Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

domingo, 25 de septiembre de 2011

¿SABRÁ VOLAR EL MAR? de José Corredor-Matheos

Las ilustraciones son de Noemí Villamuza

Desde que vi este libro en el blog Poesia Infantil i Juvenil supe que tenía que buscarlo, y lo encontré, aunque como está editado por una pequeña editorial no fue fácil. Pero, por fin, he podido disfrutar de estos poemas.
Está dividido en cuatro partes:

si un niño...; 
crónicas de lo fugaz; 
al ritmo de la respiración; 
la voz de la tierra.

Y en cada parte unos versos llenos de emociones y sentimientos, donde las ilustraciones son un magnífico complemento al texto. Palabras e imágenes, negro y rojo, se unen para ofrecernos un libro que hay que leer con calma, una y otra vez.
Unos poemas para sentir, reflexionar y compartir.

Uno de los poemas:

La abuela mece a la niña,
la niña la mece a ella.
¿Habrá alguien más feliz
sobre la tierra?

Contracubierta:
“Tendido aquí en la arena,
mientras veo volar
las gaviotas,
me pregunto: ¿y el mar,
sabrá volar el mar?


domingo, 11 de septiembre de 2011

LA DELICADEZA de David Foenkinos

Este libro lo conocí por el blog A tientas y me llamó la atención el párrafo que destacó Saramaga.... "Cuando por fin se quedó sola, se sintió aliviada. Otros no habrían soportado la soledad en ese momento. Nathalie soñaba con estar sola. Y, sin embargo, la situación lo hacía todo más insostenible. Recorría el salón, y todo estaba ahí. Exactamente igual que antes. No se había movido nada. La manta seguía sobre el sofá. También la tetera, sobre la mesa baja, con el libro que estaba leyendo. Le impresionó especialmente ver el señalador. El libro quedaba así dividido en dos; la primera parte la había leído mientras aún vivía François. Y en la página 321, François había muerto. ¿Qué hay que hacer en estos casos? ¿Puede alguien proseguir la lectura de un libro interrumpido por la muerte de su marido?"

Y lo apunté en la lista de lecturas pendientes. Y esas cosas raras que tiene la vida, las casualidades, las coincidencias, hicieron que lo encontrase sobre el mostrador de la biblioteca, o que me encontrase el libro a mi.
Es una historia que nos lleva de la felicidad al dolor para volver a saborear la vida, y lo hace como su título indica de manera delicada, suave, transmitiendo esperanza entre sus páginas.
Los primeros capítulos me han parecido demasiado “pastelosos”, una pareja tan perfecta, Nathalie y François, con una vida que rebosa felicidad, parece un sueño maravilloso que produce envidia, y a la vez miedo, la propia protagonista piensa: “esa felicidad le daba miedo, temía que pudiera llevar intrínseca la amenaza de la desgracia”. Ésta es una sensación que creo que todos hemos tenido alguna vez, cuando todo está saliendo tan maravillosamente bien piensas que algo turbará esa paz. Y en esta novela sucede así, de repente muere François (lo cuento porque en la contracubierta también lo adelanta). A partir de esta tragedia cambia la sensación de felicidad por el proceso de duelo, Nathalie, a quien hasta ese momento le gustaba reír y leer, sufre mientras la vida continua y se refugia en el trabajo.
Pero no es un libro triste, al contrario, está lleno de optimismo. Es una tragicomedia. Los sentimientos y emociones que transmite Nathalie, el como reconstruye su vida poco a poco, como se suceden los hechos, con total delicadeza y suavidad, son una bocanada de oxígeno en medio de tanto dolor. “En el momento más crudo del dolor piensas que la herida siempre estará abierta. Y de pronto una mañana te extrañas de no sentir ya ese peso terrible.”
Del resto de personajes destacaría a Madeleine, su abuela, apenas aparece en la novela, prácticamente al final, pero me ha parecido un personaje entrañable, y las escenas que se desarrollan en su casa están narradas con una grandísima ternura.
Sobre Charles, su jefe, que representa al “malo”, es el típico estereotipo de hombre ligón que se cree superior, que en momentos resulta asqueante y otras veces ridículo.
En general, las escenas que suceden en la empresa están muy bien caracterizadas como la compañera, Chloé, que pretende ser su amiga y confidente, la envidia laboral, los cotilleos y rumores, hasta la máquina de café.
El otro personaje principal es Markus, que representa al “bueno”, un hombre normal, que pasa desapercibido en la empresa, y que su sencillez, naturalidad y humor lo convierten en alguien especial. Que demuestra que la belleza reside en el interior.
Un libro de fácil lectura, que deja una sensación agradable, donde la esperanza, la risa y el optimismo son más fuertes que la desgracia, la tristeza y el dolor. Porque queramos o no la vida continua y depende de nosotros mismos hundirnos o seguir hacia delante.
Como curiosidad el autor intercala de forma aleatoria capítulos muy cortos que son pequeñas explicaciones literarias, culinarias, cinematográficas, musicales, artísticas, deportivas, etc., referidas a situaciones concretas o detalles que suceden en la novela. Estos inpass hacen que este libro no se quede solamente en una historia de pareja rota y chica que rehace su vida, sino que le dan una perspectiva diferente. Como dice el propio David Foenkinos: “si no te ha gustado la novela por lo menos puedes aprovechar la receta del risotto de espárragos”.

