Este
es el primero de los siete libros que componen la autobiografía de
Maya Angelou (Marguerite Annie Johnson), nacida en Misouri en 1928, y
que vivió casi toda su infancia en una zona rural de Arkansas. A lo
largo de su vida fue una defensora de los derechos civiles. Su
narración bebe de su faceta de poeta. El título del libro procede
del poema “Sympathy” de Paul Laurence Dunbar.
Y
tras este párrafo previo que sitúa a esta mujer en la época y en
las circunstancias que le hicieron ser como fue. Solo puedo
recomendar leer este libro. Pues está impregnado de sus sentimientos
en cada hecho que cuenta. Y lo especial es como lo hace, el tono que
utiliza, y la sensibilidad al transmitir los recuerdos de su
infancia.
Por
una parte habla de su familia. De la adoración que siente por su
hermano Bailey, que es un año mayor. De lo especial que es su abuela
paterna, la Yaya, que es energía y fuerza (y un gran ejemplo para su
nieta). Del cariño enorme que siente por su tío Willie. Y de su
padre y de su madre tanto desde la distancia por no vivir con ellos,
como desde la cercanía en las temporadas que estuvo con cada uno.
El
período de su vida del que habla en este libro va desde sus 3 años,
cuando sus padres la enviaron en tren junto a su hermano de 4 años,
de California a Arkansas, con su abuela paterna. Hasta sus 16 años.
La
ambientación y el retrato social de la época contribuyen a
situarnos en aquellos años donde la diferencia blancos y negros
estaba marcada bajo el verbo segregar. Mostrándonos la desesperación
y angustia que siente por ser tratada de manera inferior, tan solo
porque es negra. A lo que se suma ser mujer. Por lo que su logro,
gracias a su perseverancia y a la motivación de su madre, de
trabajar en el tranvía, con tan solo 15 años y ser la primera mujer
negra que trabaja ahí, es muy loable.
Pero
su infancia no solo estuvo marcada por la coyuntura social y política
de entonces, sino también por su situación familiar y, sobre todo,
por un hecho muy traumático que sufrió a los 8 años.
Por
lo que esta historia, su historia, está llena de dolor, un dolor que
llega al lector en cada frase, pero no es un relato desgarrador, a
pesar de la dureza que engloba, sino que tiene algo de reconfortante,
debido a su forma de narrar, pues se nota la ingenuidad y la dulzura
que transmite a través de los ojos de la niña y adolescente que
fue.
Algunas
frases del libro:
“Si
bien el proceso de desarrollo de una muchacha sureña negra es
doloroso, la sensación de estar fuera de lugar es como el óxido de
la navaja que amenaza con cortarte el cuello.”
“Mi
raza gimió. Era la caída de nuestro pueblo. Era otro linchamiento,
otro negro más colgado de un árbol, otra mujer víctima de una
emboscada y violada, un niño negro azotado y mutilado. Eran sabuesos
siguiendo la pista a un hombre que corría por ciénagas. Era una
mujer blanca abofeteando a su criada por haber olvidado algo.”
“¿Qué
tipejo con cara de cemento armado de qué escaño del condado había
decidido que, si mi hermano quería llegar a ser abogado, había de
hacer primero la penitencia por el color de su piel recogiendo
algodón, azadonando maíz y estudiando por las noches cursos por
correspondencia durante veinte años?”
“Estaba
absorto en un misterio, encerrado en el enigma que los muchachos
negros sureños empiezan a descifrar, a intentar descifrar, a partir
de los siete años y hasta la muerte: el rompecabezas de la
desigualdad y el odio, carente de la menor gracia. Su experiencia
planteaba la cuestión del valor y los valores, de la inferioridad
agresiva y la arrogancia agresiva.”
Contracubierta
o parte de la misma:
En
la primera y más conocida de sus novelas autobiográficas, Maya
Angelou nos habla de su dura infancia y de los trances por los que
tuvo que pasar hasta convertirse en una mujer independiente. Criada
en un pequeño pueblo de Arkansas por su abuela, Angelou aprendió
mucho de esta mujer excepcional y de una comunidad
extraordinariamente cohesionada; unas lecciones de vida que la
ayudarían a sobrellevar las dramáticas circunstancias a las que
tuvo que enfrentarse posteriormente en San Luis y California. Este
emocionante relato retrata también la vida de la mayor parte de la
población negra del Sur de los Estados Unidos durante la primera
mitad del siglo XX.
Angelou,
una de las poetas más famosas de EE.UU., tenía un don
extraordinario para narrar; su libro, que es a la vez alegre y
triste, misterioso y memorable, como la niñez, nos habla de los
anhelos y miedos infantiles, del amor y del odio, de cómo las
palabras pueden hacer del mundo un lugar mejor.
Traducción
de Carlos Manzano
Ilustración
de la cubierta: Song Speckles
Me encantó ese libro y me cayó el alma a los pies cuando vi que eran tantos. Pero da igual porque es genial. Cómo cuenta las cosas sin haberse la víctima aunque lo es pero como centrándose en salir hacia delante. La época aunque era muy difícil tiene su encanto. Y mucha luz.
ResponderEliminarBesos
Hola! No conocía el libro y pese a que parece una historia interesante el que sean tantos libros me tira para atrás así que por ahora lo descarto. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
Lo dejo pasar... No me llevo muy bien con la editorial aunque sí he leído algunos títulos, pero tenemos una relación difícil.
ResponderEliminarCon este no me animo.
Besos.
Parece muy interesante aunque saber que son siete libros me da bastante pereza. Besos.
ResponderEliminar