Leer este libro ha
supuesto un auténtico reto para mi por el tema que trata, la anorexia. Pues una
de mis hijas tiene esta enfermedad desde hace tres años. Después de este
tiempo, continuo intentando como madre entender todo lo que conlleva esta enfermedad,
así como vencer el miedo y la ansiedad que me produce todo lo relacionado con
los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Ahora mismo, en este largo
camino, mi hija está venciendo, poco a poco, sus miedos, por eso creo que era
el momento de enfrentarme a conocer la experiencia de esta mujer. Y ha ido
bien, a pesar de todo lo que me ha hecho revivir, he comprendido lo que quería
transmitir. Porque si hace tres años yo ignoraba qué es la anorexia, y la
relacionaba con los típicos clichés, ahora gracias a la información y ayuda
recibida por psicólogos y psiquiatras, sé lo que es. Y en esta novela está
reflejado.
En “Días sin hambre” su
autora, Delphine de Vigan, narra su propia experiencia al haber tenido anorexia
de joven. En concreto cuando a los 19 años, al límite de sus fuerzas, ingresa
en un hospital. Lo cual debió de ser por 1985, por eso algunas circunstancias
de esa estancia hospitalaria me han resultado muy diferentes a hoy en día. Pero
lo que no ha cambiado son los comportamientos y conductas, pues según leía
frases como:
días enteros sin
sentarse. El cuerpo, que vuela desvalido por encima de las aceras. Caídas. El
insomnio que acompaña al hambre. El frío. Subir escaleras como otros se pinchan
las venas. No quiere perder el control. Necesidad de controlarlo todo. Rabia.
Gritos. Ira, que descarga hacia su tía, hacia quien quiere, porque sabe que no
cambiarán sus sentimientos. Harta de todo y de todos. La angustia que le invade
cada vez que come. La angustia de la comida como una angustia de muerte. No
puede más. Abdominales. Hablar por teléfono de pie, salir, bailar, ya no
aguanta quieta. Su recuerdo de cuando comía patatas fritas con queso, la
despreocupación, y entonces, sin saberlo, era libre. Los síntomas de la
desnutrición. En ayunas se sentía más
fuerte, inaccesible. Cada vez se hundía más en la soledad. No sabía hacer otra
cosa más que quemar su cuerpo por dentro. Quería morirse. Recetas. Cocinar para
otros. Busca todos los medios de gastar lo que absorbe, de frenar un aumento de
peso que ya no controla. Le da miedo curarse. Se aferra a esa enfermedad como
si fuese el único modo de existir.
Y no sólo lo anterior, pues la autora aún dice mucho más. Sino todo el libro hacía que de vez en cuando se me saltasen las lágrimas porque el personaje de este relato, Laure, no sólo era la propia autora, sino también mi hija, a quién veía en esas actitudes.
Es una historia dura, y
así la puede sentir cualquier lector, pero si conoces la enfermedad, aún
entiendes más cada palabra, haciendo el dolor que transmite más intenso.
El personaje de Laure
(Delphine de Vigan) lucha consigo misma para vencer la anorexia. Elige entre
vivir o morir. Sabe que la vida puede reanudarse. Pero le da miedo salir de eso
y no salir. Ha aceptado la hospitalización para mitigar el sufrimiento, para
ganar lo justo de peso y sobrevivir, pero no para curarse. Encuentra el apoyo
del Dr. Brunel, a quien necesita como refugio. Él le otorgó confianza. Ella
está en el camino que la devuelve a la vida. En el hospital se siente protegida
del mundo. Todos los días las mismas ocupaciones, las mismas rutinas. Es lo que
necesitaba para acabar con la angustia y la soledad. El peligro es encadenarse
a la enfermedad. Quedarse ahí protegida de la angustia que corroe el alma.
Hasta que se da cuenta de que ya no es cuestión de sobrevivir sino de curarse.
Quiere gritar hasta quedarse sin aliento el terror que le da haber llegado
hasta ese punto. Quiere curarse.
Un aspecto que me ha
hecho sufrir todavía un poco más ha sido la relación con su familia, cuando
cuenta que ha crecido marcada por suicidios familiares, su propia madre quería
morirse. La mala relación con el padre y la madrastra. El que quería hacer daño
a sus padres. Que con su madre llevaba años sin apenas hablar. Me han parecido
situaciones muy duras y traumáticas.
