Esta
novela, estructurada en capítulos cortos, reflexiona, en una
sucesión de pensamientos narrados en primera persona por la
protagonista, sobre la vida, la muerte y el sexo. Habla de la
relación con su familia, de sus amantes, y de sus dos grandes
aficiones, el arte y la literatura. De esta manera nos irá
desvelando su interior capa a capa, ese interior dormido, protegido
por una capa de hielo.
A
pesar de que no
siga una línea temporal continua, pero la combinación del presente
y del pasado se complementan, ayudando a entender las dudas de su
existencia. Esas que le llevan a impulsos suicidas, imaginando
infinitas formas de morir. En cierta manera ha decidido vivir al
límite porque la hace sentirse más viva. En un mundo en el que se
ha encontrado con una madre que nunca la ha motivado ni apoyado. Un
padre con papel secundario. Una hermana con pensamientos muy
diferentes en cuanto a estilo de vida. Unas relaciones amorosas que
vive con intensidad pero con miedo a atarse con nadie. Y sus
dificultades para encontrar el camino en el mundo laboral.
En
algunos momentos se nota que la autora viene de la poesía, porque se
refleja en su prosa. Sin embargo lo que predomina es cierto humor
negro, porque utiliza un tono mordaz y agudo. Pero, tal vez, lo mejor
es que presenta los temas con mucha naturalidad, tal cual son, sin
adornos ni florituras, hablando abiertamente sobre el suicidio, la
familia, la maternidad, el sexo, el lesbianismo, la soledad. Desde la
voz en primera persona de una mujer con la que es fácilmente
identificarse en algunos puntos, por la forma que tiene en mostrar
sus emociones, sus dudas, sus miedos.
Por
otra parte parece ser que a este libro le seguirán otros dos, no
estrictamente continuaciones, pero sí relatos protagonizados por
mujeres. Y mi intención es seguirles la pista, como también me
apetece leer los libros de poesía ya publicados por Eva Baltasar.
Porque esta novela que termino de leer ha conseguido traspasar mi
propio permafrost.
Algunas
frases del libro:
“Tengo
un buen recubrimiento, impermeable como el de los buques, pero no es
mentira, no: la dureza del hielo preserva un mundo habitable, solo
que dormido.”
“La
inminencia no es sino la zanahoria con que el futuro se nos asegura.”
“Me
he situado en un límite, vivo en ese límite, espero el momento de
abandonar el límite, mi casa provisional.”
“La
duda, la duda es la primera grieta en el propio permafrost.”
“La
vida de dos hermanas es idéntica hasta que crece una de las dos, y
entonces parece que la otra aproveche para hacer cosas a escondidas.
Sobre todo llenar el vaso dejado por la hermana conociendo a otras
personas.”
“Mi
miedo tiene pensamientos, pensamientos posesivos que es necesario
eliminar.”
“La
obra de arte no era solo un resultado final, sino arte en el tiempo,
arte en tiempo real, en acción. Impulsivo y sencillo como el dibujo
de un niño, sí, pero en él subyace una preocupación refinada, ese
interés por el proceso, esa magnitud de vida concentrada en el
proceso.”
“El
sexo me aleja de la muerte. Aun así, no me acerca a la vida.
Entonces ¿qué? ¿Para qué? Tras pensarlo unos minutos he llegado a
la conclusión de que el sexo me mantiene presente y a salvo en un
espacio inconsistente, pero reconfortante.”
Contracubierta
o parte de la misma:
El
permafrost es esa capa de la tierra permanentemente congelada y es
también la membrana que cubre a la protagonista de esta novela.
Escrita en primera persona, nos presenta a una mujer en etapa de
formación que se protege del exterior, que percibe la
superficialidad en todo cuanto la rodea y huye de un entorno que nada
tiene que ver con su manera de entender la vida: una madre
obsesionada con la salud, omnipresente y controladora, y una hermana
que afronta su convencional existencia con medicación y un
positivismo irritante. La protagonista, que siente pulsiones
suicidas, no permite que nadie se le acerque demasiado, pero al mismo
tiempo se entrega con intensidad al sexo con otras mujeres, a la
literatura y al arte. El pulso entre el hedonismo, los placeres más
carnales y la muerte es constante en esta novela, así como el tono
mordaz de una protagonista que desde la primera página nos gana con
su inteligencia y su humor negrísimo.
Traducción
de Nicole d'Amonville Alegría
Fotografía
de la cubierta: Thomas Rusch
Pues no era una lectura que me llamara mucho, pero ahora me haces dudar... Si se cruza, me animo seguro.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me resulta muy atractivo el título (se explica en clase lo que es el permafrost y es una palabra que me gusta mucho). Y lo que cuentas sobre el libro más aún. Tomo nota.
ResponderEliminarUn beso.
¡Hola! La prosa poética, el humor negro y los temas que trata me atrae bastante. Me suena haberlo visto reseñada por ahí de forma también positiva
ResponderEliminarBesos
hola! interesantes y diferentes es lo que hace de tu blog un lugar que no hay que quitar ojo!!!!
ResponderEliminarCreo que Permafrost es un libro especial que no admite relaciones intermedias. A mi me encantó
ResponderEliminarBesos