Personajes sin nombre, en alguna época y en algún lugar sin concretar.
Sólo descripciones muy detalladas de una comarca despoblada, de un páramo
dejado de la mano de Dios, de los llanos bañados por el sol que deja el pasto
seco. Transmitiendo sensaciones de sequía, de terrenos baldíos y yermos, de
suelo pedregoso y tierra árida, donde el sol cae a plomo. Y en estos parajes es
donde un muchacho quería alejarse de su casa, de su padre, del alguacil y de su
pueblo. Huir. Y acaso ¿el tiempo y la distancia harán que se tranquilice?
Se fugó porque necesitaba alejarse del infierno y sufrimiento en que
vivía. Pero no planificó cómo hacerlo ni que tendría que sobrevivir en
condiciones extremas. Llegando a pensar que algo malo habría hecho para merecer
el hambre y a su familia. Cree que ese es su lugar, resignándose, le da igual
morir que regresar. Pero el encuentro con un viejo pastor ¿le ayudará?
Este libro está escrito con un léxico cuidado, rico y rebuscado, un
vocabulario de términos rurales en desuso que nos recuerda la belleza del
castellano. Aunque conviene tener a mano un diccionario si queremos ampliar el
significado de cada palabra. Es un texto denso que deja la sensación de que el
tiempo no avanza. Tan denso como la sequía que provocó la ruina del pueblo,
sometiendo a sus habitantes a las reglas de la tierra seca, originando la
desolación que desencadenó la despoblación. Y avanzaremos despacio con este
niño desde que empezó su huida una noche sin luna, y para él se inició, o tal
vez se terminó, todo.
Podemos imaginar el lugar, e incluso la época, por las descripciones tan
minuciosas y los términos utilizados. Podemos sentir la sed y el hambre, la
aridez de las tierras, el desasosiego de los personajes. Podemos ver el
contraste entre los caciques y la pobreza. Podemos preguntarnos si este niño
crecerá ejerciendo la violencia que siempre ha visto a su alrededor. Podemos
ver como un viejo podría cambiar ese futuro. Podemos leer despacio, con la
misma lentitud que el paso del tiempo en este libro. Podemos pensar que no
sucede nada. Pero según avancemos la lectura, entre el paisaje que cada vez
cobra más protagonismo, irán surgiendo algunos personajes, pocos, pero
suficientes, conoceremos algo del pasado y la historia irá teniendo cada vez
más sentido. Y terminaremos con una novela que, aunque empezó pareciéndome
lenta y recargada de vocabulario, ha conseguido dejarme pensando en la dureza de ese lugar y en esos personajes anónimos que crecen en la intemperie.
Algunas frases del libro:
“Frente a aquella marmita de dolor, el chico pensó que sólo su extrema
debilidad le impedía matarse.”
“El recuerdo de que podría existir un lugar en el que respirar mejor.”
“La intemperie le había empujado mucho más allá de lo que sabía y de lo
que no sabía acerca de la vida.”
“Puede que la distancia, el tiempo y el roce incesante con la tierra
limaran sus asperezas y lo calmaran.”
Contracubierta o parte de la misma:
Un niño escapado de casa escucha, agazapado en el fondo de su
escondrijo, los gritos de los hombres que lo buscan. Cuando la partida pasa, lo
que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si
quiere alejarse definitivamente de aquello que le ha hecho huir. Una noche, sus
pasos se cruzan con los de un viejo cabrero y, a partir de ese momento, ya nada
será igual para ninguno de los dos.
Me llamó la atención esta novela al leerla pero a mi este lenguaje tan rebuscado, cmo comentas, se me hizo excesivo hasta el punto de sobrar muchos de los adjetivos que usa para determinar una misma cosa.
ResponderEliminaralbanta: sí, en ciertos momentos pueden resultar exagerados la cantidad de adjetivos.
EliminarUn abrazo
Este libro gustó mucho, aunque también he visto alguna crítica no tan positiva. Una lectura que parece despertar sentimientos opuestos, así que habrá que leerla sí o sí.
ResponderEliminarBesos
tiene muy buenas criticas, lo tengo en la lista esperándome....
ResponderEliminarkabuki: entonces ya nos contarás que te parece.
