Cuatro relatos, cuatro historias de la posguerra española.
Primera derrota: 1939 o Si el corazón pensara dejaría de latir.Es la historia del capitán Carlos Alegría que se rinde al ejército republicano. Le consideran desertor pero él insiste en que es un rendido.
Quería abandonar el ejército que iba a ganar la guerra, y se rinde a unos vencidos, porque no quería formar parte de la victoria.
Nadie le creyó entre los republicanos y nadie le protegió cuando las tropas de Franco entraron en Madrid.
Alguna frase de este relato:
“Comenzó a caminar monte arriba en dirección a Somosierra. Esas montañas surgen allí para partir España en dos mitades y ahora se nos antoja que el esfuerzo brutal de atravesarlas fue otra forma de ignorar lo que separa, de querer estar siempre en los dos lados.”
Segunda derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido.Una historia muy triste. Un joven poeta camino de la libertad vive una experiencia que le hará madurar rápidamente. Escribe sus sentimientos en una libreta apurando el lápiz hasta el último suspiro.
Alguna frase de este relato:
“Pero morir no es contagioso. La derrota sí. Y me siento transmisor de esa epidemia. Allá adonde yo vaya olerá a derrota. Y de derrota ha muerto Elena y de derrota morirá mi hijo al que todavía no he podido poner nombre. Yo he perdido una guerra y Elena, a la que nadie jamás hubiera pensado en considerar un enemigo, ha muerto derrotada. Mi hijo, nuestro hijo, que ni
siquiera sabe que fue concebido en el fulgor del miedo, morirá enfermo de derrota.”
Tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos.Es la historia de Juan Senra que estando preso en la cárcel y teniendo en su mano la posibilidad de eludir la pena de muerte, opta por la verdad, aunque signifique la muerte.
En este relato aparece Carlos Alegría, el personaje del primero.
Alguna frase de este relato:
“Ahora, ya en la cárcel, sabía que todo lo ocurrido se llamaba guerra y que él, a pesar de su habilidad para escabullirse por los aleros de las casas, de su agilidad para saltar de tejado en tejado, de su satisfacción cada vez que disparaba a un contrincante, ahora, había aprendido que aquello era una derrota.”
Cuarta derrota: 1942 o Los girasoles ciegos.
Es una historia contada a tres voces. Se intercala el relato de un diácono que escribe una carta a su superior, con el texto en primera persona del niño cuando ya es adulto y el relato del narrador.
Nos cuenta las vicisitudes que tiene que pasar una familia que mantiene al padre escondido en la casa para que no lo detengan.
Esta familia tiene relación con los personajes del segundo relato.
Algunas frases de este relato:
“Ahora ya puedo hablar de todo aquello, aunque me cuesta recordar, no porque la memoria se haya diluido, sino por la náusea que me produce mi niñez. Recuerdo aquellos años como una inmensidad vivida en un espejo, como algo que tuve la desdicha de sufrir y observar al mismo tiempo.”
“De todos los recuerdos, el que por encima prevalece es que yo tenía un padre escondido en un armario.”
“Que alguien quiera matarme no por lo que hecho, sino por lo que pienso... y, lo que es peor, si quiero pensar lo que pienso, tendré que desear que mueran otros por lo que piensan ellos. Yo no quiero que nuestros hijos tengan que matar o morir por lo que piensan.”
Los cuatro relatos están cargados de dolor y sentimientos, son historias que nos recuerdan una época no tan lejana y que la memoria no debe olvidar. Una realidad que el miedo ha callado durante mucho tiempo y que en este libro Alberto Méndez, con un lenguaje claro, nos hace partícipes.
Me quedo con el segundo y el cuarto, aunque el tercero y el primero tampoco los olvidaré, todos dejan huella. Destacaría la sensación de derrota de los personajes y la tristeza que transmiten.
Un libro duro pero necesario para que reflexionemos sobre la guerra y sus consecuencias.
Contracubierta o parte de la misma:
Este libro es el regreso a las historias reales de la posguerra que contaron en voz baja narradores que no querían contar cuentos sino hablar de sus amigos, de sus familiares desaparecidos, de ausencias irreparables. Son historias de los tiempos del silencio, cuando daba miedo que alguien supiera que sabías.
Cuatro historias, sutilmente engarzadas entre sí, contadas desde el mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota.
