El último libro de la trilogía Millenium, ¿qué hubiese sucedido si Stieg Larsson no hubiese muerto?, que ahora estaría deseando leer el siguiente. Porque lo mejor de estos libros es que no puedes parar de leer y siempre te quedas con ganas de más. Menos mal que en este último la historia queda terminada. Se imaginan que muere al acabar el segundo y nos deja con ese final tan abierto y emocionante. Aún así, si es cierto que existe un borrador de un cuarto libro y, según he leído, está bastante avanzado, me encantaría leerlo y seguir disfrutando de esta historia. Porque en cada libro va descubriendo nuevos datos de los personajes.
Está claro que no son libros para grandes literatos, pero lo importante es que llegan a mucha gente, y este verano me ha encantado el escuchar comentarios de unos y de otros recomendando la lectura.
El fenómeno Larsson ha conseguido que muchas personas lean.
Contracubierta o parte de la misma:
Los lectores que llegaron con el corazón en un puño al final de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina quizás prefieran no leer lo que publicaremos en breve y descubrir por sí mismos cómo sigue la serie y, sobre todo, qué le sucede a Lisbeth Salander.
Como ya imaginábamos, Lisbeth no está muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el más habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechándola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, y pese a su gravísimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informáticas van a ser, una vez más, su mejor defensa.
Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periódico Svenska Morgon-Posten, en horas bajas tras el descenso de las ventas y de los anunciantes, Mikael se siente muy solo. Quizás Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que están tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durísimas acusaciones que hacen que la policía mantenga la orden de aislamiento, así que Kalle Blomkvist tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue allí, a su lado, para siempre.
Traducción de Martin Lexell y Juan José Ortega Román
Ilustración de la cubierta: Gino Rubert
Está claro que no son libros para grandes literatos, pero lo importante es que llegan a mucha gente, y este verano me ha encantado el escuchar comentarios de unos y de otros recomendando la lectura.
El fenómeno Larsson ha conseguido que muchas personas lean.
Contracubierta o parte de la misma:
Los lectores que llegaron con el corazón en un puño al final de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina quizás prefieran no leer lo que publicaremos en breve y descubrir por sí mismos cómo sigue la serie y, sobre todo, qué le sucede a Lisbeth Salander.
Como ya imaginábamos, Lisbeth no está muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el más habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechándola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, y pese a su gravísimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informáticas van a ser, una vez más, su mejor defensa.
Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periódico Svenska Morgon-Posten, en horas bajas tras el descenso de las ventas y de los anunciantes, Mikael se siente muy solo. Quizás Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que están tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durísimas acusaciones que hacen que la policía mantenga la orden de aislamiento, así que Kalle Blomkvist tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue allí, a su lado, para siempre.
Traducción de Martin Lexell y Juan José Ortega Román
Ilustración de la cubierta: Gino Rubert
Muy buena la trilogía y L. Salander, a mí también me enganchó ...
ResponderEliminarhttp://loqueleoloqueleo.blogspot.com/2009/10/la-reina-en-el-palacio-de-las.html
Rosalía: creo que la serie Millenium ha servido para enganchar a la lectura a mucha gente. Y los que ya éramos buenos lectores para disfrutar aún más.
ResponderEliminarUn abrazo
Estuve semanas esperando el desenlace final con unos nervios y una ansia... los del maldito círculo de lectores tardaron una vida y media en traérmelo!
ResponderEliminarMe encantó la escena del juicio, donde Anika iba tirando por el suelo todos los argumentos del psiquiatra pervertido y de los demás que estaban en contra de la pobre Lisbeth. Magnífico final! Lástima que el pobre Larsson muriera de un ataque al corazón sin haber terminado toooooda la saga (creo que quería escribir hasta 10 volúmenes!). Una pena no poder disfrutar más de estos personajes...
Viste las pelis escandinavas? A mí me encantaron! Ahora van a estrenar la versión americana de Millennium... y lo siento mucho pero para mí Lisbeth Salander siempre será Noomi Rapace (me encantó cómo bordó el papel).
Besos!
Mika
Mika: no he visto las películas, la verdad es que disfruté tanto de los libros que prefiero no verlas, me han comentado que faltan muchos detalles, como suele pasar en las adaptaciones al cine. Aunque Salander es como la imaginaba.
ResponderEliminarUn abrazo