Premio Nacional de Narrativa 2002
Esta novela es diferente a otras, porque tiene un estilo original por la forma en que está estructurada, utiliza mucho frases cortas que dejan intuir lo que está contando, donde lo destacable no es la narración sino los sentimientos que transmite.
Lucas y su hermana María son muy mayores, él tiene pérdidas de memoria y ella empieza a tenerlas. Él sueña con escalar las 14 montañas de ocho mil metros que hay en el mundo y ella le respalda en sus sueños. Él escribe por orden del médico para que no pierda tan rápido la cabeza y ella escribe porque es lo que siempre ha querido. Él ha tenido una carpintería y ella ha sido maestra. Él se quedó viudo y los dos perdieron a otro hermano.
Ahora se tienen el uno y el otro junto a sus recuerdos.
En sus vidas aparece un joven, Marcos, a quien encuentran un día al volver del hospital viviendo en su casa, y al que le ofrecen quedarse. Como si fuese lo más normal, porque otra característica de esta novela es la cotidianeidad.
Desde ese instante sus vidas se entremezclan de tal manera que empiezan a formar una familia. En la que también se involucra Roma, una mujer de la que se enamora Marcos. Esta unión de juventud y vejez es muy especial.
La relación de estos personajes crea sensación de ternura y de cariño, y lo hace con tanta sencillez que convierte cualquier situación en algo natural, llegando a provocar más de una sonrisa a la vez que deja una leve sensación de tristeza.
El pasado y el presente nos llegan intercalados, los recuerdos son casi tan importantes como el día a día. Las referencias a los ocho miles desde el Annapurna hasta el Shisha Pangma (SP) son continuas. Utiliza bastante los símiles. Y el contenido y el significado de las frases es en algunos momentos casi poético.
No es un libro para cualquier lector, no es un best seller, creo que para saborear esta novela hay que leerla despacio, no intentando sacarle sentido a la historia sino intentando extraer los pequeños detalles, esos que nos enseñan lo maravilloso que puede ser compartir la vida y convivir, sin pedir nada a cambio, sólo disfrutando con la compañía.
Esta novela es diferente a otras, porque tiene un estilo original por la forma en que está estructurada, utiliza mucho frases cortas que dejan intuir lo que está contando, donde lo destacable no es la narración sino los sentimientos que transmite.
Lucas y su hermana María son muy mayores, él tiene pérdidas de memoria y ella empieza a tenerlas. Él sueña con escalar las 14 montañas de ocho mil metros que hay en el mundo y ella le respalda en sus sueños. Él escribe por orden del médico para que no pierda tan rápido la cabeza y ella escribe porque es lo que siempre ha querido. Él ha tenido una carpintería y ella ha sido maestra. Él se quedó viudo y los dos perdieron a otro hermano.
Ahora se tienen el uno y el otro junto a sus recuerdos.
En sus vidas aparece un joven, Marcos, a quien encuentran un día al volver del hospital viviendo en su casa, y al que le ofrecen quedarse. Como si fuese lo más normal, porque otra característica de esta novela es la cotidianeidad.
Desde ese instante sus vidas se entremezclan de tal manera que empiezan a formar una familia. En la que también se involucra Roma, una mujer de la que se enamora Marcos. Esta unión de juventud y vejez es muy especial.
La relación de estos personajes crea sensación de ternura y de cariño, y lo hace con tanta sencillez que convierte cualquier situación en algo natural, llegando a provocar más de una sonrisa a la vez que deja una leve sensación de tristeza.
El pasado y el presente nos llegan intercalados, los recuerdos son casi tan importantes como el día a día. Las referencias a los ocho miles desde el Annapurna hasta el Shisha Pangma (SP) son continuas. Utiliza bastante los símiles. Y el contenido y el significado de las frases es en algunos momentos casi poético.
No es un libro para cualquier lector, no es un best seller, creo que para saborear esta novela hay que leerla despacio, no intentando sacarle sentido a la historia sino intentando extraer los pequeños detalles, esos que nos enseñan lo maravilloso que puede ser compartir la vida y convivir, sin pedir nada a cambio, sólo disfrutando con la compañía.
Algunas frases del libro:
“En la calle se oían las vacaciones de los niños y los niños oyeron, a su vez, un ruido extraño y aparatoso, que no era más que el beso que le estaba dando María a su hermano, en la habitación del hospital.”
“En la calle se oían las vacaciones de los niños y los niños oyeron, a su vez, un ruido extraño y aparatoso, que no era más que el beso que le estaba dando María a su hermano, en la habitación del hospital.”
“Lucas tenía dos tipos diferentes de ojos: los azules, los de antes, y los grises, los de ahora. María le solía decir lo mismo, dos cabezas tienes tú, la de ahora y la de hace sesenta años.”
“Lucas le solía decir a Marcos que el día tiene dos partes. Casi todos los días tienen dos partes: el día en sí y cuando el día empieza a dejar de ser día.
Decía que el día en sí era para hacer cosas, para ir y venir, para serrar si había que serrar y para hablar si había que hablar. Pero que cuando el día empezaba a dejar de ser día las cosas cambiaban bastante. Cuando el día empezaba a ser día era para contar. Para contar las idas y venidas, para contar qué se había hecho con la sierra y para contar con quién se había hablado y de qué. Para eso era, esencialmente, el final del día.”
