Los
personajes, las conversaciones entre ellos, la montaña rusa de
emociones que transmite la lectura de este libro es claramente marca
de la casa, la señal inequívoca de que está escrito por Alejandro
Palomas. Su estilo narrativo con cierto tono poético. La delicadeza
con que dosifica sentimientos, de la alegría a la tristeza, para
regresar entre llantos a la risa, dejando espacio para que el lector
asuma tanto dolor, tanta alegría, y tanta intensidad de emociones.
Es lo mejor de estas historias. Las que me encontré en “Una
madre”, “Un perro” y “Un amor” con Amalia y su familia. O
también con el inolvidable Guille de “Un hijo”. Por eso mismo,
saber que “El tiempo que nos une” fue escrito anteriormente aún
ha hecho más bonita la lectura, pues creo que el propio poso que le
dejaron al autor los personajes de este libro ha generado los también
maravillosos personajes posteriores.
En
la edición que he leído, el propio escritor, explica en el prólogo
cómo esta novela ha ido creciendo. Como las diferentes partes
compusieron una única obra. La cual creo que podría continuar, y si
fuera así, sería genial. Porque las mujeres protagonistas, que con
sus voces en primera persona, cuentan de manera muy natural, con
sinceridad, sin medias tintas, las pérdidas, las ausencias, las idas
y los regresos. Lo que pasa en sus vidas y como lo que les sucede a
cualquiera de ellas afecta a las demás. También ha llegado a mi
corazón, y tanto cariño apetece seguir compartiéndolo.
Mencía,
con sus más de 90 años y unos ojos que dicen mucho, ya no tiene
vergüenza y suelta las cosas tal y como le vienen a la cabeza, le da
igual como suenen “habla como siente”. Me ha parecido memorable
la carta final que, para mi, compensa la balanza entre las emociones
y ternura que desprende en esas frases y su comportamiento
estrambótico.
Luego
están sus hijas Lía y Flavia, la primera siempre es cariñosa y
comprensiva, la segunda deja al principio la impresión de que es un
poco borde (aunque os digo que en este caso la primera impresión no
sirve).
Completando
el quinteto de mujeres, las nietas, Bea, que es pura amabilidad, e
Inés, quien dice las cosas a contra golpe, como su abuela.
Pero
con ellas no queda cerrada esta familia, porque también tienen su
parte esencial Helena, Tristán, Jorge e Irene.
Conformando
todos ellos una familia a la que la vida les ha dado momentos buenos
y malos, situaciones que dejan huella, que les han alejado o les han
acercado, mientras una isla y un faro les guía.
Me
gusta como escribe Alejandro Palomas. Por su manera de transmitir
emociones. Porque las conversaciones recogen verdades sinceras.
Porque dice tanto con pocas palabras y con frases finales que sientan
sentencia (de la buena). Y además, porque sus personajes resultan
muy creíbles, naturales, porque son como la vida misma.
Algunas frases del libro:
“Para
ser vieja hay que haber aprendido a morderse la lengua con cariño. A
cerrar la boca a tiempo. Y a rondar la locura para que las verdades
sean excusables.”
“Sólo una madre de un hijo ausente lo sabe: la combinación trenzada de duelo, ausencia e imaginación crea monstruos.”
“Si encontrara a alguien que me hiciera reír como lo logra Mencía, recuperaría la fe en muchas cosas.”
“De repente me doy cuenta de que los ojos de la abuela encierran cosas que quiero saber, ocres y marrones de una vida parida desde atrás, también pena y cansancio. En sus ojos de invierno llora la mañana desde fuera, desde el cielo cubierto de negro, y llora también la mujer desde dentro, resistiendo todavía, anclándose en lo que sabe imaginar, invocar. Llora Mencía como una niña muda, en silencio, tragándose la pena contra la tormenta.
Pero
en sus labios me tropiezo con una sonrisa. Todavía queda algo de luz
en esos noventa y dos años.”
“Qué extraña es la vida a veces. Y qué hermosa.”
Contracubierta o parte de la misma:
La
abuela Mencía convalece junto a su nieta, Bea, que no quiere contar
lo que de verdad le duele. Éste es el inicio de “El tiempo que nos
une”, una novela coral de voces femeninas, una saga de mujeres con
corazones tan grandes que son capaces de albergar desde el amor más
profundo hasta el mayor de los sufrimientos. Entre las cinco
protagonistas de la historia, los lazos familiares se entretejen
hasta formar una red que a veces atrapa, otras abraza y que, sobre
todo, protege. Mencía, la matriarca sabia y deslenguada; Lía, que
siempre se queda; Flavia, que vive en la ausencia; Inés, madre que
sufre y amante que lamenta; y Bea, la más joven, son personajes
inolvidables que callan secretos pero gritan verdades, y que sienten
y ríen y lloran.
Ilustración
de la cubierta: archivo personal del autor.
Otros
libros de este autor reseñados en este blog: “Una madre” (enlace
aquí), “Un perro” (enlace aquí), “Un amor” (enlace aquí) y
“Un hijo” (enlace aquí)
Del autor sólo he leído Un amor, que me encantó. Y por lo que cuentas de esta novela, también la voy a disfrutar mucho. A ver si me animo pronto.
ResponderEliminarBesotes!!!
No dudes en animarte, Margari. Nosotros hemos leido casi toda la bibliografía de Alejandro Palomas, y 'El tiempo que nos une' es nuestra obra favorita.
EliminarAún no he tenido el placer de leer a Alejandro Palomas, pero tengo la suerte de tener en casa la novela que reseñas, así que lo descubriré en el nuevo año. Tus palabras no dejan duda de que el autor es parada obligatoria.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo tengo pendiente desde hace muchísimo. A ver si me `pongo con él.
ResponderEliminarBesos.
Me gusta a medias, reconozco que escribe bien pero creo que abusa de lo emocional. Solo he leído una novela y quizás lea otras, pero ese "pero" me retrae.
ResponderEliminarAbrazos.