Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica.
Con el prólogo de José Luis Sampedro.
Hoy, 17 de mayo de 2011, hace exactamente dos años que Stéphane Hessel dio un discurso improvisado en la explanada de las Glières, en ocasión de la reunión anual Palabras de Resistencia, convocada a iniciativa de la asociación Ciudadanos Resistentes de Ayer y de Hoy. Recordando que el motivo de la Resistencia había sido la indignación. Hessel pronunció: “¡Encontrad vuestros propios motivos de indignación, uníos a esta gran corriente de la historia!”. Recogida por el cineasta Gilles Peret en la película “Walter, retour en résistance”, esta intervención es el punto de partida del texto publicado en este libro.
Desde la experiencia que dan 93 años de vida Hessel nos invita (sobre todo invita a los jóvenes) a reaccionar de forma pacífica, a despertar del largo letargo que sufren, que sufrimos. Porque después de todos los logros conseguidos tras la II Guerra Mundial, a nivel de libertades, derechos humanos, una sociedad justa, y que ahora se están perdiendo. Hay que movilizarse como se hizo entonces. Porque estamos viviendo una época de indiferencia, apatía y resignación. (No sé decir cual de los tres términos es peor)
Necesitamos una sociedad de la que podamos sentirnos orgullosos. Donde no haya injusticia social.
En apenas 60 páginas habla sobre todo refiriéndose a Francia, pero su argumento es extensible a todos los países.
El prólogo es de José Luis Sampedro y empieza así:
“Yo también nací en 1917. Yo también estoy indignado. También viví una guerra. También soporté una dictadura. Al igual que a Stéphane Hessel, me escandaliza e indigna la situación de Palestina y la bárbara invasión de Irak. Podría aportar más detalles, pero la edad y la época bastan para mostrar que nuestras vivencias han sucedido en el mismo mundo.”
Casi me ha gustado más el prólogo que el libro. Está claro que Stéphane Hessel podía haber profundizado mucho más sobre algunos de los temas, pero eso no quita que haya conseguido movilizar a los jóvenes (y no tan jóvenes), quienes a través de las redes sociales y los blogs están creando un movimiento social.
Aún así es un libro que no deja indiferente, que nos hace pensar sobre la situación actual de la sociedad en que vivimos. Un motivo para reflexionar, para buscar nuestro motivo de indignación y compartirlo con los demás, para de forma pacífica mejorar el mundo que nos rodea.
Algunas frases del libro:
“Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es un valor precioso. Cuando algo te indigna como a mí me indignó el nazismo, te conviertes en alguien militante, fuerte y comprometido. Pasas a formar parte de esa corriente de la historia, y la gran corriente debe seguir gracias a cada uno.”
“La peor actitud es la indiferencia, decir: paso de todo, ya me las apaño. Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre. Uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue.”
“El porvenir pertenece a la no violencia, a la conciliación de las diferentes culturas. Es por esta vía que la humanidad deberá superar la próxima etapa.”
Contracubierta o parte de la misma:
Cuando alguien como Stéphane Hessel llama a la insurrección pacífica, a desperezarse, a rebelarse, hay que escucharlo. Porque Hessel, a sus 93 años, sabe de lo que habla: miembro de la Resistencia francesa, militante a favor de la independencia argelina y defensor de la causa palestina, este eterno luchador es, además, el único redactor vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Por eso, cuando reclama un motivo de indignación para todos hay que hacerle caso. Porque las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo demasiado complejo, pero siguen ahí, en la dictadura de los mercados, en el trato a los inmigrantes, a las minorías étnicas. Buscad y encontraréis, nos dice, coged el relevo, ¡indignaos!, porque la peor actitud es la indiferencia. Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue.
Traducción de Telmo Moreno Lanaspa
Fotografía de la cubierta: fotosearch
Nota personal:
¿Tú sueñas?
¿Tú respiras?
¿Tú sombra y la mía son del mismo color?
