Premio
Nobel de Literatura 2015
Svetlana
Alexievich es periodista, ensayista y escritora. Tiene su propio
género literario “novelas de voces”, en donde el narrador es el
hombre corriente. Y el libro “Voces de Chernóbil” es un claro
ejemplo de su estilo.
Estuvo
varios años recopilando información y documentándose para escribir
este libro, que reúne testimonios reales de personas que vivieron y
sufrieron en primera línea el accidente de la central de Chernóbil.
Empieza
con una nota histórica que pone fecha, lugar y cifras a lo que pasó,
y para mi ha sido escalofriante saberlo. Porque todo cambió en el
mundo aquel 26 de abril de 1986 cuando en la
Central Nuclear establecida en la ciudad ucraniana de Prípiat
explotó y ardió un reactor. A partir de ese instante la
desinformación, los silencios, las contradicciones en las decisiones
que tomaron las autoridades, convirtieron la catástrofe en una
hecatombe aún mayor, con consecuencias inimaginables.
Una
tras otra, las declaraciones en primera persona que relatan lo que
vivieron, sintieron y padecieron los supervivientes, ponen la piel de
gallina y estremecen el alma al conocer los detalles. Pues de un día
para otro perdieron todo, principalmente su vida, aunque siguiera
latiendo su corazón.
En
medio del caos que se generó se evacuaron algunas aldeas, no
inmediatamente, sino unos días después, y la gente pensó que en
unas semanas o meses volverían a sus casas, ignorantes de la
magnitud del accidente. Mientras, por otro lado, personas de otros
lugares fueron enviadas para ayudar y colaborar en los trabajos de
descontaminación, sin medios adecuados para protegerse de la
altísima radiación. Pero, en muchos casos, el sentimiento del
deber, el amor a la patria, el sentirse soviético o el pertenecer al
partido, hizo que fueran y actuaran sin ser conscientes de que en
realidad eran condenados a la muerte.
Con
el paso del tiempo se ha visto que, por una parte, a los gobernantes
les superó el accidente nuclear, no supieron reaccionar ante la
magnitud de lo acontecido. Mientras que por otra, la población se
vio marcada por ser de Chernóbil, dejaron de ser de su aldea, de su
pueblo, pasando a ser exclusivamente los de Chernóbil. Ellos y sus
descendientes.
Este
libro es un documento muy importante, creo que era necesario
escribirlo, y recomiendo leerlo. Porque hubo demasiado silencio y
secretismo durante mucho tiempo, intentando ocultar el terrible
cataclismo nuclear. Y en esta páginas se pone nombre y apellidos a
las víctimas. Y ellas mismas son quienes nos transmiten las imágenes
que tienen grabadas en su memoria a través de su sincero y
sobrecogedor relato. Con una narración que hiela la sangre. Aunque
lógicamente las voces son de los vivos en ese momento, porque los
muertos ya no pueden hablar.
Algunas
frases del libro:
“Al
visitar las aldeas, uno se sorprende de ver cómo ha crecido el
espacio ocupado por los cementerios.”
“No
debe usted olvidar que lo que tiene delante ya no es su marido, un
ser querido, sino un elemento radioactivo con un gran poder de
contaminación. No sea usted suicida. Recobre la sensatez.”
“Y
le preguntamos: ¿No tiene usted miedo? Y él va y nos dice: ¿Miedo
de qué? Porque uno no puede vivir todo el tiempo con el miedo en el
cuerpo; el hombre no puede; pasa cierto tiempo y empieza una vida
normal y corriente. Normal... Y corriente.”
“Pero
lo que les preocupaba no era la gente, sino su poder. En un país
donde lo importante no son los hombres sino el poder, la prioridad
del Estado está fuera de toda duda. Y el valor de la vida humana se
reduce a cero.”
Contracubierta
o parte de la misma:
Chernóbil,
1986. “Cierra las ventanillas y acuéstate. Hay un incendio en la
central. Vendré pronto.” Esto fue lo último que un joven bombero
dijo a su esposa antes de acudir al lugar de la explosión. No
regresó. Y en cierto modo, ya no volvió a verle, pues en el
hospital su marido dejó de ser su marido. Todavía hoy ella se
pregunta si su historia trata sobre el amor o la muerte. Voces
de Chernóbil
está planteado como si fuera una tragedia griega, con coros y unos
héroes marcados por un destino fatal, cuyas voces fueron silenciadas
durante muchos años por una polis representada aquí por la antigua
URSS. Pero, a diferencia de una tragedia griega, no hubo posibilidad
de catarsis.
