Conviene
situarse en la época de la escritora, 1936, y trasladarse al tiempo
en que se desarrolla la acción, unos cien años antes, en la
Inglaterra del siglo XIX, más en concreto en la zona de Cornualles.
Lo
que más me ha impresionado ha sido la minuciosidad en las
descripciones de los paisajes y de la casa. Tan realistas que se
visualiza con claridad la ambientación. La cual es predominantemente
inhóspita, sombría, fría, gris, siniestra. Talmente un invierno de
tormentas muy lúgubre y desolado. Dejando unas sensaciones que te
empatizan con lo que están viviendo los personajes en un entorno de
maldad, crueldad, dolor, malhechores, salteadores, violencia y
machismo.
La
figura central es Mary Yellan, una joven de 23 años, decidida,
valiente y aventurera. Parece adelantada a su época, y en su
obligada llegada a la Posada Jamaica (pues ha quedado huérfana y
allí vive su único pariente) se marca como objetivo salvar y sacar
de allí a su tía Patience, una mujer sumisa y aterrada, por la
relación con su marido, Joss Merlyn, un hombre tirano, alcohólico y
violento. Tan distinto a su hermano Jess Merlyn, quien en apariencia
es tosco y rudo, pero que tiene un punto con el que encandila a Mary.
Aunque ella no se deja amedrentar por ningún hombre, sólo confía
en sí misma. Sin embargo no le viene nada mal cada vez que aparece
en los momentos necesarios un hombre misterioso y educado, a modo de
caballero que siempre salva a la dama, y que no es otro que el
vicario de Altarnun.
Desde
el principio el argumento mantiene la intriga, hay datos que pueden
imaginarse pero no resultan certeros hasta avanzada la historia, por
los giros que se van produciendo. Sin embargo predomina la aventura
sobre el misterio, y tiene un toque de romance que para mi flojea
hacia el final.
Como
datos complementarios: esta novela fue llevada al cine por Alfred
Hitchcock en 1939, quien también adaptó a la gran pantalla algunas
de sus otras obras “Rebeca” (1940) y “Los pájaros” (1963)
Algunas
frases del libro:
“Tenía
la sensación de que eran las dos como ratones en una ratonera, que
no podían escapar, y él jugaba con ellas como un gato monstruoso.”
Contracubierta
o parte de la misma:
Daphne
du Maurier explicaba en una nota preliminar que el establecimiento al
que alude el título aún seguía en pie y que la novela era el
producto de sus fantasías sobre cómo habría sido ciento veinte
años antes. La acción arranca precisamente con un recuerdo clave de
la imaginación romántica: un carruaje que atraviesa los páramos de
Cornualles es zarandeado por la tormenta y en él una joven huérfana,
Mary Yellan, se dirige al encuentro del único familiar que le queda,
su tía Patience, que junto con su marido regentea una lóbrega y
aislada posada de mala fama... a la cual el cochero apenas se atreve
a acercarse.
Traducción
de Concha Cardeñoso Sáenz de Miera
Imágenes
de la cubierta: Grabado de E. Francis, Heritage-Images / The Print
Collector / akg-images; Grabado de Rembrandt van Rijn, Shutterstock
Daphne du Maurier está últimamente cerca de mí. Hace unos días que vi la película "Mi prima Rachel" basada en la novela de mismo titulo. Luego he vuelto a ver y leer "Rebeca". Y ahora te leo está reseña tuya. Está claro que esta mujer está de plena actualidad.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña que da noticia sobre esta novela de esta escritora británica.
Un abrazo
La posada de Jamaica fue una serie de TV, no sabía que fuera una novela.
ResponderEliminarLleva tiempo entre mis pendientes esta novela. A ver cuando me animo. Aunque creo que es mejor no tener las expectativas altas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Anda, pues no tenía ni idea de que esta novela fuera de Daphne du Maurier. Qué cosas...
ResponderEliminarLa acabo de apuntar en mi lista de goodreads para leer. Me gusta el ambiente, la época y la manera en que reseñaste la historia me ha dejado con curiosidad. Abrazo!
ResponderEliminarHe tomado nota de esta novela después de leer tu reseña. La haré un hueco en mis pendientes.
ResponderEliminarBesos