Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

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martes, 2 de agosto de 2022

NIADELA de Beatriz Montañez


Me ha parecido un libro muy personal, que sorprende por lo natural y sincera que se muestra la autora.
La esencia de la temática es dejar todo atrás para reencontrarse consigo misma. Una compleja decisión que no todo el mundo es capaz de tomar. Pero Beatriz Montañez sí ha sido capaz de hacerlo. Y este libro es un resumen de sus primeros 365 días en su refugio, Niadela, aunque cuando lo publicó ya llevaba cinco años allí, y es donde continúa viviendo en la actualidad, aislada del mundo.
Utiliza el proceso de escribir, meditar, y así las imágenes fluyen. De esta manera fue escribiendo notas desde su llegada, las cuales ha transcrito a las páginas de este libro, en un lenguaje que tiene algo de poético.
Se abre totalmente, mostrándose tal y como es, con sus debilidades y sus fortalezas. Desde la no superada muerte de su padre cuando tenía 4 años, su frágil infancia y su propio refugio en el silencio, aislándose con tapones en los oídos. Circunstancias que marcaron su manera de ser desde bien pequeña y que todavía llevaba como un gran peso a su espalda.
Decidir romper con todo y dar un cambio radical a la forma de vivir, para mí, es una decisión muy valiente, y a ella le ha llevado a sentirse en paz, a darse cuenta de que necesita menos de lo que creía.
Lógicamente, por el lugar donde vive ahora, tiene un contacto íntimo con la naturaleza. Se ha convertido en una gran observadora de lo que le rodea, así hace una descripción minuciosa de la fauna y flora. Incluyendo un glosario de aves y otros animales.
Me ha gustado como muestra su mirada interior, que conlleva reflexiones interesantes, que parecen obvias, pero que hasta que no las lees no percibes realmente su importancia.

Algunas frases del libro:
“Me acompañan el fuego de la chimenea y los libros que me rodean. Me lleno con ellos y me vacío de nuevo escribiendo.”

“Librarme de la presión humana me permite ser consciente de la prolija vida no humana que me rodea. Mucho más satisfactoria, mucho más rica, menos reglada.”

“De nuevo, la naturaleza me enseña mucho más de lo que busco; de nuevo, dona mi ímpetu, somete el impulso, ese bastardo sin agallas que reina en la ignorancia.”

“Me pregunto qué sienten las aves enjauladas cuando llega el momento de migrar. Supongo que lo mismo que siente el ser humano cuando está a punto de morir.”

“Pienso en la perfecta soledad del pájaro. ¿Añora el ave cuando migra la tierra que deja atrás? NO, volverá a ella cuando sea el momento. Ni antes ni después. Cada lugar tiene su tiempo, en cada tiempo hay un proceso; yo estoy en él.”

Contracubierta o parte de esta:
Supongamos que llevas años trabajando en la televisión, presentando un programa en prime time. Lo tienes todo: fama, dinero, reconocimiento profesional, una rica vida social… Pero sientes que algo hace crack. Y lo dejas todo. Pero lo dejas de verdad. Porque sabes que arrastras una herida profunda y muy antigua que ni la fama ni el dinero ni los reconocimientos han podido sanar. Y es hora de ocuparse de esa herida.
Ésta es la historia de Beatriz Montañez. Ella decidió irse a vivir a una cabaña de piedra, antigua casucha labriega, que llevaba ya varias décadas abandonada. No había electricidad, ni agua caliente, ni ningún ser humano a menos de veinticinco kilómetros a la redonda. Era perfecta, pues era el momento de apostar fuerte, de vérselas a solas con esa mujer hueca o vaciada. ¿Un confinamiento extremo? ¿Un experimento? ¿Un arrebato? Ni mucho menos. Beatriz Montañez lleva viviendo en su modestísimo refugio más de cinco años… Simplemente dedicada a escribir.
La historia que nos cuenta en Niadela es, en última instancia, la de una desposesión: el abandono de sí misma para poder encontrarse con aquella que una es en realidad. Pero ¿cómo realizar este viaje inmóvil? Como se ha hecho desde hace milenios: deteniendo tu movimiento, separándote del grupo o de la tribu, aguzando la vista y el oído para entender aquello que la naturaleza quiera contarte. Así, Niadela se convierte en un excepcional ejercicio de atención, de observación, de escucha; en otras palabras, de pura nature writing, en el que, con paciencia, con precisión y con un hálito poético extraordinario, la autora nos narra el constante devenir, tan efímero como maravilloso, de la vida que brota a su alrededor.

Fotografía de la cubierta: Esther Pascual Fernández
 

5 comentarios:

  1. ¡Hola! Me parece muy interesante este libro para reflexionar y más teniendo en cuenta que es una experiencia real. ¡Me lo apunto! Muchas gracias por tu reseña.

    Nos vemos entre páginas
    La vida de mi silencio

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  2. Hola! No conocía este libro pero no es mi estilo de lectura y tampoco me atrae el argumento así que lo dejo pasar. Gracias por tu reseña.

    Un saludo!

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  3. Creo que es la primera reseña que leo de este libro que por Navidad se vio mucho por redes. Me gustan estas historias íntimas, de gente que le da un vuelco a su vida, porque además creo que yo no lo haría nunca, soy más de ciudad que un semáforo.
    Creo que es interesante.
    Abrazo

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  4. Creo que me agobiaría bastante este libro. Cinco años de soledad a kilómetros de cualquier signo de vida humana sería insoportable para mí. Creo que ni siquiera cinco días aguantaría y eso que no soy un ejemplo de sociabilidad, pero ese exceso de soledad...
    Un beso.

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  5. ¡Hola! esta novela me recuerda mucho a una que estoy leyendo ahora "La última cabaña", me encanta ese tipo de argumentos, de gente que lo deja todo para buscarse una nueva vida en la naturaleza.
    Me la llevo
    ¡Gracias!
    Besos

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Pido disculpas si tardo en publicar comentarios y en contestarlos. Este blog es muy importante para mí pero no lo único que hay en mi vida.
Gracias por comentar.