Un relato angustioso, esa es la sensación que he tenido durante toda la lectura. Creándome un ansia enorme por llegar al final y saber si la voz de mujer que escucha al teléfono es quien ella cree. Pero nada es lo que parece.
La historia transcurre en 24 horas, marcando el paso del tiempo los propios capítulos. Un día que para Lara se convierte en un repaso o reconstrucción de una etapa de su vida que la marcó profundamente, y que después de treinta años sigue influyéndole.
Los recuerdos fluyen, ¿qué fue real y qué fue onírico?
La autora ha conseguido una novela ágil, de rápida lectura, con una parte de suspense y otra de reflexión sobre el comportamiento humano.
Con un final que me ha sorprendido gratamente por lo inesperado.
Algunas frases del libro:
“Natalie había modificado su destino para siempre”.
“Era algo inaudito y extraordinario para Lara que existiera alguien que quisiera que ella fuera feliz”.
“Fue una época maravillosa, Lara estaba hechizada. Ene representaba todo lo que ella quería ser, la admiraba profundamente”.
“Al fin y al cabo, ¿quién era ella sino el producto de Ene? Incluso, hoy, ¿quién era ella?”.
“El tiempo es como un sueño y sabía que la memoria, igual que los sueños, puede sufrir distorsiones cuando se la intenta recuperar”.
“Pensando en cómo se puede construir una historia a partir de una voz”.
Contracubierta o parte de la misma:
El timbre de un teléfono, descolgar el auricular y oír una voz de mujer; algo tan habitual, trastoca la existencia de Lara, obligándola a desenterrar un pasado convulso y olvidado a la fuerza. Decidida a irse a vivir cerca del mar, pone en venta su casa de la capital. Un día recibe la llamada inesperada de una mujer, la voz que oye al otro lado del auricular no le resulta desconocida. En ella le parece reconocer a una antigua amiga cuya estrecha y absorbente relación marcó su juventud, y quién sabe si el resto de su vida al desaparecer sin dejar rastro. Han pasado treinta años y Lara disponede tan sólo veinticuatro horas para ordenar sus recuerdos, eclipsados por el dolor y la culpa, antes de encontrarse con la que cree que fue su mejor, su única amiga. ¿Quiénes somos? ¿Quién es Lara? ¿Hasta dónde llegó a querer a Ene? Estuvo dispuesta a morir por ella, perdió su identidad, de ahí que el nombre no importe; abandonó su aspecto, sus gustos para ser su amiga, para convertirse en ella, para ser Ene.
Paula Izquierdo, a través de una compleja galería de personajes, hace un esbozo de una sociedad miserable en la que se entremezcla el mundo elegante de lujo y placeres con la corrupción y la violencia de género más abyecta: “nada es nunca puro y sin mezcla”, como reza la cita de Yeats. El nombre no importa es una novela impactante, de suspense, donde nada es lo que parece, sobre los misterios de la memoria y de la amistad en los momentos en los que se conforma la personalidad. Una novela sobre los meandros por los que discurren los recuerdos entre la realidad y lo onírico, entre lo que pasó y no fue. Una reflexión inquietante sobre las ambigüedades y contradicciones de la personalidad humana y la fragilidad de la mente.
Los recuerdos fluyen, ¿qué fue real y qué fue onírico?
La autora ha conseguido una novela ágil, de rápida lectura, con una parte de suspense y otra de reflexión sobre el comportamiento humano.
Con un final que me ha sorprendido gratamente por lo inesperado.
Algunas frases del libro:
“Natalie había modificado su destino para siempre”.
“Era algo inaudito y extraordinario para Lara que existiera alguien que quisiera que ella fuera feliz”.
“Fue una época maravillosa, Lara estaba hechizada. Ene representaba todo lo que ella quería ser, la admiraba profundamente”.
“Al fin y al cabo, ¿quién era ella sino el producto de Ene? Incluso, hoy, ¿quién era ella?”.
“El tiempo es como un sueño y sabía que la memoria, igual que los sueños, puede sufrir distorsiones cuando se la intenta recuperar”.
“Pensando en cómo se puede construir una historia a partir de una voz”.
