Encontré este libro por casualidad, rebuscando en los estantes de la Biblioteca del Mar, una de las muchas, que por suerte, abren los meses de verano en la playa. Estaba de fin de semana y quería un libro no demasiado extenso. Este reunía ese requisito, 240 páginas. Con el añadido de un título atrayente y una autora a la que había leído hace unos años, “La nada cotidiana”, una historia sobre una mujer cubana que se refugia en la escritura buscando una luz de esperanza en medio de la triste realidad de su país. Y que me gustó especialmente.
Y ahora me he encontrado con esta pequeña joya, porque me ha encantado poder disfrutar del arte de las pinturas y del arte de las palabras.
“Una novelista en el Museo del Louvre” es un homenaje a Manuel Mújica Laínez, un escritor que influyó en Zoé Valdés cuando empezó a escribir, y que tiene un libro titulado “Un novelista en el Museo del Prado”, el cual inspiró esta obra. Los dos han sido publicados por la misma editorial.
En la introducción la autora en primera persona nos relata como estando de visita en el Museo del Louvre le suceden unos hechos extraños, como que el guardia del museo se convierte en el guardián de las palabras, siendo el mismísimo Manuel Mújica Laínez. Y ella empieza a vivir en el museo. Y nos dice:“todo eso he visto y, en pleno día, y mucho más. No sólo en la noche los cuadros cobran vida, las esculturas danzan; también les fascina recrear sus maldades diurnas”.En cada capítulo hace referencia a un obra de las expuestas en las salas, poniéndonos en antecedentes de algunos datos importantes del pintor, de la época, de los personajes representados. Pero las obras toman vida y la novelista observa las escenas en segundo plano, otras veces directamente forma parte de ellas contándonos algún hecho en el que está involucrado alguno o algunos de los personajes. Ella intenta por todos los medios que nadie descubra lo que sucede cuando el museo está cerrado. Los personajes de los cuadros saben que tienen que volver a ellos antes de que se abran las puertas al público. Aunque a veces algunos visitantes participan en las andanzas de éstos.
Poco a poco vamos recorriendo varias salas, haciendo un repaso de la historia del arte y admirando diversas pinturas, convirtiéndose esta novela en una pequeña guía del Louvre.
Zoé Valdés nos habla del síndrome de Stendhal, una enfermedad que ocasiona vértigo, mareos, entre otros síntomas, cuando alguien se expone a una sobredosis de belleza.
También habla de Manuel Puig y François Cheng, dos escritores que han influido en la autora. Teniendo este último publicado un libro que se titula “Pèlerinage au Louvre”, y que junto al ya nombrado “Un novelista en el Museo del Prado” de Manuel Mújica Laínez le han ayudado a escribir estos relatos.
En definitiva un buen libro si te gusta el arte y la literatura.
Algunas frases del libro:
“Leer es amar”.
“No hay nada mejor y más confortable que nuestro entorno para seguir existiendo”.
“¿No encuentra raro que los humanos se mezclen con los seres imaginados por los artistas, o sea, con los personajes de las obras artísticas?”.
“Estoy atrapada en el tiempo del museo, que desde hace años no consigo salir de estas salas”.
“No podíamos dejar de admirar obras que son a mi juicio imprescindibles”.
“Admiro a Manuel Mújica Laínez, e inspirada en un novelista en el Museo del Prado, decidí escribir este libro”.
Contracubierta o parte de la misma:
Mis pasos resuenan en la galería principal, avanzo solitaria, al ralentí como en los sueños; conos de luz van trazándome el camino. Semejantes a sombreros puntiagudos de suave claridad mortecina, gigantes que penetran azarosos por los ventanales del Museo del Louvre y me invitan a perseguirlos, como en un juego infantil y antiguo. -¡Señorita, señorita, el museo está cerrado! -alguien grita a mis espaldas.
Me doy la vuelta y sólo consigo divisar una silueta, la de un hombre alto, corpulento. (...) De súbito, el vigilante se ha esfumado. Entonces allí -en ese allí que es un poco más allá en el tiempo-, doblo a la derecha, penetro en la sala de La Gioconda o La Mona Lisa. Nadie, nadie, susurro. ¿Será verdad que el museo está cerrado? Y entonces, ¿cómo he podido entrar? ¿Cómo he conseguido introducirme en esta sala en penumbras?Con el extraordinario dominio de la narración que la caracteriza, Zoé Valdés nos invita a entrar en un mundo de penumbras y claroscuros. De su mano recorremos los pasillos que nos mostrarán el rostro oculto, misterioso y desconocido de aquellos que creíamos conocer. Museo de anécdotas literarias por el que desfilan multitud de personajes bajo el misterioso influjo de Mújica Láinez, esta rotunda vuelta de tuerca es la demostración del talento narrativo y su extraordinaria capacidad para asombrarnos, convirtiendo a los guardianes de museos en guardianes de palabras.
Y ahora me he encontrado con esta pequeña joya, porque me ha encantado poder disfrutar del arte de las pinturas y del arte de las palabras.
“Una novelista en el Museo del Louvre” es un homenaje a Manuel Mújica Laínez, un escritor que influyó en Zoé Valdés cuando empezó a escribir, y que tiene un libro titulado “Un novelista en el Museo del Prado”, el cual inspiró esta obra. Los dos han sido publicados por la misma editorial.