Un capitán del ejército de Franco que, el mismo día de la Victoria, renuncia a ganar la guerra; un niño poeta que huye asustado con su compañera niña embarazada y vive una historia vertiginosa de madurez y muerte en el breve plazo de unos meses; un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para que el verdugo pueda ser calificado de verdugo; por último, un diácono rijoso que enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama la sangre purificadora del vencido.Todo lo que se narra en este libro es verdad, pero nada de lo que se cuenta es cierto, porque la certidumbre necesita aquiescencia y la aquiescencia necesita la estadística. Fueron tantos los horrores que, al final, todos los miedos, todos los sufrimientos, todos los dramas, sólo tienen en común una cosa: los muertos. Pero los muertos de nuestra posguerra ya están resueltos en cifras oficiales, aunque ya es hora de que empecemos a recordar lo que sabemos. Éste es el primer ajuste de cuentas de Alberto Méndez con su memoria y lo hace emboscado en un flagrante intento de hacerlo desde la literatura.
Primera derrota: 1939 o Si el corazón pensara dejaría de latir.Es la historia del capitán Carlos Alegría que se rinde al ejército republicano. Le consideran desertor pero él insiste en que es un rendido.
Quería abandonar el ejército que iba a ganar la guerra, y se rinde a unos vencidos, porque no quería formar parte de la victoria.
Nadie le creyó entre los republicanos y nadie le protegió cuando las tropas de Franco entraron en Madrid.
Alguna frase de este relato:
“Comenzó a caminar monte arriba en dirección a Somosierra. Esas montañas surgen allí para partir España en dos mitades y ahora se nos antoja que el esfuerzo brutal de atravesarlas fue otra forma de ignorar lo que separa, de querer estar siempre en los dos lados.”
Segunda derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido.Una historia muy triste. Un joven poeta camino de la libertad vive una experiencia que le hará madurar rápidamente. Escribe sus sentimientos en una libreta apurando el lápiz hasta el último suspiro.
Alguna frase de este relato:
“Pero morir no es contagioso. La derrota sí. Y me siento transmisor de esa epidemia. Allá adonde yo vaya olerá a derrota. Y de derrota ha muerto Elena y de derrota morirá mi hijo al que todavía no he podido poner nombre. Yo he perdido una guerra y Elena, a la que nadie jamás hubiera pensado en considerar un enemigo, ha muerto derrotada. Mi hijo, nuestro hijo, que ni
siquiera sabe que fue concebido en el fulgor del miedo, morirá enfermo de derrota.”
Tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos.Es la historia de Juan Senra que estando preso en la cárcel y teniendo en su mano la posibilidad de eludir la pena de muerte, opta por la verdad, aunque signifique la muerte.
En este relato aparece Carlos Alegría, el personaje del primero.
Alguna frase de este relato:
“Ahora, ya en la cárcel, sabía que todo lo ocurrido se llamaba guerra y que él, a pesar de su habilidad para escabullirse por los aleros de las casas, de su agilidad para saltar de tejado en tejado, de su satisfacción cada vez que disparaba a un contrincante, ahora, había aprendido que aquello era una derrota.”
Cuarta derrota: 1942 o Los girasoles ciegos.
Es una historia contada a tres voces. Se intercala el relato de un diácono que escribe una carta a su superior, con el texto en primera persona del niño cuando ya es adulto y el relato del narrador.
Nos cuenta las vicisitudes que tiene que pasar una familia que mantiene al padre escondido en la casa para que no lo detengan.
Esta familia tiene relación con los personajes del segundo relato.
Algunas frases de este relato:
“Ahora ya puedo hablar de todo aquello, aunque me cuesta recordar, no porque la memoria se haya diluido, sino por la náusea que me produce mi niñez. Recuerdo aquellos años como una inmensidad vivida en un espejo, como algo que tuve la desdicha de sufrir y observar al mismo tiempo.”
“De todos los recuerdos, el que por encima prevalece es que yo tenía un padre escondido en un armario.”
“Que alguien quiera matarme no por lo que hecho, sino por lo que pienso... y, lo que es peor, si quiero pensar lo que pienso, tendré que desear que mueran otros por lo que piensan ellos. Yo no quiero que nuestros hijos tengan que matar o morir por lo que piensan.”
Los cuatro relatos están cargados de dolor y sentimientos, son historias que nos recuerdan una época no tan lejana y que la memoria no debe olvidar. Una realidad que el miedo ha callado durante mucho tiempo y que en este libro Alberto Méndez, con un lenguaje claro, nos hace partícipes.