En
conclusión, es una historia impactante, que habla de una enfermedad de la que
son más conocidos algunos tópicos que la realidad. Pero hay que saber que la
anorexia es un trastorno de la conducta alimentaria, es un trastorno mental,
que tiene un montón de causas, tiene factores predisponentes, precipitantes y
mantenedores. Por lo que no hay que confundir con una moda o un capricho de
adolescentes. Por tanto, recomiendo este libro porque hace una
descripción del proceso de la enfermedad muy cercana a la realidad.
Algunas frases del libro:
“Hay que luchar consigo
mismo para entender algún día que se está luchando por uno mismo.”
“Va echando grasa, poco a poco. No obstante, resulta aterrador. No se opone, pero el proceso ha de ser lento. Si el cuerpo va más aprisa que la cabeza, la cabeza se niega, se defiende, ordena al cuerpo que pare. Le ordena que se amotine. Durante unos días el peso se estanca.”
“Se siente atrapada en un cuerpo que la engaña y la domina.”
“Si no piensas, todo va bien.”
Contracubierta o parte de la misma:
La primera novela de
Delphine de Vigan, publicada en el año 2001 con el pseudónimo de Lou Delvig por
razones familiares, cuenta, en una intensa e inquietante primera persona, la
historia de una joven anoréxica de diecinueve años. El relato que Laure hace en
su diario de un cuerpo al borde de la muerte, un cuerpo vaciado que se hiela de
frío durante sus primeros días en el hospital, con sus treinta y seis kilos de
peso y su metro setenta y cinco, es verosímil y perturbador.
Desde las primeras líneas
de la novela el lector se sumerge en la historia sobrecogedora de una verdadera
metamorfosis. Acompaña a la joven a través de su recuperación y de su
aprendizaje: volver a comer es aprender a ingerir los alimentos pero, ante
todo, a sentirse poseedora de un cuerpo susceptible de despertar el deseo de
otro.
En el hospital, Laure
establece una intensa relación de transferencia con el doctor Brunel que será
determinante para su recuperación. Él inventa historias sólo para ella; y la
joven va desgranando detalles de su biografía que acercan al personaje a la
propia Delphine de Vigan, y a “Nada se opone a la noche”, su fascinante
biografía novelada. Y aun pudiendo ser leída como parte de aquélla turbadora,
apasionante saga familiar, esta novela de trama mínima es también una poderosa
bildungsroman, un despertar a la vida y al amor, donde el viaje de su
protagonista es interior y se desarrolla entre las cuatro paredes de un
hospital.
Nota personal: pongo el enlace a una página donde
otra madre con una hija que también tiene anorexia está recogiendo firmas para
que prohíban las páginas pro-anorexia y pro-bulimia en internet (pinchar aquí)
Traducción de Javier Albiñana
Es muy interesante y tiene que estar muy bien escrito para que hayas podido leerlo. Mucho ánimo con tu hija, seguro que conseguiréis controlarlo. A la autora ya la tenía apuntada con Nada se opone a la noche.
ResponderEliminarBesos
Norah Bennett: el que comentas también lo tengo apuntado.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo
Blanca, realmente ha tenido que ser muy duro leer este libro teniendo el problema tan cerca como lo tienes tú. A mí me tocó profundamente y me ayudó a entender mejor una enfermedad sobre la que se frivoliza demasiado en ocasiones.
ResponderEliminarBesos
Manuela: pensé que era el momento de leer este libro, y acerté.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo
Madre mía, mucho ánimo. Me gusta esta recomendación, con tu permiso me la llevo para la sección La reseña favorita.
ResponderEliminarSaludos!
Carmenzity: permiso concedido :)
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo
Ánimo con tu hija, tengo otro título de la autora seleccionado para estrenarme con ella. Si me gusta repetiré con este. Un beso y mucha fuerza.
ResponderEliminarMeg: ya había leído buenas opiniones de esta autora, y ahora las comparto.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo
Ha tenido que ser muy duro leer este libro. Mucho ánimo con tu hija. Y desde luego el libro me lo llevo bien apuntado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari: la autora refleja muy bien la realidad de esta enfermedad.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo
Habiendo leído Nada se opone a la noche, imagino la crudeza del testimonio de este libro. Esta autora tiene, sin duda, la capacidad de mostrar lo más crudo del dolor y el sufrimiento personal sin ambages ni disimulos. Una lectura dura, lo supongo. No sé si me decidiré a leerlo algún día.
