus actitudes, quedándose en segundo plano la intriga, incluso la trama.
Algunas frases del libro:
“Considerar todas las posibilidades. No amagar sin saber.”
“Había que analizar las cosas fríamente, no tomárselo por lo personal, no recibir los hechos con aquella espantosa sensación de desastre.”
Contracubierta o parte de la misma:
Lejos de haber alcanzado la gloria tras la brillante e inesperada resolución de su primer caso, Capestan y su brigada son vistos como traidores por el resto de sus colegas. Siguen relegados en el rincón más oscuro de la policía judicial y matan el tiempo decorando el árbol de Navidad o jugando al billar. Solo Anne mantiene la fe en su valía. Aún así, habría preferido evitar la investigación que le han asignado: el asesinato del comisario Serge Rufus, padre de su exmarido Paul. Capestan siempre odió a su suegro, pero todavía no ha sido capaz de olvidar al hijo. Mientras tanto, un hombre en Provenza descubre su nombre en un monumento a los caídos, perturbadora premonición que se cumplirá de inmediato y que hará que la brigada deje París para investigar unas muertes extrañamente anunciadas.
Traducción del francés de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego
Título original: Rester groupés
Fotografía de la cubierta: Thepalmer / Getty Images; Yanick Selinger / EyeEm
Pues a ver si busco el primer libro, que me gusta empezar por el principio. Y esa pequeña dosis de humor me anima también.
ResponderEliminarBesotes!!!
Oye, qué bien, me has hecho recordar lo bien que me lo pasé leyendo "La brigada de Anne Capestan". A ver si busco este título y lo leo porque Sophie Henaff es una escritora que me gusta.
ResponderEliminarBesos
Me gusta eso de que ponga buen peso en torno a los personajes pero claro, para eso sí que hay que leerlos todos y por orden, porque si solo vas al caso en concreto te da igual pero de lo contrario no. Así que lo dejo ir porque esto no es lo mío.
ResponderEliminarSaludos
Una novela negra que leí con bastante humor y que me gustó fue "Matar y guardar la ropa", si esta fuera de ese estilo, me la apuntaría. Este es un género que no frecuento mucho por el hecho de que no suelen ofrecerme nada nuevo, pero lo del humor podría gustarme, lo pensaré.
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