Me quedo con el segundo y el cuarto, aunque el tercero y el primero tampoco los olvidaré, todos dejan huella. Destacaría la sensación de derrota de los personajes y la tristeza que transmiten.
Un libro duro pero necesario para que reflexionemos sobre la guerra y sus consecuencias.
Contracubierta o parte de la misma:
Este libro es el regreso a las historias reales de la posguerra que contaron en voz baja narradores que no querían contar cuentos sino hablar de sus amigos, de sus familiares desaparecidos, de ausencias irreparables. Son historias de los tiempos del silencio, cuando daba miedo que alguien supiera que sabías.
Cuatro historias, sutilmente engarzadas entre sí, contadas desde el mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota.
Un capitán del ejército de Franco que, el mismo día de la Victoria, renuncia a ganar la guerra; un niño poeta que huye asustado con su compañera niña embarazada y vive una historia vertiginosa de madurez y muerte en el breve plazo de unos meses; un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para que el verdugo pueda ser calificado de verdugo; por último, un diácono rijoso que enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama la sangre purificadora del vencido.Todo lo que se narra en este libro es verdad, pero nada de lo que se cuenta es cierto, porque la certidumbre necesita aquiescencia y la aquiescencia necesita la estadística. Fueron tantos los horrores que, al final, todos los miedos, todos los sufrimientos, todos los dramas, sólo tienen en común una cosa: los muertos. Pero los muertos de nuestra posguerra ya están resueltos en cifras oficiales, aunque ya es hora de que empecemos a recordar lo que sabemos. Éste es el primer ajuste de cuentas de Alberto Méndez con su memoria y lo hace emboscado en un flagrante intento de hacerlo desde la literatura.
Hola Blanca, la verdad es que tengo muchisimas ganas de leer este libro que tengo por casa desde hace mucho. Solo me falta hacerle un hueco y ponerme con él. Espero que sea pronto =)
ResponderEliminarLeí este libro este verano y lo disfruté muchísimo. Aunque se me hizo corto y me dejó con ganas de mucho más. A mí también me gustaron sobre todo el segundo y el cuarto relato, aunque todos son magníficos, muy duros, pero muy reales. Besos.
ResponderEliminarEste es de los libros que lleva en mi lista de pendientes desde hace... Me han gustado mucho los fragmentos que citas. Así que creo que voy a darme prisa por buscarlo y leerlo enterito.
ResponderEliminarBesotes!!!
He oído hablar muy bien de él pero no acabo de decidirme. Que sean relatos no ayuda, proque no suelen gustarme mucho.
ResponderEliminartengo ganas de leerlo desde hace mucho, y lo había olvidado. Tu reseña me lo ha recordado ¡gracias!
ResponderEliminarun beso,
Ale.
Blanca yo vi la película, que me encantó, el libro seguro que es más rico, así que me lo apunto; aunque me cuesta leer un libro después de ver la peli. ¿tú las has visto?
ResponderEliminarUn beso.
Le tengo ganas a este libro y no se muy bien porque se me cuelan siempre tantos entre medio, a ver que día cae en mis manos, la tematica me seduce y además es corto
ResponderEliminarM: si lo tienes tan a mano seguro que encuentras un hueco para leerlo. Es muy corto. Y con las ganas que tienes de leerlo, lo acabarás enseguida.
ResponderEliminarUn abrazo
Goizeder: he leído tu reseña, y se nota que te gustó este libro. Como bien dices son historias duras, pero que debió haber muchas como éstas. Una realidad que todavía duele.
Un abrazo
Margari: se lee de un tirón, porque no es extenso. Y fragmentos se podrían extraer muchos más. Espero que te guste.
Un abrazo
Laky: son cuatro relatos pero están entrelazados. Y la temática es la misma. A pesar de que no te atraiga mucho el que sean historias tan cortas, yo recomiendo leerlo. Es un libro que deja huella.
ResponderEliminarUn abrazo
Ale: que bien que te haya recordado este libro, estoy segura que disfrutarás su lectura.
Un abrazo
Antonio: no he visto la película, la tengo pendiente. He esperado a leer primero el libro. Que desde luego es mucho más completo, porque son 4 relatos, el último es el titulado "Los girasoles ciegos".