No somos tan diferentes.
Somos personas.
Somos ciudadanos del mundo.
Desde la experiencia que dan 93 años de vida Hessel nos invita (sobre todo invita a los jóvenes) a reaccionar de forma pacífica, a despertar del largo letargo que sufren, que sufrimos. Porque después de todos los logros conseguidos tras la II Guerra Mundial, a nivel de libertades, derechos humanos, una sociedad justa, y que ahora se están perdiendo. Hay que movilizarse como se hizo entonces. Porque estamos viviendo una época de indiferencia, apatía y resignación. (No sé decir cual de los tres términos es peor)
Necesitamos una sociedad de la que podamos sentirnos orgullosos. Donde no haya injusticia social.
En apenas 60 páginas habla sobre todo refiriéndose a Francia, pero su argumento es extensible a todos los países.
El prólogo es de José Luis Sampedro y empieza así:
“Yo también nací en 1917. Yo también estoy indignado. También viví una guerra. También soporté una dictadura. Al igual que a Stéphane Hessel, me escandaliza e indigna la situación de Palestina y la bárbara invasión de Irak. Podría aportar más detalles, pero la edad y la época bastan para mostrar que nuestras vivencias han sucedido en el mismo mundo.”
Casi me ha gustado más el prólogo que el libro. Está claro que Stéphane Hessel podía haber profundizado mucho más sobre algunos de los temas, pero eso no quita que haya conseguido movilizar a los jóvenes (y no tan jóvenes), quienes a través de las redes sociales y los blogs están creando un movimiento social.
Aún así es un libro que no deja indiferente, que nos hace pensar sobre la situación actual de la sociedad en que vivimos. Un motivo para reflexionar, para buscar nuestro motivo de indignación y compartirlo con los demás, para de forma pacífica mejorar el mundo que nos rodea.
Algunas frases del libro:
“Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es un valor precioso. Cuando algo te indigna como a mí me indignó el nazismo, te conviertes en alguien militante, fuerte y comprometido. Pasas a formar parte de esa corriente de la historia, y la gran corriente debe seguir gracias a cada uno.”
“La peor actitud es la indiferencia, decir: paso de todo, ya me las apaño. Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre. Uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue.”
“El porvenir pertenece a la no violencia, a la conciliación de las diferentes culturas. Es por esta vía que la humanidad deberá superar la próxima etapa.”
Contracubierta o parte de la misma:
Cuando alguien como Stéphane Hessel llama a la insurrección pacífica, a desperezarse, a rebelarse, hay que escucharlo. Porque Hessel, a sus 93 años, sabe de lo que habla: miembro de la Resistencia francesa, militante a favor de la independencia argelina y defensor de la causa palestina, este eterno luchador es, además, el único redactor vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Por eso, cuando reclama un motivo de indignación para todos hay que hacerle caso. Porque las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo demasiado complejo, pero siguen ahí, en la dictadura de los mercados, en el trato a los inmigrantes, a las minorías étnicas. Buscad y encontraréis, nos dice, coged el relevo, ¡indignaos!, porque la peor actitud es la indiferencia. Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue.
Traducción de Telmo Moreno Lanaspa
Fotografía de la cubierta: fotosearch
Nota personal:
¿Tú sueñas?
¿Tú respiras?
¿Tú sombra y la mía son del mismo color?
No somos tan diferentes.
Somos personas.
Somos ciudadanos del mundo.
Lo he visto en varios blogs pero no me acabo de decidir leerlo, aunque todos dicen que es muy interesante...
ResponderEliminarlo tengo pendiente en mi e-reader y lo he visto también en varios blogs, parece muy interesante!
ResponderEliminarun beso
Buena reseña, habrá que animarse... Lo que pasa es que yo ya estoy indignada sin leerlo, cuando lo lea no sé qué puede pasar.. jeje.
ResponderEliminarUn abrazo!
Un muy buen libro al que se le debería dar toda la repercusión posible.