EliminarUn abrazo
Holaa!
ResponderEliminarNo conocía el libro y tampoco me llama mucho así que lo dejaré pasar.. :)
Un besito ^^
A ver, me gustó? sí. Pero no es para tanto y a ratos lo vi forzado, como un ejercicio en el que un alumno aventajado buscara sobresalir
ResponderEliminarBesos
mientrasleo: precisamente con el tema del vocabulario tan rebuscado, pensé que escribiría esta novela con el diccionario al lado, tal vez como comentas para sacar la mejor nota...
EliminarUn abrazo
Tengo bastante curiosidad por leerlo, ya lo tengo, pero lo he ido dejando pasar, ahora tengo ganas de retomarlo, jeje. Un beso.
ResponderEliminarPues lo tengo en casa, esperando turno =)
ResponderEliminarBesotes
Shorby: te digo como a Meg, esperaré a ver publicada tu reseña para saber qué tal.
EliminarUn abrazo
Me da un poquito de pereza, la verdad...
ResponderEliminarun besote!
Esta semana ha salido como la mejor novela de 2013 para los lectores de El País... Yo había leído alguna reseña, pero esa aridez que señalas me echa algo para atrás. No tengo nada claro si lo acabaré leyendo... 1beso!
ResponderEliminarTizire: lo de clasificar como mejor novela es algo tan personal... Para mi no lo ha sido, pero si me ha gustado leerla, sobre todo, a partir de la mitad y el final.
EliminarUn abrazo
Es uno de mis libros pendientes aunque me asusta un poco eso que dices de la densidad...En fin: ya le llegará el momento.
ResponderEliminarAbrazo!
Zamarat: y dependiendo del momento te parecerá una cosa u otra. Pero seguro que no será una ágil lectura ;)
EliminarUn abrazo
Este libro lo dejé pasar, no sé, para colmo me desvelaron parte de lo que cabe esperar y no me decido. Tú reseña me confirma el ir con pies de plomo.
ResponderEliminarBesos
Marilú: es una novela de la que se ha hablado bastante y eso nos puede crear expectativas erróneas o no. Yo tampoco tenía claro si leerla, pero la vi en el mostrador de la biblioteca y fue un impulso. No me arrepiento, a pesar de que sea una lectura densa y con un vocabulario a veces demasiado rebuscado. El final me lo compensó.
EliminarUn abrazo
Ana Blasfuemia: por muchas opiniones que se lean, tiene que ser nuestra propia lectura quien nos diga que nos parece. Pues cada uno interpretamos de una manera un mismo libro, incluso depende del momento en que lo leamos.
ResponderEliminarUn abrazo
Salud: pues a elegir otra novela...
ResponderEliminarUn abrazo
Meg: estaré atenta a tu blog para cuando publiques la reseña. A ver qué opinas.
ResponderEliminarUn abrazo
Ismael: si te da pereza de momento no te recomiendo que te metas en esta lectura. Es un poco densa y lenta. Pero lo mismo en otro momento...
ResponderEliminarUn abrazo
acabo de terminarlo y me ha gustado mucho
ResponderEliminaranónimo: gracias por comentar.
EliminarUn abrazo
Lo siento por la herejía que representa no ser "degustador" de esta novelita pero yo veo una colección de "lugares comunes" por donde desfilan desde las hormigas de GArcía Marquez hasta las arideces de Rulfo y pasando como no, por Padre Padrone, y por si fuera poco: escenas repetidas casi con las mismas palabras, errores imperdonables como serones que se queman y reaparecen otra vez en el absurdo de los absurdos y suma y sigue. Fallos que un corrector de word detectaría en cinco minutos, incomprensibles en un novelista-realista y fallos argumentales que demuestran que el autor no ha visto nunca escenas que describe. Oportunista eso si. Calidad aceptable para un relato largo, pero no para una novela. Llevo cincuenta años leyendo cosas y aún me asombro ante tamañas argucias de las editoriales para sacar adelante sus productos.
ResponderEliminarAnónimo: gracias por tu comentario. Me gusta conocer opiniones diferentes, hacen que reflexione de nuevo sobre un libro y pueda descubrir aspectos que en una primera lectura no detecté.
EliminarUn abrazo