ResponderEliminarSaludos.
Inmaculada: desde luego en este libro ha mostrado todo su interior.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo
Tengo otro título para leer de la autora y este se presenta duro, la verdad, entiendo lo que nos cuentas, dos personas relativamente cercanas tuvieron un trastornos alimenticios y soy consciente de lo difícil que es (para la familia y la propia persona). Tremendo. Entiendo que si has leído la novela es porque, en cierta medida, las cosas van hacía adelante y me alegro mucho, por las dos. Mucho animo y gracias, por la reseña y por compartir.
ResponderEliminarBesos
Marilú Cuentalibros: es un camino largo, y cualquier mínimo avance es muy bueno. Como lo ha sido leer esta novela.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo
No conocía el libro, pero sí que conozco la enfermedad, aunque seguro que no de la forma que lo vives tú. Si tú consideras que su tratamiento es real, es una garantía para mi.
ResponderEliminarFortaleza y ánimos para acompañar a tu hija en la superación de una enfermedad como la anorexia.
Un abrazo!!
U-topia: todo lo que he leído en este libro me ha parecido muy cercano a la realidad que conozco, exceptuando el ingreso hospitalario, porque de los años 80, que es cuando habla la autora, a ahora lo que yo conozco es distinto. Por lo menos en mi ciudad hay una Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria UTCA.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo
Me llevo el título sin dudar, yo misma he padecido trastornos alimenticios y me interesa mucho conocer otras experiencias. Eso sí, está claro que hay que ir preparada emocionalmente.
ResponderEliminarMucho ánimo con tu hija, es posible superar esta enfermedad y el duro camino a la recuperación merece la pena.
Un beso enorme, si en algo puedo ayudar contáctame sin dudar ;-)
Anuca: sí, es una lectura en la que necesitas estar bien anímicamente.
EliminarEspero que hayas superado todo.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo
La verdad esque es un libro que hay que tener mucha fuerza para leerlo a mi también se me han saltado las lágrimas en algún momento . Como médico que soy seria una torpeza por mi parte no reconocer que es una enfermedad que requiere de todo un apoyo por parte de todos , de reconocer de que el peor de los miedos es al propio miedo por lo demás en este caso no voy a comentar nada mas . Un beso
ResponderEliminarM Dolores Ferri: es muy importante el apoyo de la familia y de las personas más cercanas. Pero, sobre todo, el tremendo esfuerzo del propio enfermo por vencer sus miedos.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo
En el anterior instituto en el que trabajé, organizamos varias charlas con psicólogos para los padres. Teníamos dos casos de adolescentes con problemas de conducta alimentaria. Sé por lo que debes estar pasando, pero te digo que las dos lo han superado. Ten esperanza y seguid luchando. Se puede salir.
ResponderEliminarUn abrazo, Blanca!!
Carmen Forján: Gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo
Este no lo he leído, en cambio leí en el que habla de su madre Nada se opone a la noche, y me pareció un ejemplo magnífico de literatura
ResponderEliminarBesos
MIentras Leo: tengo ganas de leer el que comentas, porque me ha gustado mucho como escribe esta autora.
EliminarUn abrazo
En primer lugar, mucha fuerza en este proceso que estás viviendo. Y gracias por compartir una reseña así. Creo que debió de ser muy duro sacarse el pudor para la autora y escribir una novela así, y precisamente ahí reside su grandeza. Te animo a leer mucho Nada se opone a la noche, en la que profundiza en historias familiares y en la relación con su madre. Me marcó mucho ese libro. Días sin hambre será la próxima novela que lea de ella.
ResponderEliminarUn abrazo!
Ismael Cruceta: sí, yo también creo que esta mujer ha tenido mucha fuerza para relatar tan sinceramente su experiencia.
EliminarY sí leeré el otro libro que comentas. Porque creo que complementará el que he leído.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo
Blanca:
ResponderEliminar¡que dura debe haber sido la lectura! pero me alegro saber que van en mano de especialistas y que tu hija ya esté venciendo a la enfermedad.
Lo anoto ¡gracias por la reseña tan personal!
un beso,
Ale.
Ale: cuando lo leí no tenía claro si comentarlo en mi blog, pero hay que seguir hacia adelante, y además es un libro que merece ser leído porque es muy cercano a la realidad.
EliminarUn abrazo