Traducción
de Ricardo San Vicente
Título
original: Tchendylskaia Molitva
Fotografía
de la cubierta: Posztos / Stutterstock
Lo tengo en la estantería esperando. No termino de decidirme porque sé que voy a sufrir con esta lectura. Pero me acabas de dar un gran empujón.
ResponderEliminarBesotes!!!
Sin lugar a dudas uno de los mejores libros que he leído este año. No conocía la denominación "Novela de voces" aunque yo creo que no es más otra denominación para esas narraciones hechas por periodistas tras preguntar a unos y a otros. Svetlana es periodista no hay que olvidarlo.
ResponderEliminarCiertamente una historia fuerte y desgarradora por lo brutal e incomprensible que resulta ser que la política se imponga incluso a la vida de los administrados. ¡Miedo me dan!
Un abrazo
Yo lo intenté y me quedé después de que en las primeras páginas contaran lo de la embarazada y la piedra que no tiene que ver con lo de Chernobil pero ya se me puso la piel de gallina. Creo como tú que es un libro necesario. Siempre fue un tema que me llamó la atención y en Cuarto Milenio ya le habían hecho varios reportajes. También vi la serie.
ResponderEliminarBesos
La serie ambientada hasta cierto punto en el libro es escalofriante. Me imagino que el libro lo puede ser aún más. Lo tengo pendiente hace tiempo. A ver si por fin le llega su turno.
ResponderEliminarUn beso.
¡Hola Blanca! Hace poco he visto la serie Chernóbil y me dejó impresionada. Desconocía muchas cosas que se cuentan, y me vino bien para profundizar más en lo que ocurrió aquel fatídico día y tiempo posterior.
ResponderEliminarEs muy probable que me anime a leer esta novela para ahondar más (aunque seguramente se me hará demasiado dura)
Un beso
NO lo he leído. Intenté "La guerra no tiene nombre de mujer" y me aburrió muchísimo; en cambio, a mucha gente le ha entusiasmado...
ResponderEliminarBesos.
Muchos son los libros que quiero leer pronto y este es uno de ellos. No eres la primera persona a la que oigo/leo hablar maravillas de él. De modo que será en las próxima semanas.
ResponderEliminarYo también lo tengo pendiente, veremos si puedo hacerle un hueco el próximo año. Besinos.
ResponderEliminarYo lo cogí una vez en la biblio y leí solo los dos primeros capítulos, tengo que volver a por él porque me impresionó mucho todo lo que cuenta la autora. Sin duda hay que conocer su historia.
ResponderEliminarbesitos
No lo conocía, pero por ahora no me voy a animar con él. Besos.
ResponderEliminarHola! Lo tengo apuntado en mis pendiente pero lo cierto es que siempre lo dejo pasar, viendo tu reseña a lo mejor me animo con él en breve. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
¡Hola! Yo le leí en su momento y aunque me pareció muy interesante, si que acabé con la idesa de que había leído muchos testimonios pero que en realidad no sabía lo que había pasado... después de ver la serie, sé un poquito más lo que pasó y me gustaría volver a releerlo. Un saludo!
ResponderEliminarSi bien es cierto que el tema me llama la atención, el hecho de que sea un ensayo me echa para atrás. Si fuera novelado seguro que iría a por él. En cualquier caso coincido contigo en que este tipo de libros son muy necesarios.
ResponderEliminarBesos!
¡Hola!
ResponderEliminarHace un tiempo, visité la exposición de Auschwitz en Madrid, y, aunque pensaba comprarme algún libro sobre el tema, acabé haciéndome con este de Alexievich, que aún no he leído, ya que estoy esperando a tener vacaciones para ello. Es el tipo de libro con el que necesito mucho tiempo por el tema que trata.
¡Un saludo!
Hoy he visto que tienen la serie en Filmin. Aunque está mal comenzar por ahí, aprovecharé el aislamiento. No sé si es lo mejor, tal vez debería tirar de comedia, pero...
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