Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

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miércoles, 24 de octubre de 2018

PROHIBIDO NACER de Trevor Noah

Memorias de racismo, rabia y risa

Saber como es la vida actual de Trevor Noah, datos que aparecen al principio de este libro, hace más llevadero el relato autobiográfico de su infancia, adolescencia y juventud. Pues este repaso a su vida desde el momento en que nació en Sudáfrica, cuando el apartheid, fruto de la relación entre una mujer negra y un hombre blanco, ya deja vislumbrar que lo que leeremos en estas páginas puede ser doloroso pues no debió ser un camino fácil.
Pero su madre no se detuvo por nada, refugiándose en la religión, fue enfrentándose a los obstáculos de la vida. Fue una mujer decidida. Alguien que “jamás tuvo miedo. Ni siquiera cuando debería haberlo tenido.” Una mujer independiente en un mundo donde no podía serlo. Y a pesar de las dificultades que tuvo que pasar, no se fue a otro lugar, decía que Sudáfrica era su país. Entonces ¿por qué tendría que marcharse? Y se quedó, y tropiezo a tropiezo siguió adelante. Teniendo una relación muy especial con su hijo. Ella le mostró el mundo.
Y Trevor nos muestra su vida contada desde la primera fila, explica con una lógica aplastante la realidad que vivió. Utilizando un lenguaje, en ciertos momentos, irónico y ácido, frases con doble sentido, mientras hace una clara crítica social y política del país donde nació.
Parece que no deja nada por contar. Son muchas las situaciones y los momentos que recuerda, algunos impactantes, otros donde se ve la fortaleza de su madre, y la capacidad de ambos para sobrevivir, tanto fuera como dentro del seno de su familia. También hay curiosidades como cuando cuenta la importancia de saber idiomas, en concreto de los diferentes grupos étnicos del país, pues a Trevor le salvó el pellejo en diversas ocasiones (ver más adelante una frase de Nelson Mandela). O cuando comenta el barullo que se montó porque un amigo suyo se llama Hitler, y da una explicación muy clarita diciendo que Occidente recoge lo que siembra, pues la colonización de África hizo trabajar mucho a los negros pero no les dio educación, además los blancos no hablaban a los negros, por tanto éstos no se enteraban de noticias que pasasen en el resto del mundo, y por ejemplo muchos no sabían quien fue Hitler, ni lo que hizo, por lo que no era extraño que al tener la obligación de poner un nombre europeo a los hijos, eligiesen nombres que sencillamente habían oído.
Estos temas están expuestos casi como anécdotas, a pesar de lo serios que son, pero en todo el texto predomina el tono de su faceta profesional como monologuista. Y así con un toque de humor negro, y como si para él fuese la mejor forma de enfrentarse a su dramática experiencia vital, nos hace partícipes de lo que fue el apartheid, ser mestizo, la pobreza, la supervivencia, los malos tratos, pero sobre todo comparte el amor hacia su madre. a quien le da las gracias por haber hecho de él un hombre.
A mi esta lectura me ha hecho más consciente de los problemas sociales y políticos que nos rodean, porque aunque ya no exista el apartheid como tal, sí existe el racismo. Me parece terrible la deshumanización de la sociedad, oigan por si no se han enterado ¡estamos en el siglo XXI!. Y el relato sincero de Trevor Noah, que te lleva de la sonrisa a la tristeza, de la rabia a la esperanza, puede ayudar a que quien lo lea abra los ojos a esta realidad.

Algunas frases del libro:
Cuesta explicarlo, pero yo sabía lo que tenía que hacer. Era un instinto animal, propio de un mundo donde la violencia siempre estaba al acecho y a punto de estallar. En los municipios segregados, cuando la policía se te echaba encima con su equipamiento antidisturbios, sus coches blindados y sus helicópteros, yo sabía lo que había que hacer: Corre y ponte a cubierto. Corre y escóndete. Lo sabía desde los cinco años.”

Tuvieron que salir bien un millón de cosas para que nosotros saliéramos tan milagrosamente bien parados durante tanto tiempo.”

Aprende de tu pasado y haz que ese pasado te ayude a ser mejor persona.”

Si sumas todo lo que has leído en Internet en un año – tuits, posts de Facebook, listas – habrás leído el equivalente a una tonelada de libros, pero en realidad no habrás leído un solo libro en todo el año.”

Nelson Mandela dijo una vez: “Si hablas con un hombre en un idioma que él entienda, eso le va a la cabeza. Pero si hablas con él en su idioma, eso le va al corazón.” Y qué razón tenía. Cuando haces el esfuerzo de hablar el idioma de otra persona, por mucho que solo sean frases básicas sueltas, lo que les estás diciendo es: “Entiendo que tienes una cultura y una identidad que existen fuera de mí. Te veo como a un ser humano."

Contracubierta o parte de la misma:
Mi madre me quería tanto, que tuvo que tirarme de un coche en marcha para que huyera.
Mi padre me quería tanto, que cuando paseaba conmigo lo hacía por la vereda de enfrente, sin mirarme.
Mi padre era suizo, muy blanco.
Mi madre era xhosa, muy negra.
Y, según las leyes del apartheid, por ser de razas distintas tenían prohibido hacer el amor.
Pero al parecer lo hicieron... porque nací yo.
Lo peor que podía haber hecho.

Traducción de Javier Calvo

Ilustración de la cubierta: David de las Heras



8 comentarios:

  1. He mirado muy muy por encima porque lo tengo pendiente de lectura.
    Besitos.

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  2. Me ha encantado la frase de Mandela y la idea aunque no sé si la gente en general aprecia ese esfuerzo que haces cuando intentas hablar en su idioma y le da ese valor. Lo recordaré la próxima vez que intente hablar en inglés.
    El libro pinta muy interesante y me gusta el tipo de humor que creo que tiene. Ayuda mucho como dices saber que la cosa salió bien.
    Un saludo

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  3. Por desgracia, el racismo sigue existiendo. Y en estos tiempos parece que va a más. Interesante este libro. No me sonaba, así que tomo buena nota.
    Besotes!!!

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  4. No lo conocía y me resulta muy interesante lo que nos cuentas.
    Besos.

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  5. No conocia el libro pero lo que cuentas me parece muy interesante. Lo apunto y miraré en la biblioteca por si lo tienen. Besinos.

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  6. Me gustó, me gustan los libros testimoniales de lugares que deberíamos mirar porque nos obligan a hacerlo. Además, como bien dices, no es pesimista y eso da un respiro al lector
    Besos

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  7. Este es uno de los muchos de esta editorial que tengo fichados, espero no tardar en leerlo. Un besote!

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  8. pude conseguirlo en la FIL y ya quiero leerlo después de tu reseña.
    Un beso,
    Ale.

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Pido disculpas si tardo en publicar comentarios y en contestarlos. Este blog es muy importante para mí pero no lo único que hay en mi vida.
Gracias por comentar.