Algunas frases del libro:
“Le costaba entender que se pudiera tener fe después de haber vivido una tragedia.”

“Le habían sugerido a menudo que se separara de los recuerdos. Tal vez fuera ésa la mejor manera de dejar de vivir en el pasado. Nathalie le daba vueltas a esa expresión: separarse de los recuerdos. ¿Cómo se abandona un recuerdo?.”

"Sus debilidades, las de su dolor, aparecían paradójicamente junto con sus sonrisas.”

“Le sonrió, y Nathalie contestó a su sonrisa con otra sonrisa. Habían vuelto las sonrisas. Es curioso cómo a veces uno decide algo muy en serio, se dice que todo será así a partir de ahora, y basta un ínfimo gesto de los labios para quebrar la seguridad de una certeza que parecía casi eterna.”

“Pero así son las cosas: siempre vamos con cinco minutos de retraso con respecto a nuestras conversaciones sentimentales.”

“Se abrazaron, la mejor manera del mundo de crear silencio.”

Contracubierta o parte de la misma:
Nathalie es una mujer afortunada. Felizmente casada con François, pasa los días rodeada de risas y libros. Un día la pena llama a su puerta: François muere inesperadamente. Natalie languidece entonces entre las paredes de su casa y se vuelca en la oficina. Pero justo cuando ha dejado de creer en la magia de la vida, ésta vuelve a sorprenderla y revelarse en su forma más maravillosa.

