A veces sólo falta un
impulso para darle un giro a la vida. Una chispa que genere un cambio a la
rutina. Algo que te haga reaccionar, que sin pararte a pensarlo, porque sino no
lo harías, te ponga en movimiento.
Un instante así es el que
tuvo Harold, cuando recibió una carta de Quuenie, una antigua compañera de trabajo,
que tras veinte años sin saber de ella, le cuenta que se está muriendo de
cáncer. Este hecho le deja anonadado, generándole preguntas, rescatándole
recuerdos, removiendo su interior y provocándole una reacción extraña, pues
desde su jubilación los días pasaban sin más, su mujer, Maureen, hace todo, y
se pregunta ¿quién es él? No suele decidir sobre la marcha, pero ahora tiene un
impulso, y se pone en movimiento, sale de Kingsbridge en dirección a Berwick,
comenzando el viaje de su vida.
Con Inglaterra bajo sus
pies, tiene sensación de libertad, de estar empezando de nuevo. Dispone de todo
el tiempo para pensar y revive escenas enteras de su existencia: de su familia,
su mujer Maureen y su hijo David; de su trabajo, su jefe y su compañera
Queenie. Ve los errores, las incongruencias, las decisiones equivocadas. El
pasado le pesa como una losa, al fin y al cabo nadie puede escapar a sus
inicios. Según avanza ya no mide la distancia en km sino en recuerdos. En su
camino encuentra gente de todo tipo, que son libres de hablarle y él, es libre
de escucharles, de llevarse consigo una pizca de cada una de aquellas
historias. Lo que le genera desde que ha salido de casa, que le importen más
las personas. Es la fragilidad de la gente lo que le llena de asombro y ternura,
así como la soledad intrínseca a cada ser humano. Los lugares, las personas,
todo forma parte de su viaje, reserva en el corazón un lugar para cada uno de
ellos. Intentando mantenerse fiel al sentimiento que había inspirado la
aventura. Harold se ha pasado la vida sin hacer nada, y ahora por fin está
haciendo algo.
Y ese “algo” es lo que me
ha hecho ver esta novela con otros ojos, lo que en un principio me parecía que
podía ser una historia llena de aventuras y de humor, recordándome a otro
libro, “El abuelo que saltó por la ventana y se largó” de Jonas Jonasson
(reseña aquí), se fue convirtiendo, según avanzaba las páginas, en temas un
poco más profundos, pues el pasado de
Harold le ha condicionado el presente, y este peregrinaje le proporcionará la búsqueda
de sí mismo. Por tanto ha sido toda una experiencia acompañar a Harold Fry en
su viaje.
Algunas frases del libro:
“Lo que sentía era tan
intenso que le resultaba difícil plasmarlo en palabras.”
“Lo único que tiene que hacer es esperarme. Porque voy a salvarla, ¿sabe? Yo seguiré andando y ella tiene que seguir viviendo.”
“Comprendió que el viaje que había emprendido para expiar los errores del pasado lo llevaría también a aceptar la extrañeza ajena.”
“Todas las personas eran iguales y únicas a la vez. Tal vez era la paradoja de la condición humana.”
Contracubierta o parte de la misma:
Una mañana cualquiera, mientras su mujer pasa el aspirador en el piso de arriba, Harold Fry sale de casa para echar una carta al buzón. Recién jubilado, Harold está lejos de imaginar que acaba de iniciar un viaje a pie de un extremo a otro del país. No lleva calzado ni ropa adecuada, ni siquiera un teléfono móvil, y mucho menos un mapa o una brújula. ¿Para qué iba a llevarlos? Tan sólo va al buzón de la esquina para responder a la misiva de Queenie Hennessy, una vieja amiga y compañera de trabajo que, tras un silencio de casi veinte años, acaba de comunicarle que está ingresada en un hospital del norte a punto de morir de cáncer. Sin embargo, cuando Harold se dispone a enviar la carta, un impulso repentino lo conmina a llevar él mismo el mensaje a su destinataria. Por una vez en su vida, Harold toma una decisión sin pensar, pero su intuición le dice
que su amiga Queenie hará algo igualmente impensable y se curará.
Traducción del inglés de
Rita da Costa
@AlCalordeLibros
No conocía el libro pero tras tu reseña tomo nota de él :)
ResponderEliminarMarina Ortega: no es un libro del que se haya hablado mucho. Yo también lo apunté tras verlo en otro blog.
EliminarUn abrazo
No es mi momento ideal para este tipo de lecturas,pero seguramente me lo deje para mas adelante.
ResponderEliminarbesos!
Ana Trapote: seguro que encuentras otro libro más adecuado para este momento.
EliminarBuenas lecturas.
Un abrazo
No termina de llamarme la atención así que lo dejo pasar. Eso sí, la portada me encanta.
ResponderEliminarBesotes.
Tabuyo: desde luego hay portadas muy llamativas y originales. Aunque después te tiene que atraer su contenido :)
EliminarUn abrazo
Creo que podría gustarme, así que lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari: entonces apuntalo en la lista por si le acabas dando una oportunidad.
EliminarUn abrazo
es un libro que me encantó, tanto que ya tengo en el lector el segundo de la autora para hincarle el ojo en cuanto sea posible ;)
ResponderEliminarun beso,
Ale.
Ale: no sabía que la autora tenía otro libro, haré averiguaciones para tenerlo en cuenta.
EliminarUn abrazo
Parece una historia de lo más curiosa.
ResponderEliminarEspe: además de lo que supone irse andando a la aventura, toca temas más profundos del ser humano.
EliminarUn abrazo
Siempre me ha parecido un libro con un planteamiento muy peculiar. Tendré en cuenta tu recomendación, Blanca.
ResponderEliminarBesines,
Carmen Forján: y yo estaré atenta a tu blog por si al final lo lees. Me gustaría saber tu opinión.
EliminarUn abrazo
Lo tengo entre mis pendientes porque me atrae mucho la historia. Espero no tardar mucho en leerlo.
ResponderEliminarAbrazo!
Zamarat: y yo espero no tardar en leer tu reseña :)
EliminarUn abrazo
Es un libro al que hace tiempo que le tengo ganas, aunque aún no he encontrado su momento.
ResponderEliminarbsos!
rossy: cuando menos te lo esperes se cruza por tu camino y le toca su turno en la lista de pendientes.
EliminarUn abrazo
Se ve interesante el titulo, me daré tiempo para leerlo.Saludos!
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