En la introducción la autora en primera persona nos relata como estando de visita en el Museo del Louvre le suceden unos hechos extraños, como que el guardia del museo se convierte en el guardián de las palabras, siendo el mismísimo Manuel Mújica Laínez. Y ella empieza a vivir en el museo. Y nos dice:“todo eso he visto y, en pleno día, y mucho más. No sólo en la noche los cuadros cobran vida, las esculturas danzan; también les fascina recrear sus maldades diurnas”.En cada capítulo hace referencia a un obra de las expuestas en las salas, poniéndonos en antecedentes de algunos datos importantes del pintor, de la época, de los personajes representados. Pero las obras toman vida y la novelista observa las escenas en segundo plano, otras veces directamente forma parte de ellas contándonos algún hecho en el que está involucrado alguno o algunos de los personajes. Ella intenta por todos los medios que nadie descubra lo que sucede cuando el museo está cerrado. Los personajes de los cuadros saben que tienen que volver a ellos antes de que se abran las puertas al público. Aunque a veces algunos visitantes participan en las andanzas de éstos.
Poco a poco vamos recorriendo varias salas, haciendo un repaso de la historia del arte y admirando diversas pinturas, convirtiéndose esta novela en una pequeña guía del Louvre.
Zoé Valdés nos habla del síndrome de Stendhal, una enfermedad que ocasiona vértigo, mareos, entre otros síntomas, cuando alguien se expone a una sobredosis de belleza.
También habla de Manuel Puig y François Cheng, dos escritores que han influido en la autora. Teniendo este último publicado un libro que se titula “Pèlerinage au Louvre”, y que junto al ya nombrado “Un novelista en el Museo del Prado” de Manuel Mújica Laínez le han ayudado a escribir estos relatos.
En definitiva un buen libro si te gusta el arte y la literatura.
Algunas frases del libro:
“Leer es amar”.
“No hay nada mejor y más confortable que nuestro entorno para seguir existiendo”.
“¿No encuentra raro que los humanos se mezclen con los seres imaginados por los artistas, o sea, con los personajes de las obras artísticas?”.
“Estoy atrapada en el tiempo del museo, que desde hace años no consigo salir de estas salas”.
“No podíamos dejar de admirar obras que son a mi juicio imprescindibles”.
“Admiro a Manuel Mújica Laínez, e inspirada en un novelista en el Museo del Prado, decidí escribir este libro”.
Contracubierta o parte de la misma:
Mis pasos resuenan en la galería principal, avanzo solitaria, al ralentí como en los sueños; conos de luz van trazándome el camino. Semejantes a sombreros puntiagudos de suave claridad mortecina, gigantes que penetran azarosos por los ventanales del Museo del Louvre y me invitan a perseguirlos, como en un juego infantil y antiguo. -¡Señorita, señorita, el museo está cerrado! -alguien grita a mis espaldas.
Me doy la vuelta y sólo consigo divisar una silueta, la de un hombre alto, corpulento. (...) De súbito, el vigilante se ha esfumado. Entonces allí -en ese allí que es un poco más allá en el tiempo-, doblo a la derecha, penetro en la sala de La Gioconda o La Mona Lisa. Nadie, nadie, susurro. ¿Será verdad que el museo está cerrado? Y entonces, ¿cómo he podido entrar? ¿Cómo he conseguido introducirme en esta sala en penumbras?Con el extraordinario dominio de la narración que la caracteriza, Zoé Valdés nos invita a entrar en un mundo de penumbras y claroscuros. De su mano recorremos los pasillos que nos mostrarán el rostro oculto, misterioso y desconocido de aquellos que creíamos conocer. Museo de anécdotas literarias por el que desfilan multitud de personajes bajo el misterioso influjo de Mújica Láinez, esta rotunda vuelta de tuerca es la demostración del talento narrativo y su extraordinaria capacidad para asombrarnos, convirtiendo a los guardianes de museos en guardianes de palabras.
El blog de la autora es http://zoevaldes.net/
No he leído nada de esta autora, pero este librito parece interesante y atractivo, sobre todo para las personas que les guste la literatura y la pintura. Un saludo.
ResponderEliminarCuéntate la vida http://cuentatelavida.blogspot.com
Goizeder: sin olvidarnos del libro de Manuel Mújica Laínez. Así podemos disfrutar el doble.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Blanca, soy nuevo en tu blog ;)
ResponderEliminarMe ha gustado tu reseña, me apunto esta novela de Zoé valdés, quién debe ser una apasionada del arte, en la Cazadora de Astros nos cuenta la vida de la pintora surrealista Remedios Varo.
Un saludo!
Ismael: bienvenido a mi blog. No conocía esa otra novela de Zoé Valdés, y estoy de acuerdo contigo en que le debe apasionar el arte, ella misma dice: "la vida no merece la pena ser vivida sin arte".
ResponderEliminarTampoco conocía tu blog y me he llevado la grata sorpresa de que tienes un libro publicado "Luz de libertad" y que por el tema me parece muy interesante.
Si ves mi blog, voy leyendo un poco de todo, según va surgiendo. Hace muchos años devoraba libros, ahora los saboreo.
Un abrazo
Hola.
ResponderEliminarBuscando un libro del Museo del Louvre llegue hasta tu espacio Q por cierto me encanto.
Buscare este de Zoe Valdes, me encanta leer y por lo Q relatas me parece atractivo.
Saludos y seguire visitandote.
Meli.
Meli: gracias por tu comentario. Espero que disfrutes de este libro.
ResponderEliminarUn abrazo