Contracubierta o parte de la misma:
El timbre de un teléfono, descolgar el auricular y oír una voz de mujer; algo tan habitual, trastoca la existencia de Lara, obligándola a desenterrar un pasado convulso y olvidado a la fuerza. Decidida a irse a vivir cerca del mar, pone en venta su casa de la capital. Un día recibe la llamada inesperada de una mujer, la voz que oye al otro lado del auricular no le resulta desconocida. En ella le parece reconocer a una antigua amiga cuya estrecha y absorbente relación marcó su juventud, y quién sabe si el resto de su vida al desaparecer sin dejar rastro. Han pasado treinta años y Lara disponede tan sólo veinticuatro horas para ordenar sus recuerdos, eclipsados por el dolor y la culpa, antes de encontrarse con la que cree que fue su mejor, su única amiga. ¿Quiénes somos? ¿Quién es Lara? ¿Hasta dónde llegó a querer a Ene? Estuvo dispuesta a morir por ella, perdió su identidad, de ahí que el nombre no importe; abandonó su aspecto, sus gustos para ser su amiga, para convertirse en ella, para ser Ene.
Paula Izquierdo, a través de una compleja galería de personajes, hace un esbozo de una sociedad miserable en la que se entremezcla el mundo elegante de lujo y placeres con la corrupción y la violencia de género más abyecta: “nada es nunca puro y sin mezcla”, como reza la cita de Yeats. El nombre no importa es una novela impactante, de suspense, donde nada es lo que parece, sobre los misterios de la memoria y de la amistad en los momentos en los que se conforma la personalidad. Una novela sobre los meandros por los que discurren los recuerdos entre la realidad y lo onírico, entre lo que pasó y no fue. Una reflexión inquietante sobre las ambigüedades y contradicciones de la personalidad humana y la fragilidad de la mente.
No había oído hablar de este libro, pero la verdad es que tiene una pinta estupenda.
ResponderEliminarNo conocía ni el libro ni la autora, pero la verdad es que la historia tiene buena pinta. Me ha picado la curiosidad y me han entrado ganas de leer el libro. Un saludo.
ResponderEliminarCuéntate la vida http://cuentatelavida.blogspot.com
Pues me lo apunto. De la autora leí "El hueco de tu cuerpo" y me gustó mucho. Pensaba repetir, pero se quedó en el aire, y ahora me lo has recordado.
ResponderEliminarTiene una pinta interesantísima, desde luego, así que habrá que buscarlo.
ResponderEliminarSaludos
masteatro: a mi me ha gustado, es de esas lecturas que te dejan bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Goizeder: es bueno leer autores poco conocidos, porque como en este caso te llevas gratas sorpresas.
ResponderEliminarUn abrazo
Isi: no conozco ese otro libro, pero lo tendré en cuenta en próximas lecturas.
ResponderEliminarUn abrazo
Laky: espero que lo encuentres porque te va a gustar.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias. Escribiendo a la sombra de este calor insobornable tu comentarío resulta realmente refrescante.
ResponderEliminarLa verdad es que me has dejado intrigada, me uno al resto de los comentarios en decir que tiene una magnífica pinta. Otro que sube al infinito plan lector.
ResponderEliminarSaludos.
Bookworm: lo que me gusta de los blogs de libros es descubrir nuevos autores, gracias a tus reseñas (y las de otros) termino leyendo libros que hubiese pasado por alto.
ResponderEliminarUn abrazo
pues desconocía autora y libro, así que ¡otro más por descubrir! y anotado queda en el plan infinito...
ResponderEliminarBibliobulimica: me parece estupendo que hayas descubierto a esta autora. Espero que te guste el libro.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola a todos/as!
ResponderEliminarMe gusta mucho la escritora Paula Izquierdo, no me pierdo nada de ella ;) pero, en este caso, en el último libro me he quedado con un final boquiabierta. Para no fastidiar al resto de lectores, alguien se podría poner en contacto conmigo para comentar el final? Es que no me ha quedado muy claro... y estoy muy intrigada.
Muchas gracias,
Maica
Ah, mi correo es : maicalofrias@hotmail.com
Maica: nos ponemos en contacto por e-mail, para no desvelar el final.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Blanca, si... por eso no he querido especificar públicamente mi intriga ;)
ResponderEliminarMuy amable por contestarme,
Hasta pronto,
Maica