ResponderEliminarA mi el prólogo de Sampedro también me gustó mucho. Sobre lo que dice Hessel, es cierto que podría haberse explayado más, pero lo que expresa en esas 60 páginas es una buena síntesis de sus ideas, no?
Saludos
Lo mejor, el prólogo de José Luis Sampedro. El libro en sí me pareció un panfleto redactado con prisas y poco trabajado. Me decepcionó enormemente...
ResponderEliminarSi un librito como éste es lo que necesitamos para indignarnos mientras que permanecemos indiferentes a las injusticias y la situación de desequilibrio que nos rodea cada día... tenemos lo que nos merecemos.
Besos,
Lo he visto en algunas librerías y lo cierto es que quiero leerlo.
ResponderEliminarMe gusta que sean solo 60 páginas, si fuera mucho más largo creo que me echaría para atrás.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno ;)
Es un libro que se me apetece leer, que ya he visto reseñas en varios blogs y me ha llamado la atención. Pero estoy con Carmen, "si un librito como éste es lo que necesitamos para indignarnos mientras que permanecemos indiferentes a las injusticias y la situación de desequilibrio que nos rodea cada día... tenemos lo que nos merecemos." Gran frase.
ResponderEliminarBesotes!!!
De entrada me parece abusivo su precio, yo lo leí en pdf ... Y el libro tampoco me pareció gran cosa, la verdad.
ResponderEliminarbsos!
Me alegra tu reseña. Yo no sé si el libro será más o menos bueno, pero la que se está liando es digno de tenerse en cuenta. Podemos quedar mirando o participar con tantos que están indignados y quieren que esto cambie. A veces la gota colma el vaso.
ResponderEliminarUn saludo.
El libro no profundiza. No es un ensayo. Pero creo que explica bien por dónde van los tiros. Donde hace mas hincapié diría yo que es en la deficiencia de los medios de comunicación, aunque no especifique por qué son deficientes, pero basta leerlo para saber que hay mucha gente detrás que se está dando cuenta que la lucha de las personas de su generación se está perdiendo ahora, sin darnos cuenta.
ResponderEliminarTe subo la entrada a FB (que es lo que hago con todas) jeje
ResponderEliminarBlanca, no tienes marcado la opción de facebook, tweeter, etc, del panel entradas ...
ResponderEliminarVi en las noticias que en España están haciendo una protesta antes de las elecciones y se mencionó este libro... Q poder tiene!!! Pero no me termina de convencer...
ResponderEliminarPD. Esta vez no meto la pata... Éste sí es Stéphane Hessel... Q verguenza la última vez!
Tengo por aquí el pdf que me mandó no recuerdo quién, o me lo bajé de algún sitio porque alguien puso un enlace en su blog. Aún no lo he leído, así que a ver si me animo.
ResponderEliminarGracias. Subido.
ResponderEliminarNo he leído el libro, aunque no dejo de verlo en blogs y por la calle, pero esta reseña viene que ni pintada ahora con todo lo del movimiento 15-M y las concentraciones, manifestaciones y acampadas en varias ciudades y en la Puerta del Sol de Madrid. Muchos besos!!
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarA quienes opinan que es un libro interesante y a quienes opinan que es flojo. Como siempre hay para todos los gustos.
Lo que si creo que podemos estar más de acuerdo es que todos tenemos algún motivo por el que indignarnos. Y Stéphane Hessel y José Luis Sampedro, a sus 93 años, están consiguiendo que hablemos de esos motivos.
Un abrazo
Te he dejado un premio en el blog. :-)
ResponderEliminargran pensador , este señor desafiando los limites celulares, y los procesos quimicos, antagónicos que presenta tu cuerpo a esa precisa edad, este hombre es un verdadero eje temático, a seguir.
ResponderEliminarDaiwan: ojalá lleguemos a esas edades, y con una mente como la de Hessel o Sampedro.
EliminarUn abrazo