Siempre prefiero, si puede ser, leer antes el libro que ver la película.
Un abrazo
Es una magnífica novela, desde luego. De las que dejan huella. Yo sí he visto la película, pero después de leer el libro y aunque los actores lo hacen muy bien, no tienen nada que ver con el libro, porque no se basa en los cuatro relatos, sólo en dos, si no recuerdo mal, así que me temo que a mí no me gustó demasiado.
ResponderEliminarDe todos modos mírala para poder opinar por tí misma. A mí me pasa un poco como Antonio, si he visto la película, luego me cuesta más leer el libro.
Un beso
Carmina: pues no esperes más y lánzate a leerlo. Además al ser relatos puedes intercalarlo con otras lecturas.
ResponderEliminarUn abrazo
Bookworm: si, espero ver la película y opinar. Pero ¿qué adaptación cinematográfica es fiel a un libro?, incluso habiendo películas muy buenas siempre se queda parte de la historia de ese libro sin contar.
Siempre recomiendo leer primero el libro.
Un abrazo
muy buen libro desde luego!
ResponderEliminarun besote
Tengo apuntado este libro desde que lo reseñó Goizeder, y ahora me has recordado por qué quise leerlo. A ver si me hago pronto con él.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quiero ese libro! lo buscare.
ResponderEliminarsaludos y un beso
Hola, Blanca.
ResponderEliminarTu reseña ha hecho que tenga ganas de leer el libro. Me encanta que señales frases del libro, yo también guardo las que me interesan e inspiran.
Un blog muy interesante¡¡
Me hago seguidora, of course¡¡
Saludos
www.miltyflinn.blogspot.com
Me gustó mucho este libro. Es muy duro, pero a mi me resultó imprescindible.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Me apetece mucho más leer el libro que ver la película, la verdad, así que en cuanto lo vea en la biblioteca me lanzaré a por él :) Un besito
ResponderEliminarSonia: es un buen libro porque te hace reflexionar sobre las situaciones que se viven como consecuencia de una guerra.
ResponderEliminarUn abrazo
Luisa: a mi también me pasa que leyendo los blogs recuerdo libros que me apetecía leer.
Un abrazo
geminis: seguro que lo encuentras, ya nos contarás.
Un abrazo
Milty Flinn: el destacar frases de un libro es algo que he hecho desde siempre, algunos libros los tengo subrayados y con párrafos marcados.
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog y eres bienvenida.
Un abrazo
Carol (1): son historias duras pero forman parte de nuestro pasado, y está claro que deben ser recordadas. ¡Qué importante es la memoria histórica!
Un abrazo
Carol (2): pues si, primero lee el libro y luego ya si te apetece ves la película, el reparto es bueno. Yo la tengo pendiente.
Un abrazo
Hola Blanca no sabes cómo me impresonó este libro, qué historias preciosas y algunas fuertes. No pude con la del poeta, me pareción tan desgarradora.
ResponderEliminarMuy recomendable.
Un saludo
Teresa
Lo leí en su día y me gustó, sobre todo la 2ª y 4ª derrota. La peli no mucho, la verdad.
ResponderEliminarbsos!
Teresa: lo que más me ha impresionado de este libro es que historias como estas han sido reales. Y cuando pienso que mis abuelos y mis padres vivieron, y sufrieron, la guerra y la posguerra, la sensación que me queda es de tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo
Rosalía: yo también me quedó con la segunda y la cuarta, son las historias que más me han transmitido.
Un abrazo
Hace tiempo que tengo este libro apuntado, pero no sabía que eran historias independientes, pensaba que era una novela. Bueno, gracias por recordármelo y aclarármelo.
ResponderEliminarUn abrazo
Icíar: son cuatro relatos inependientes, pero entrelazados.
ResponderEliminarUn libro que por la temática, aunque dura, recomiendo leer.
Un abrazo
Es bastante interesante la formaen que se van enlazando todas las historias, que aparentemente no tienen relación.
ResponderEliminarDramones, eso sí.
Aunque creo que es de las pocas veces que me quedo antes con la peli que con la novela; película que recomiendo, con grandísimas actuaciones (y con la que me harté de llorar, para qué negarlo).
Un saludo! =)
Shorby: a mi también me ha resultado curioso como entrelaza las historias. De la peli aún no puedo comentar, todavía no la he visto, pero el reparto de actores es bueno.
ResponderEliminarUn abrazo