Las
novelas ofrecen mucho, por un lado trasladar al lector a mundos de
ficción que nos harán soñar, viajar y evadirnos, pero por otro
también están las que hablan de mundos no tan ficticios, las que se
basan en situaciones reales, y contribuyen a hacer al lector
consciente de hechos históricos. Y así es la historia que cuenta
Víctor del Árbol, que tiene mucho de verdad, una verdad que no es
demasiado lejana en el tiempo, que incluso hoy en día aún sucede, y
a la que se le ha dado la espalda y casi olvidado porque el
continente africano se ve desde la distancia.
Este
libro comienza con un prefacio que se desarrolla en el verano de 2017
en España, cuando Isaías Yoweri decide contarle su propia historia
a Cécile, una periodista con la que le vincula un hecho que marcó
sus vidas. A partir de ahí los capítulos alternan fechas del 2016
con un pasado más lejano, de 1992 a 1994. Para concluir con un
posible epílogo que es un final que remata el final y que tiene su
conexión con el prefacio.
Isaías
empieza a contar el relato de su vida cuando alguien de su pasado,
Emmanuel K., va a verlo en Barcelona, unos veinte años después de
que se hubieran visto por última vez. Este personaje le propone
regresar a Uganda para asistir a un congreso, pues el gobierno
trabaja en la reconciliación del país, y su testimonio es
fundamental para que el mundo conozca lo que les hicieron.
Isaías
duda qué hacer, tiene 36 años, una pareja estable, Lucía, esperan
un hijo, tiene un negocio de arreglo de bicicletas, en definitiva,
una nueva vida. Y regresar sería enfrentarse a su pasado, a sus
fantasmas, como la sensación de que fueron víctimas pero no
inocentes. Odia todo lo que significa para él ese país. Aunque
también tiene sus vivencias y recuerdos antes de los años
terribles, con una primera infancia feliz, vivida y compartida con
sus padres, su hermana mayor Rebeca, su hermano pequeño Joel, su
abuela y su amiga Lawino.
Pero
con el apoyo de su pareja opta por ir a Uganda, llevándose otro
golpe porque no es bien recibido. A su vez él en España también ha
tenido que soportar ser “otro inmigrante negro”. Así que siente
que no es nada en ninguna parte. Es un superviviente que se refugia
en su propio interior, en el niño que lleva dentro. El que dejó de
ser a los 12 años, cuando el LRA llegó a su poblado. Y junto a él,
su hermano Joel, de solo 8 años, defendió a su padre. Ahí cambió
todo.
Y
es que la historia de Uganda es complicada. Los ingleses llegaron, se
impusieron y se largaron dejándolos en el caos interno, a pesar de
ser un país rico. Pero también había disputas y odios entre
tribus. Siendo el pasado siempre presente. Ellos mismos eran el
infierno y el paraíso. Y la creación del LRA con líderes como
Joseph Kony que reclutaban niños (no decían secuestrar) para la
guerra, aún fue más terrorífico.
Ante
un tema tan espeluznante como el que se trata, que pone los pelos de
punta y lo peor es que está basado en una realidad, aún así, la
forma en que lo ha expuesto el autor, alternando el presente y el
pasado en cada capítulo, ha conseguido que se vaya completando el
puzzle de manera pausada, que podamos ir asimilando la información,
la secuencia de unos hechos terribles, y que nos metamos en la piel
de este muchacho, Isaías Yoweri, que representa a los miles de niños
soldados secuestrados por el LRA, bajo el mando de personas
irracionales. Quienes masacraron el país con matanzas, secuestros y
guerrillas. Dejando a su paso una huella que persiguió también a
quienes huyeron y pudieron ponerse a salvo, dejándoles tremendas
secuelas psicológicas. Porque ¿cómo superar algo así? No solo por
lo que tuvieron que vivir y las atrocidades que tuvieron que
soportar, sino también en aquellos momentos ¿qué decisiones podían
tomar? ¿cómo tenían que actuar?
Víctor
del Árbol no solo ha contado una historia muy verídica que sirve de
ejemplo y abre los ojos ante lo que sucedió en Uganda, sino que
remueve conciencias, porque hoy en día aún hay niños soldados en
el mundo. Para esta crítica social no ha dejado ningún cabo suelto,
desde la referencia al libro “El corazón de las tinieblas” de
Conrad, y el significado de que se lo regale a Isaías el malvado
mercenario Christian MF, hasta la referencia a la fabricación de
armamento en España, tan solo son un par de párrafos, pero
suficientes para poner en entredicho a esa industria y a quien la
sustenta. Así como relata lo difícil y complicado que es salir de
un país en guerra, el paso por los campos de refugiados y la
situación extrema y desesperada en que viven en ellos. La labor y la
humanidad de las ONG y la ayuda internacional. Y sin dar demasiados
detalles, pero bien reflejada, cuenta la odisea de recorrer, en este
caso, 8600 km hasta llegar a Europa, pasando y sufriendo lo
indecible. Para por fin en su llegada sentirse a salvo y respirar.
