Es
una novela policíaca distinta a las tradicionales porque tiene su
toquecillo de humor, gracias a las peculiaridades y la forma de
actuar de cada personaje, quienes tienen recursos para todo, y otro
puntazo muy bueno es el montaje y decoración de las nuevas oficinas.
Y es que esta brigada, dirigida por la comisaria Capestan, es de lo
más variopinta. Pero ella les da un voto de confianza, sin
importarle la reputación de cada uno. Notándose que hay “feeling”
entre los compañeros.
Así
Anne Capestan pasa de vivir con incertidumbre en su vida profesional
a tener un objetivo y un plazo de vencimiento. Y esta oportunidad se
la da uno de sus jefes, Buron, quién tiene sus razones para ponerla
al mando de este nuevo grupo donde parece que sólo mandan al
personal sobrante.
Pero
no se queda de brazos cruzados, sino que recupera casos antiguos,
para tener éxito donde antes se había fracasado. Y está decidida a
llegar hasta el final en cada caso. No se va a rendir, caiga quien
caiga. Ella es resolutiva y va a demostrar que su brigada sirve para
algo. Y si tiene que plantarles cara a los jefazos, pues se planta.
En el fondo les han dado una oportunidad para demostrar lo que valen.
Me
ha parecido genial como la autora maneja la trama, tejiendo hilos de
intriga desde diversos puntos para unirlos en determinado momento. Y
como bajo ese clima humorístico, hay un trasfondo serio sobre la
profesionalidad y actuación de la policía. Aunque el peso de esta
historia son los personajes, dejando ganas de compartir más
investigaciones con ellos. Así que habrá que ir a buscar el
siguiente libro de esta serie “Aviso de muerte”.
Algunas
frases del libro:
“No
podía resignarse a su suerte, ni estancarse en la apatía que todo
el mundo le deseaba. Para rendirse incluso sin que se lo ordenasen,
mejor se volvía ya a casa.”
“Tenemos
libertad para hacer nuestro oficio tal y como soñábamos cuando nos
enrolamos. Investigamos sin presiones, sin rutinas, sin tenerle que
rendir cuentas a nadie.”
Contracubierta
o parte de la misma:
Anne
Capestan es una policía joven y apasionada. Ha sido una estrella,
pero se encuentra alejada de su cargo tras haber disparado a un
hombre durante una investigación cuyos detalles no han quedado
claros. Cuando acude nuevamente a la sede de la Policía Judicial
parisina para la decisión final sobre su carrera, su jefe le
comunica que la ha puesto al frente de una brigada especial. Pronto
sabrá quiénes componen esta brigada sin nombre, sin coche y sin
armas: un borracho, una escritora escandalosa – su perro –, un
informático despistado, un gafe... Dos casos aparentemente anodinos
y nunca resueltos les esperan: una mujer estrangulada en su sofá y
un jubilado al que han disparado en el río.
Traducción
del francés de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego
Me llama la atención que tenga ese humor que tanto resalta, no es lo que me esperaba, más bien todo lo contrario. Me gusta el ambiente que describes. Me la guardo por ser original.
ResponderEliminarBesos
Buenas.
ResponderEliminarLa novela policíaca me encanta pero, no sé el porqué, este libro no me termina de convencer. Tal vez cambiaría de idea si lo leo pero, de momento, lo dejo pasar.
Un saludo.
No me importaría nada ponerme con esta saga policial, pero no doy para más d emomento.
ResponderEliminarUn beso ;)
Reconozco que al principio la descarté porque esas mezclas de novela negra y humor... me echan para atrás. Pero después de las reseñas que he ido leyendo, creo que sí la disfrutaría.
ResponderEliminarBesos.