Faulques recibe una visita inesperada, alguien que se cruzó en su pasado, Ivo Markovic. Las conversaciones entre ellos y las posteriores reflexiones del fotógrafo-pintor son el eje principal de la narración, donde nos relata recuerdos de la mujer que amó, Olvido, junto a terribles momentos vividos en diferentes guerras.
Ambos personajes necesitan respuestas.
Algunas frases del libro:
“Sólo quería comprender el código del trazado, la clave del criptograma, para que el dolor y todos los dolores fueran soportables.”
“No dejaría perderse una mirada que tal vez nunca más volvería a estar allí”...”y cuando él, cinco minutos más tarde, volvió a acercarse con las dos cámaras otra vez cargadas y a punto, la mirada de la muchacha ya no era la misma y el momento había pasado.”
“Pinto la foto que no pude hacer.”
“Usted le hizo una foto a un soldado con quien se cruzó un par de segundos. Un soldado del que ignoraba hasta el nombre. Y esa foto dio la vuelta al mundo. Luego olvidó al soldado anónimo e hizo otras fotos. A otros cuyo nombre también ignoraba, imagino. Tal vez los hizo famosos como a mí... era un curioso trabajo, el suyo.”
“La guerra sólo puede fotografiarse bien cuando, mientras levantas la cámara, lo que ves no te afecta... el resto hay que dejarlo para más tarde.”
“Mi cámara no fotografió eso, luego no existe.”
“Una foto que me destrozó la vida.”
“No es terrible. Es la vida, nada más. Una parte de ella.”
“No era posible fotografiar el peligro, o la culpa. El sonido de una bala al reventar un cráneo”
“La conclusión está ahí. Pintada en la pared.”
“Cuando vine en su busca, señor Faulques, creía que iba a matar a un hombre vivo.”
Contracubierta o parte de la misma:
En una torre junto al Mediterráneo, en busca de la foto que nunca pudo hacer, un antiguo fotógrafo pinta un gran fresco circular en la pared: el paisaje intemporal de una batalla. Lo acompañan en la tarea un rostro que regresa del pasado para cobrar una deuda mortal, y la sombra de una mujer desaparecida diez años atrás. En torno a esos tres personajes, Arturo Pérez-Reverte ha escrito la más intensa y turbadora historia de su larga carrera de novelista. Deslumbrante de principio a fin, El pintor de batallas arrastra al lector, subyugado, a través de la compleja geometría del caos del siglo XXI: el arte, la ciencia, la guerra, el amor, la lucidez y la soledad, se combinan en el vasto mural de un mundo que agoniza.
Ambos personajes necesitan respuestas.
Algunas frases del libro:
“Sólo quería comprender el código del trazado, la clave del criptograma, para que el dolor y todos los dolores fueran soportables.”
“No dejaría perderse una mirada que tal vez nunca más volvería a estar allí”...”y cuando él, cinco minutos más tarde, volvió a acercarse con las dos cámaras otra vez cargadas y a punto, la mirada de la muchacha ya no era la misma y el momento había pasado.”
“Pinto la foto que no pude hacer.”
“Usted le hizo una foto a un soldado con quien se cruzó un par de segundos. Un soldado del que ignoraba hasta el nombre. Y esa foto dio la vuelta al mundo. Luego olvidó al soldado anónimo e hizo otras fotos. A otros cuyo nombre también ignoraba, imagino. Tal vez los hizo famosos como a mí... era un curioso trabajo, el suyo.”
“La guerra sólo puede fotografiarse bien cuando, mientras levantas la cámara, lo que ves no te afecta... el resto hay que dejarlo para más tarde.”
“Mi cámara no fotografió eso, luego no existe.”
“Una foto que me destrozó la vida.”
“No es terrible. Es la vida, nada más. Una parte de ella.”
“No era posible fotografiar el peligro, o la culpa. El sonido de una bala al reventar un cráneo”
“La conclusión está ahí. Pintada en la pared.”
“Cuando vine en su busca, señor Faulques, creía que iba a matar a un hombre vivo.”
Contracubierta o parte de la misma:
En una torre junto al Mediterráneo, en busca de la foto que nunca pudo hacer, un antiguo fotógrafo pinta un gran fresco circular en la pared: el paisaje intemporal de una batalla. Lo acompañan en la tarea un rostro que regresa del pasado para cobrar una deuda mortal, y la sombra de una mujer desaparecida diez años atrás. En torno a esos tres personajes, Arturo Pérez-Reverte ha escrito la más intensa y turbadora historia de su larga carrera de novelista. Deslumbrante de principio a fin, El pintor de batallas arrastra al lector, subyugado, a través de la compleja geometría del caos del siglo XXI: el arte, la ciencia, la guerra, el amor, la lucidez y la soledad, se combinan en el vasto mural de un mundo que agoniza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pido disculpas si tardo en publicar comentarios y en contestarlos. Este blog es muy importante para mí pero no lo único que hay en mi vida.
Gracias por comentar.