Aunque el peso traumático siga sobre su espalda.
“Antes
de los años terribles” es uno de esos libros que era necesario
escribir para que la sociedad no olvide.
Algunas frases del libro:
“Yo
solo trataba de olvidar y sobrevivir. No confiaba en que contar las
cosas pudiera cambiar nada. No me quedaba rebeldía, ni orgullo, ni
perdón que pedir o dar. No tenía nada que decir. Solo quería
continuar con mi vida.”
“Yo no alcanzaba a imaginar lo difícil y heroico que puede ser el amor en tiempos de odio. Me parecía que lo natural era que si dos personas querían estar juntas pudieran estarlo sin más.”
“Cuando la gente está furiosa la verdad no importa. Solo necesitan un chivo expiatorio.”
“¿Cuánto daño podemos soportar sin rompernos por dentro? ¿Y cuánto de ese daño somos capaces de infligir a otros sin inmutarnos?”
“Tardé en darme cuenta de cómo funciona el juego de la crueldad y el afecto: aniquila cualquier posibilidad de resistencia. Nunca sabes a qué atenerte, nunca sabes qué esperar, qué sucederá. ¿Será el palo o la zanahoria esta vez? Al final te entregas sin esperar más que lo que quieran ofrecerte, y lo que llega, sean golpes o caricias, lo aceptas con naturalidad.”
“¿Cuál es la decisión cuando quieres hacer el bien? ¿Cómo sabes que no te equivocas?”
“Callar para proteger, callar porque ya no se puede cambiar lo que ha pasado.”
Contracubierta o parte de la misma:
La
vida de Isaías volvió a empezar el día que llegó a Barcelona
siendo un muchacho y dejó atrás su mundo. Después de mucho tiempo
ha construido una nueva vida junto a su pareja, mientras intenta
abrirse camino con un negocio de restauración de bicicletas. Todo
cambia el día que recibe la visita de Emmanuel, un antiguo conocido
que lo convence para que regrese a Uganda y participe en un encuentro
sobre la reconciliación histórica de su país. Aceptar esa
propuesta hará resurgir un pasado que Isaías creía haber dejado
atrás. Se verá forzado a enfrentarse al niño que fue, mirarlo a
los ojos sin concesiones y perdonarse a sí mismo, si quiere seguir
adelante con su vida y no perder a su mujer, que pronto, y de la peor
manera, descubrirá una terrible verdad: no siempre lo conocemos todo
de aquellos a quienes amamos.
Fotografía
de la cubierta: Alexander Grabchilev - Stocksy
Gracias
a Ediciones Destino por el envío de este libro
Me gusta cómo escribe, es decir, su estilo y su forma de expresarse pero lo que cuenta y cómo lo cuenta sin ahorrar detalles e incidiendo en algunos de ellos a mí no me sienta bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Un libro que tengo que leer sí o sí!
ResponderEliminarBesotes!!!
Lo tengo apuntado desde que salió. Creo que puede ser un paso adelante de este autor que me gusta sin llegar a entusiasmarme. Esta novela parece, por su temática, más madura y centrada que las anteriores. Para mí es un autor un tanto disperso que mezcla demasiadas cosas en cada novela, pero lo leo muy a gusto y enganchada.
ResponderEliminarUn beso.
Me ha encantado este libro, de los mejores de Víctor
ResponderEliminarBesos
Es mi actual lectura, así que aun no puedo ser muy objetiva con él. Besos
ResponderEliminar¡Hola Blanca! Me gusta mucho este autor (leí "Por encima de la lluvia" y me gustó mucho. Es un autor de argumentos fuertes, que no dejan indiferentes a nadie (o te gusta, o te disgusta por su crudeza). Veo que este libro no se queda corto (en cuanto a crudeza me refiero) y encima está basado en un hecho real...
ResponderEliminarEn fin, lo leeré
Me ha encantado tu reseña
Besos
Hola! lo tengo muy presente para una próxima lectura, a pesar de que se que será duro, creo necesario que historias como estas sean leídas.
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Hola!
ResponderEliminarUna temática muy dura. Aún no he leído nada de este autor pero tengo muchas ganas de hacerlo. No sé con qué título me estrenaré, hay algunos anteriores que me llaman mucho, pero lo tendré en cuenta.
Un besín desde - Tejiendo Ideas ✿ Cosiendo Palabras -
Lo tengo pendiente, pero por lo leído en tu reseña, se que no me va a defraudar.
ResponderEliminarUn saludo
Pilar Santamaría