Decía que el día en sí era para hacer cosas, para ir y venir, para serrar si había que serrar y para hablar si había que hablar. Pero que cuando el día empezaba a dejar de ser día las cosas cambiaban bastante. Cuando el día empezaba a ser día era para contar. Para contar las idas y venidas, para contar qué se había hecho con la sierra y para contar con quién se había hablado y de qué. Para eso era, esencialmente, el final del día.”
“Marcos, María y Lucas estaban escribiendo, como si escribir fuese una cosa natural. María escribía en la cocina y en el cuarto de baño. Lucas escribía en la sala y escribía sobre pirámides, sobre tipos de chocolate y sobre murciélagos humildes. No ponía tildes, ni demasiadas haches. Marcos escribía en la habitación, y escribía sobre una cosa y pensaba en otra.”
“María puso todas las fotografías encima de las piernas: casi todas eran en blanco y negro, de cuando Lucas y María eran otra cosa. Roma estaba en una silla porque no cabían los cuatro en el sofá; Marcos le pasaba las fotografías de una en una, y era María quien daba las explicaciones, de una en una también. Las explicaciones tenían sesenta años la más joven.”
Contracubierta o parte de la misma:
Lucas, el anciano viajero que sueña con alcanzar las cumbres más altas del Himalaya a pesar de la fragilidad de su mente. Marcos, un músico que busca su lugar en el mundo y encuentra el amor de Roma. Y María, la hermana de Lucas, escritora anónima en busca del instante feliz que da sentido a la vida.
Esta novela es también el lugar de encuentro entre la juventud y la vejez, un espacio lleno de humor, ternura, sabiduría y asombro, una manera de contar, directa y cristalina, el nacimiento del amor, el avance de la enfermedad, la práctica de la convivencia y el valor de la buena compañía. Y además, una exploración sutil y directa de las ilusiones y los deseos, no sólo de los personajes, sino también los del propio lector.
Lucas, el anciano viajero que sueña con alcanzar las cumbres más altas del Himalaya a pesar de la fragilidad de su mente. Marcos, un músico que busca su lugar en el mundo y encuentra el amor de Roma. Y María, la hermana de Lucas, escritora anónima en busca del instante feliz que da sentido a la vida.
Esta novela es también el lugar de encuentro entre la juventud y la vejez, un espacio lleno de humor, ternura, sabiduría y asombro, una manera de contar, directa y cristalina, el nacimiento del amor, el avance de la enfermedad, la práctica de la convivencia y el valor de la buena compañía. Y además, una exploración sutil y directa de las ilusiones y los deseos, no sólo de los personajes, sino también los del propio lector.
Traducción de Unai Elorriaga
Tiene pinta de ser de un sensiblón...
ResponderEliminarPor lo que comentas y las citas que has elegido, más que nada =)
Lo apunto!
Besotes
Creo que me puede gustar mucho por el argumento y por lo que nos cuentas en la reseña. De Unai Elorriaga he leído Londres no es de cartón y me gustó mucho. Además lo conocí en la feria del libro de Madrid el año pasado, donde me firmó el libro, y es muy simpático, muy cercano. Muchos besos.
ResponderEliminarParece una historia muy bonita, un libro sensible de esos que te transmiten muchas emociones así que anotado queda
ResponderEliminarun beso!
Me ha gustado lo que cuentas de esta novela. Y como me suelen gustar estos libros que hay que leer despacito, deteniéndose en los detalles más que en la historia en sí, no puedo evitar apuntármelo... y subrayadito en rojo, para no tardar mucho en leerlo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues no me sonaba de nada, pero eso de que transmita más sentimientos que otra cosa me gusta.
ResponderEliminarPues no conocía ni a la obra, ni al autor. Pero me ha gustado tu reseña, así que apuntado queda. Un beso
ResponderEliminarSólo pasaba ahora para decirte que tienes un premio esperándote en mi blog.
ResponderEliminarBesotes!!!
Shorby: podría ser como tu dices sensiblón, pero la forma en que está escrito te hace estar también con la sonrisa.
ResponderEliminarUn abrazo
Goizeder: ¡qué bien que hayas conocido a este autor!. Para mi es el primer libro que leo suyo pero no me importaría repetir con otro. Buscaré el que dices de "Londres.."
Un abrazo
Tatty: es una historia sencilla para leer despacio, donde los personajes dicen mucho.
Un abrazo
Margari: lo importante es el significado de los pequeños detalles.
ResponderEliminarUn abrazo
Espe: a mi tampoco me sonaba de nada, lo escogí al azar en la biblioteca, y fue un acierto.
Un abrazo
Saramaga: hay tantos libros y autores... Pero éste ha valido la pena leerlo.
Un abrazo
No conocía ni al libro ni al autor, y aunque se ve buen libro me parece un poco triste para cogerlo ahora, el tema de la vejez y eso no me acaba de convencer mucho. Bsos
ResponderEliminarNo conocía esta novela, pero por lo que cuentas creo que me podría gustar, así que apuntada queda.
ResponderEliminarGracias por darla a conocer. Un beso.
Carol: aunque ahora no te apetezca mucho, tal vez en otro momento. Vale la pena.
ResponderEliminarUn abrazo
Luisa: de nada, creo que es lo bonito de los blogs de libros, unos a otros nos presentamos novelas.
Un abrazo