Vuelvo a expresar la importancia de la memoria histórica, así como la exhumación de las fosas comunes. Tanto por la dignidad a las víctimas como por sus familias.
Y sí, este libro va de estos temas, que la autora ha dividido en tres partes: el impacto; la fosa; la exhumación; y un epílogo final. Más una nota muy interesante donde explica cómo surgió esta historia y los personajes. Algunos datos son reales y otros son ficción. Su combinación ha dado como resultado una novela que transcurre en una ciudad sin especificar, pero de la que da ciertos datos, como la tumba de Miguel Hernández o el bombardeo del mercado, que relacionan claramente que los hechos suceden en Alicante.
El espacio temporal alterna el momento actual con la Guerra Civil Española y la Posguerra. Lo que hace que los personajes sean de varias generaciones.
La trama no se deja nada ni a nadie sin conectar, desde los orígenes de Gabriel, de Pilar y de Lucía, antes de que la guerra marcase sus vidas, hasta la investigación que Ofelia y su hijo Miguel realizan para reconstruir el pasado familiar, ese que desconocen por los años de silencio, que fueron el tono común en casi todas las casas, marcado por el miedo a las represalias, entre cárceles y fusilamientos, que acabaron con algunas personas en cunetas y fosas comunes, como la de Paterna (Valencia) con más de 2000 fusilados, en concreto 2238 personas fueron asesinadas en el Muro de Paterna, conocido por el “paredón de España”, hasta 1956.
Hechos reales que no dejan indiferente, que nos recuerdan (me han recordado) un pasado que no hace ni cien años que ocurrió, y que vivieron en primera persona mis abuelos y formó parte de la niñez de mis padres. Por lo que para mí es importante que se salvaguarde la memoria histórica.
Algunas frases del libro:
“Cuán poderoso es el azar, capaz de determinar una vida entera.”
“Es curioso como a veces la vida se acelera de improviso. Cómo puede un hecho puntual trastocar los cimientos sobre los que se asientan las rutinas.”
“Necesito que todo el mundo sepa de ella, porque si yo me muero y mis hijas tampoco consiguen sacarla, tiene que haber alguien que siga intentándolo hasta el final. Me da mucho miedo que se la olvide cuando ya no quede nadie”.
Contracubierta o parte de esta:
Ofelia acaba de perder a su padre y, tras recibir la noticia, regresa a su ciudad natal. Una vez allí, no solo se encuentra con el hogar de su infancia, sino también con un pasado familiar que desconocía.
En el funeral ha aparecido un misterioso francés que resulta saber mucho más de su padre de lo que ella nunca supo. Será entonces cuando Ofelia se pregunte quiénes fueron realmente sus padres, a los que siempre vio como un humilde trabajador ferroviario y una portera de un edificio señorial.
Lo que está a punto de descubrir podría desbaratar por completo su percepción sobre la vida, su familia y la historia de nuestro país.
Imagen de la cubierta: fotografía de René Gorbeli
Tomo muy buena nota, que son temas sobre los que me gusta leer. Y no conocía esta novela.
ResponderEliminarBesotes!!!