Tras un corto prólogo donde conoceremos a Barnum y a su hermanastro Fred en una situación de su infancia y adolescencia, la cual cobra sentido hacia el final del libro, por tanto me parece que está bien escogido ese momento. Continua el primer capítulo en la actualidad, en el Festival de Cine de Berlín, y sabremos un poco más de los sentimientos, emociones e inquietudes de Barnum. Para en el siguiente capítulo trasladarnos en el tiempo a 1945, cuando llega la paz a Noruega.
En este recorrido
familiar son importantes su bisabuela (La Vieja), su abuela (Boletta) y su
madre (Vera), las mujeres solitarias de Gorbitzgate, a quienes nadie entiende.
Además, la historia de su familia es una carta que escribió su bisabuelo. Pero,
sobre todo, están Barnum y su hermanastro Fred. Su vida es su historia. Y es
que Fred está por encima de toda duda, es indudable, además, tiene una conducta
imprevisible. Haciendo que Barnum pierda los estribos cuando lo comparan con
él. Llegando un momento en que tampoco quiere recordarlo. Piensa que si dejas
pasar el tiempo, poco a poco todo se olvida. “El tiempo fue la gran goma de
borrar que pasó sobre su vida.” Desde pequeño fue un ser solitario, sin amigos,
acomplejado por ser bajito, por tener un nombre extraño, acribillado en el
colegio por esos motivos. Por fin tiene un amigo, Peder, se conocen en
circunstancias “especiales” en la Academia de baile. Y también a Vivian. Entre
ellos son el bajito, el gordo y el accidente (ella nació en un accidente). Y es
que una cosa lleva a la otra, es una cadena de sucesos. Como una escena que se
subtitula de nuevo. Su voz habla dentro de su vida, a través de los años,
haciendo que la escena encaje en el resto de la historia. Porque en la vida hay
casualidades que asocian momentos. Pues Barnum es guionista de cine, escribe
sus sueños, sobre las personas que han desempeñado algún papel en su vida,
sobre su pequeño mundo, sobre los lugares que nos hacen personas. Y en esas
referencias al cine hay una escena muy bonita, cuando recuperan las butacas 18,
19 y 20 de la fila 14 del cine Rosenborg. Y el recuerdo a Lauren Bacall y su
película “El sueño eterno”.
En esos guiños al séptimo
arte aparece varias veces la palabra flashforward, que según he leído es un
avance hacia el futuro, se asemeja al flashback que conecta el pasado y el
presente. Así es como anticipa recuerdos, lo mismo que echa poéticas miradas
hacia atrás. Apareciendo personajes, que aunque en el relato sean secundarios,
tienen fuerza por sí mismos, y son clave en la crónica familiar.
Y en esas miradas al
pasado recuerdo que este libro me lo recomendó Miguel Ángel del blog Rincón de
lectura, en un comentario que hizo en mi reseña (aquí) sobre el libro “Rosa
candida”. Dándome como resultado una
lectura agradable, con instantes conmovedores junto a otros, en cierta manera,
cómicos. Me ha parecido un relato que no pierde gas en ningún momento, a pesar
de su extensión, pues enlaza bastante bien las situaciones y los personajes. Ha
resultado grato conocer esta saga familiar desde la perspectiva de Barnum,
quién adopta una frase de su padre: “lo importante no es lo que ves, sino lo
que crees ver.”
Algunas frases del libro:
“Sí, había dudado de casi
todo, por no decir de mí mismo, incluso dudaba de que existiera algo que se
pudiera llamar “mí mismo”, en mis momentos sombríos me consideraba a mí mismo
una cantidad limitada de carne, amontonada en un determinado sistema que
llevaba el nombre de Barnum.”
“El silencio de Vera es el comienzo de nuestra historia, porque todas las historias han de comenzar por el silencio.”
“Colgamos de un hilo muy fino, y ese hilo está hilado con la sombra de las casualidades.”
“Uno se pierde la mayor parte de las cosas de la vida.”