Traducción de Isabel González-Gallarza

domingo, 4 de septiembre de 2011

TRISTANO MUERE de Antonio Tabucchi



Me ha parecido una novela complicada, tal vez influye que ahora no estoy en un buen momento lector (preparo oposiciones y mi mente no está relajada para la lectura), pero aún así la clasificaría como buena, porque a pesar de que me ha costado entrar en el libro a partir de la mitad, más o menos, no he podido parar de leer, el personaje de Tristano me ha atrapado en su monólogo. Aunque sé que en otro momento hubiera apreciado mejor el significado de esta historia.
La narración en primera persona es la confesión de una vida, el repaso al pasado y la descripción de momentos presentes, que nos trasladan a la II Guerra Mundial y a los años del Fascismo. Pensamientos y reflexiones de un hombre que ya no distingue que es el ahora y el entonces, pero lo importante es lo que él se imaginó durante toda su vida. Postrado en la cama por una gangrena ha decidido morir después de haber sido un héroe. Alguien que desea perdurar en palabras escritas, para ello ha llamado a un escritor, a quien le habla día tras día, incluso bajo los efectos de la morfina, porque también el delirio es él.
Ha elegido a este escritor porque una vez ya escribió sobre él y le gustó esa novela, además le da la sensación que conoce a Tristano, que ha sabido meterse en su piel.
Duda por como empezar a hablar de su vida, lo lógico sería por el principio, pero se pregunta ¿dónde empieza la historia de una vida?, porque puede empezar por un hecho, pero hay que saber escogerlo, además ¿un hecho empieza con un hecho?, “quiero decir, uno hace una cosa, y esa cosa que hace determina el curso de su vida, pero esa acción que realiza es difícil que nazca como por un milagro, estaba ya dentro de él, y quién sabe cómo había empezado... Acaso un recuerdo de infancia, un rostro visto por casualidad, un sueño que se tuvo mucho tiempo antes y que creías haber olvidado, y he ahí que un día tiene lugar el hecho, pero su origen... vete a saber...”
Le da cierta libertad para escribir a su manera, pero hay algunos hechos que exige sean escritos con sus palabras. A veces siente como si el escritor fuera él y le crea dudas sobre si lo que cuenta es suyo porque lo cuenta él o es del escritor porque lo escribe “Las cosas ¿pertenecen a quien las dice o a quien las escribe?” Predominan los pensamientos reflexivos, a veces filosóficos, sobre aquellos años de lucha en el lado partisano, su paso por una Grecia invadida por Alemania, lo que fue real y lo soñado, lo que relata lúcido con pelos y señales y lo que dice bajo los efectos de la morfina, sobre ser escritor y el significado de escribir. Siempre bajo los recuerdos de una pieza de Schubert y con un claro predominante, la crítica al mundo en que vivimos y a la sociedad en que nos hemos convertido. 
Destacaría el pasaje que habla sobre la primera bomba atómica aquel 6 de agosto de 1945, como apenas en una página dice tanto sobre un hecho tan espeluznante. Y fue en agosto, un mes en el que a Tristano le han pasado muchas cosas, su vida está marcada por agosto, incluso este relato de su vida transcurre en ese mes mientras nos dice adiós esperando la muerte.
Un buen libro que, vuelvo a decir, en otro momento hubiera apreciado aún más.

Algunas frases del libro: 
“Sabes, echando cuentas, de la vida es más lo que no recordamos que lo que recordamos.”

“Has venido para escuchar una vida, con ese montón de kilómetros que te has tragado, lo has abandonado todo, te mereces incluso los sueños...”

“No es nada fácil convertirse en héroe, un milímetro a un lado y eres un héroe, un milímetro a otro lado y eres un cobarde, es una cuestión de milímetros, él estaba allí, miraba fijamente una flor y el paisaje frente a él era su palestra, ¿vencería el combate o se cagaría en los pantalones?... a veces eso pasa, estás a punto de convertirte en héroe y todo acaba en mierda.”

“La noche sí que debería ser celebrada, pero hacen falta cojones para celebrar la noche, porque la noche trae sueños, y pesadillas a menudo, y es difícil enfrentarse a las pesadillas, más que enfrentarse a los nazis, es allí donde se ve si eres de verdad un héroe.”

“Porque escritas las cosas se vuelven ciertas.”

Contracubierta o parte de la misma: 
Una casa de campo en alguna parte de la Toscana. La canícula del mes de agosto, en el último año del siglo XX. Tristano, un hombre que ha combatido por la libertad de su país bajo ese nombre, tomado de un personaje de Leopardi, llama a la cabecera de su cama a un escritor que, aparentemente, en otro tiempo se inspiró en él para escribir una novela. Pero ¿es posible inscribir en el cuadro de un relato la geometría ambigua de la vida, hecha de contradicciones, dudas, omisiones, deseos incumplidos, recuerdos falsos o imaginados? El destino personal de un héroe como Tristano, cargado de esperanza y desolación, puede tener, además, matices imperceptibles: un centímetro a la izquierda o a la derecha en la mirilla de un fusil...
¿Qué es el heroísmo? ¿Qué es la cobardía? ¿Y el coraje? ¿La traición?
Durante su agonía, atenazado por la gangrena y las jaquecas, al albur de los efectos de la morfina que le suministran, Tristano recompone un pasado inabarcable y bosqueja el fresco de cerca de sesenta años de la historia de Italia, con sus tragedias y sus simulacros, hasta la irrupción del último avatar tiránico, el de la estupidez televisiva.

Traducción de Carlos Gumpert