Hace
unos años leí de este autor el libro “Mi planta de naranja lima”
(reseña aquí), una historia dura, a la vez que llena de ternura,
que me transmitió muchas emociones, e hizo que su protagonista,
Zezé, un niño de 5 años, se quedase en mi corazón para siempre.
Ahora una muy buena amiga me ha regalado la continuación a ese
relato de la vida de Zezé, quien ya tiene 11 años y se acerca a la
adolescencia.
Por
tanto ha perdido la inocencia y naturalidad que tenía de tan
pequeño, pero continua refugiándose en su imaginación para
sobrevivir a todas sus inquietudes, encontrando esta vez cobijo en un
sapo cururú, en el actor Maurice Chevalier y en el personaje de
Tarzán. A la vez que tiene el apoyo real del hermano Fayolle, quien
le escucha y le entiende porque sabe que no tiene maldad en el
corazón.
La
tristeza, el sufrimiento interior e infravalorarse son cuestiones que
marcan su existencia, potenciadas porque le siguen considerando
revoltoso y tiene fama de ser compañero del diablo. De ahí ese
amparo que busca y encuentra en sus sueños de infancia mientras
madura su corazón de niño.
El
como José Mauro de Vasconcelos, basándose en su propia experiencia,
transmite y enseña al mundo la vida de un niño en Brasil a mediados
del siglo XX, mostrándonos sus sentimientos, sus nostalgias, sus
formas de transformar la realidad, para con sus sueños ser feliz,
mientras comparte momentos tan bellos como cuando Zezé reconoce que
“un sol de alegría aparece siempre en mí.” Es parte de la
maravilla de esta historia, en la que además seremos testigos de
como crece y va pasando de esa edad, en la que todos los sueños son
una realidad, a avanzar y descubrir la vida él solo.
Algunas frases del libro:
“El
amor es lo más hermoso que existe en la vida.”
“Aprovecha la vida. Mientras tengas sueños en el corazón, procura conservarlos.”
Contracubierta o parte de la misma:
Zezé,
el protagonista de “Vamos a calentar el sol”, es un niño
brasileño que de pequeño quería ser poeta y llevar corbata de
lazo. Ha pasado algún tiempo desde que lo conocimos en “Mi planta
de naranja lima”, se ha ido a estudiar a Natal, donde una familia
lo ha acogido, y ahora sólo piensa en aplicarse en el colegio para
algún día poder ayudar a sus padres y hermanos.
Aunque
él crea que es un niño muy serio, en el fondo sigue siendo un
travieso con un corazón de oro y una imaginación desbordante. Sus
confidentes son el sapo Adán y sus dos héroes de celuloide: Maurice
Chevalier y Tarzán. En ellos, y en un bondadoso profesor del colegio
Santo Antônio, encontrará la fuerza que le falta para sobreponerse
a la nostalgia y salir airoso –si es posible– de tanta travesura.
Fotografía de la cubierta: Elisa Mariela Rodriguez Morales
Qué reseña tan conmovedora, eso quiere decir que la historia lo es. No me importaría leer ambos libros.
ResponderEliminarBesos
No conocía este título, pero lo cierto es que por el momento solo he leído un libro de Asteroide.
ResponderEliminarNo tiene mala pinta, pero acabo de leer uno con temática adolescente y casi salto por la ventanaaaaa, no me gustó nada, así que no veo el momento ahora para este.
Gracias por tu opinión.
Besitos.
Yo también leí Mi planta de naranja lima y no estuvo mal. esta ahora mismo no creo que la vaya a leer.
ResponderEliminarYo debo ser muy rara pero Mi planta de naranja lima no me convenció en absoluto así que a pesar de tu buena opinión, lo cierto es que ando un poco reticente a animarme de nuevo con el autor.
ResponderEliminarBesos.
Tengo todavía pendiente el de Mi planta...así que empezaré por ese antes creo. Un besote!
ResponderEliminarBuenas.
ResponderEliminarEn su momento no me gustó Mi planta de naranja lima, se me hizo muy aburrido así que no creo que me anime con este libro.
Un saludo y gracias por la reseña.