Contracubierta o parte de la misma:
Barnum Nilsen, guionista
noruego, se encuentra en el Festival de Cine de Berlín donde su representante
está negociando con diversos productores. Pero Barnum está más interesado en
empinar el codo en el bar que en negociar con desconocidos y, animado por el alcohol,
se sume en la nostalgia y hace repaso a lo que ha sido su vida. Empieza
entonces un relato apasionante, que se inicia el día de la liberación de
Noruega, el 8 de mayo de 1945. Barnum comienza a evocar la historia de su
familia, compuesta por tres generaciones de mujeres: la bisabuela, que fue
estrella del cine mudo y eternamente fiel al rey Haakon; Boletta, la abuela,
una mujer firme y tenaz que hace todo lo posible por sacar a su familia
adelante, y Vera, su madre. Estas tres mujeres de fuerte personalidad conforman
el universo en el cual se mueven Barnum y Fred, su hermanastro.
En su difícil infancia,
Barnum, niño bajito e inseguro, cuenta con la protección de su atrevido
hermanastro, pero eso no impedirá que decida dejar de alimentarse para intentar
evitar meterse en un mundo adulto hecho de mentiras, disimulos y silencios.
Traducción de Kirsti
Baggethun y Asunción Lorenzo
Lo he visto en varios sitios pero creo que esta es la primera reseña pero por ahora lo dejo pasar. Muchos besos.
ResponderEliminarGoizeder: para mi era totalmente desconocido, y fue Miguel Angel quien me lo recomendó. Y ha sido un acierto.
EliminarUn abrazo
Tiene buena pinta. Me lo apunto para posibles futuras lecturas.
ResponderEliminarAbrazo!
Zamarat: entonces si lo acabas leyendo ya nos contarás qué tal.
EliminarUn abrazo
Tenía este libro un poco olvidado en mi lista... "El bajito, el gordo y el accidente..." cuántos lazos de amistad se han forjado así, juntarse por ser "diferentes". Lo reactivo, Blanca, luego ya veremos que el tiempo es el que es y hay tanto libro...
ResponderEliminarGracias y besos!
Ana Blasfuemia: sí, mucho libro y listas larguísimas de pendientes, pero cuando se cuela alguna lectura inesperada y, además, es buena, sientes que ha merecido la pena hacer caso al azar.
EliminarUn abrazo
Parece un libro curioso, me gusta eso de que se indague en la relación entre los dos hermanastros.... Puede estar bien. 1beso!
ResponderEliminarTizire: es importante el hermanastro (ya por el título se supone) pero quien tiene el peso es Barnum, pues a través de él conoceremos a su familia.
EliminarUn abrazo
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía este libro y la verdad es que me tiene muy buena pinta. Aunque ahora mismo tengo mucho pendiente, así que no me voy a animar a leerlo. No descarto darle una oportunidad en el futuro.
Un beso
Isa Martínez: siempre puede suceder que se te cruce por el camino...
EliminarUn abrazo
Oye, me encanta la propuesta, me llevo el libro apuntadísimo, totalmente desconocido pero sabiendo que no pierde gas y lo que plantea, no queda otra.
ResponderEliminarBesos
Marilú Cuentalibros: creo que es de las novelas que le puedes sacar mucho. Quedo impaciente por leer tu reseña si al final lo acabas leyendo.
EliminarUn abrazo
Pues creo que podría gustarme, no lo descarto, un besote!
ResponderEliminarkabu leyendo: otro a la lista... :)
EliminarUn abrazo
Pues no lo conocía, pero parece de mi estilo totalmente.
ResponderEliminarBesos, echaré un ojo
Mientra Leo: entonces a la espera de tu opinión.
EliminarUn abrazo
no lo conocía que cierta es esa frase de que no es lo que vemos lo que importa, sino lo que creemos que vemos. Lo anoto.
ResponderEliminarbibliobulimica: una frase con mucho significado en esta historia.
EliminarUn abrazo
No conocía este libro. De los autores del Norte de Europa siempre he visto libros de thriller y policíacos, así que este es una novedad (sé que tienen más géneros, lógicamente).
ResponderEliminarAunque me ha atraído tengo que dejarlo (no hay mucho presupuesto para libros ahora mismo).
Mithamard Aglarluin: sí, llegó el boom de la novela negra nórdica, y hay otros buenos géneros por descubrir.
EliminarYo voy tirando bastante de bibliotecas, es un ahorro económico y también de espacio en casa.
Un abrazo
Creo que me puede gustar y mucho.
ResponderEliminarBesos, Blanca!
Carmen Forján: ya nos contarás que te parece si al final lees este libro.
EliminarUn abrazo
Ya está en casa, Blanca. ;)
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