El primer libro que leí de Juan Gómez-Jurado fue “Cicatriz” (reseña aquí), un relato que, por como están estructurados los capítulos, atrapa en su lectura. En los comentarios alguien puso que “El paciente” (reseña aquí) era aún mejor, además ya había leído buenos comentarios y, en efecto, para mi fue aún más adictiva. Después empezó lo que parecía una trilogía, con la novela “Reina roja” (reseña aquí), en la que me pareció que se superaba a sí mismo con un gran thriller, donde la protagonista, Antonia Scott, iba a dar mucho que hablar. Y con muchas ganas continué con “Loba negra” (reseña aquí) que sigue la línea marcada de thriller con matices irónicos y crítica social, pero con la sorpresa de reconocer un personaje de fuera de la supuesta trilogía. Poniendo interesante por donde iba a salir el autor. Y llegando así a la lectura de “Rey blanco”, final de la trilogía o de la pentalogía, y que además podría continuar... tal vez en una “hexalogía”. Palabra que lo mismo la RAE debería ir incluyendo en su diccionario.
Por cierto, hablando de palabras y diccionarios, son geniales las referencias a otras lenguas que utiliza la singular Antonia Scott.
Y es que para mi, lo mejor en “Rey blanco” son los personajes, sobre todo, Antonia Scott y su compañero Jon. Caen bien. Y me gusta que tengan tanta complicidad. Se hacen querer.
Luego están el misterioso jefazo Mentor, que va perdiendo misterio, en favor del enigmático White. Ambos le dan un punto de secretismo que atrapa.
Brevemente aparece la abuela Scott, que en “Reina roja” me gustó mucho y he echado de menos que saliera más. Dando paso a tener mas protagonismo el padre de Antonia. Y precisamente su papel me ha dejado un tanto “¡oh! ¿Y ahora el autor mete en la trama a estos? (no quiero hacer spoiler, supongo que quien haya leído la novela sabrá a qué me refiero).
Y por detrás de los personajes se ha quedado el argumento, porque para mi lo importante era saber si Antonia y Jon conseguirían salvarse. Y tú ¿quieres saberlo?
Algunas frases del libro:
“Estamos construidos a base de incoherencias, y es nuestra capacidad para convivir con ese material inestable lo que nos permite prosperar.”
“Más importante que mantenerse vivo, es mantenerse humano.”
Contracubierta o parte de la misma:
Espero que no te hayas olvidado de mí, ¿jugamos?
Cuando Antonia Scott recibe este mensaje, sabe muy bien quién se lo envía.
También sabe que ese juego es casi imposible de ganar.
Pero a Antonia no le gusta perder.
Después de todo este tiempo huyendo, la realidad ha acabado alcanzándola. Antonia es cinturón negro en mentirse a sí misma, pero ahora tiene claro que, si pierde esta batalla, las habrá perdido todas.
– La reina es la figura más poderosa del tablero – dice el Rey Blanco – . Pero por poderosa que sea una pieza de ajedrez, nunca debe olvidar que hay una mano que la mueve.
– Eso ya lo veremos – responde Antonia.
El final es sólo el principio.
Imagen de la cubierta: Stock