Este
libro me hubiera pasado desapercibido si no llega a ser porque hace
unos años leí una reseña en un blog, así que lo apunté en mi
libreta de posibles futuras lecturas, y este verano lo encontré en
la Biblioteca del Mar (biblioplaya).
Me
ha resultado una lectura agradable, pues la relación que establecen
las dos vecinas tiene algo especial.
La
señora Really, de casi 70 años, vive sola, y se trasladó a ese
edificio para estar rodeada de gente más joven. Su vida es un
mosaico confeccionado con retales recogidos de aquí y de allá, le
gusta relacionarse, mezclarse con la gente, dar consejos. Dice que
las prisas son de las pocas cosas que se curan con la edad. Que hay
que extraer en cada momento lo que sea de interés. Y no tener miedo
a lo desconocido.
Está
narrado en primera persona por Dora, una mujer joven, casada con
Ernesto. Y la señora Really es su vecina de abajo. Establece una
vida paralela con ella, pues la ayuda a encontrarse a sí misma, le
da seguridad, le transmite paz, intercambian opiniones...
Coincidiendo con cambios laborales y cambios personales. De esta
amistad aprende a ver las cosas a través de los ojos de Filomena
Really, ella es el reflejo de la vida.
Intercalados
en el libro hay 16 relatos que se cuentan entre ellas, por un juego
que acuerdan. Estos no me han gustado tanto. He preferido la historia
de estas mujeres, cómo se refugian una en la otra, y se ayudan.
Resulta bella su amistad. Aunque me ha producido tristeza sus
situaciones personales, ya que Filomena tiene hijos pero están
lejos, y Dora tiene padres pero están distanciados.
Algunas
frases del libro:
“Todos
necesitamos hablar y, a veces, lo hacemos en los lugares y con las
personas que menos habríamos llegado a imaginar.”
“A
veces uno se pierde cosas en la vida por mirarse demasiado el
ombligo.”
“A
fin de cuentas, la vida sólo es un rato..., creo habértelo dicho
antes, digamos que un rato largo fragmentado en momentos, capítulos
o frases, fotogramas y secuencias porque la vida, al igual que los
sueños, es como una película donde se hilvanan los retazos de la
historia de cada individuo.”
Contracubierta
o parte de la misma:
Dos
vecinas que se cruzan por un incidente doméstico inician un curioso
juego: reciclar el tiempo. Deciden contarse recuerdos propios y
ajenos, rastrear el pasado para rescatar las pequeñas historias
olvidadas en sus pliegues. Las reglas del juego contemplan la
invención, los sueños y los viajes.
La
señora Really y Dora aprenden a entretejer sus relatos hasta formar
el telar de su historia, la que hubieran querido vivir. Y la que les
ha hecho olvidar el tiempo que las separa y la prisa del exterior.
Hoy no me llama mucho. Creo que me costaría coger el hilo con tanto relato intercalado.
ResponderEliminarUn beso ;)
No me termina de convencer lo suficiente, creo que le pediría más y si esos relatos intercalados tampoco te han convencido pues menos.
ResponderEliminarBesos
No es esos libros que me llamen mucho la atenció, pero podría animarme si me lo encuentro en la biblio, que no tiene mala pinta.
ResponderEliminarBesotes!!!
No es mi estilo, y creo que no termina de llamarme la atención, lo dejaré estar
ResponderEliminarBesos
este no lo he visto por acá, estaré atenta por si lo veo en la FIL.
ResponderEliminarun beso,
Ale.