Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

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martes, 12 de julio de 2016

LA LEY DEL MENOR de Ian McEwan

Es la primera vez que leo a Ian McEwan y no será la última. Pues en este libro plantea temas de auténtico debate, cuestiones que no dejan indiferente, que te hacen pensar y te crean un dilema. Y lecturas así resultan imprescindibles.
Fiona Maye, magistrada del Tribunal Superior de Justicia en Londres, se encuentra con dos disyuntivas, una en su vida personal y otra en su vida profesional. En la segunda circunstancia ella tiene el poder de decidir la tutela de un menor, pero en la primera ¿quién la protege a ella?
Su marido, Jack, de 59 años, en crisis por la edad, quiere una aventura sexual con otra mujer, pero quiere el consentimiento de Fiona, y es que no quiere separarse, tan sólo tener esa relación y continuar con su matrimonio. Esta situación le lleva a Fiona a tener una inestabilidad personal.
Este tema, que no deja impasible, está tratado en un segundo plano. Siendo la parte central de la novela el trabajo que realiza esta juez de menores. Sus mañanas en el juzgado gestionando: peticiones, alegatos, argumentos, sentencias, órdenes. Los casos la absorben, sabe que pertenece a la ley, pues su trabajo es prioritario. Nos habla de alguno de ellos, como el de los siameses, como ejemplo de hasta dónde tienen que llegar sus decisiones, dejando encima de la mesa el dilema ético y la responsabilidad moral. Para llevarnos al caso del joven, menor de edad por unos meses, que necesita una transfusión para seguir luchando contra la leucemia, y que al ser testigo de Jehová, sus padres no dan el permiso. Por lo que desde el hospital solicitan una orden específica del Tribunal de Familia para hacerle una transfusión. Y entramos de nuevo en un debate ético ¿Debe Adam afrontar la muerte a causa de sus creencias o las de sus padres? Mientras, Fiona tiene que decidir lo que es razonable y legal. Porque la libertad de elegir un tratamiento médico es un derecho humano fundamental de los adultos, pero en esta ocasión es un menor y por tanto se ha convertido en un caso jurídico y moral, no médico.
Se comenta en el libro que en el antiguo sistema judicial se conservaba el lado humano. Pero que ahora la vida de los menores está registrada en los ordenadores, por lo que hay más papeleo pero menos amabilidad. Aunque siempre debería priorizar el bienestar del menor.
Por otra parte hago un inciso porque me he encontrado entre las páginas de esta novela una breve referencia a la anorexia, en la que el joven Adam da su opinión: comparándola con la religión, desde el punto de vista de querer sufrir, amar el dolor y el sacrificio, pensar que todo el mundo se preocupa, y que el universo entero se ocupa de ti, de lo que pesas. Y personalmente como el tema me es muy cercano y estoy muy sensibilizada ante el mismo. Concluyo que esta cortísima alusión dentro de la narración es excluyente.
Volviendo al libro, es una lectura de las que no dejan indiferente, que lleva a la reflexión de nuestra propia condición humana. Una historia que no hay que perderse como tampoco “La cena” y “Casa con piscina” de Herman Koch (reseña aquí y aquí), y “El lector” de Bernard Schlink (reseña aquí). Lecturas que te llevan a un debate ético.

Algunas frases del libro:
“Son juicios de valor sobre los cuales pueden discrepar personas razonables. Puesto que los jueces son también personas, esto significa que es inevitable cierto grado de diversidad en su aplicación de los valores.”

“A mi juicio, su vida es más preciosa que su dignidad.”

Contracubierta o parte de la misma:
Acostumbrada a evaluar las vidas de los demás en sus encrucijadas más complejas, Fiona Maye se encuentra de golpe con que su propia existencia no arroja el saldo que desearía: su irreprochable trayectoria como jueza del Tribunal Superior especializada en derecho de familia ha ido arrinconando la idea de formar una propia, y su marido, Jack, acaba de pedirle educadamente que le permita tener, al borde de la sesentena, una primera y última aventura: una de nombre Melanie. Y al mismo tiempo que Jack se va de casa, incapaz de obtener la imposible aprobación que demandaba, a Fiona le encargan el caso de Adam Henry. Que es anormalmente maduro, y encendidamente sensible, y exhibe una belleza a juego con su mente, tan afilada como ingenua, tan preclara como romántica; pero que está, también, enfermo de leucemia. Y que, asumiendo las consecuencias últimas de la fe en que sus padres, testigos de Jehová, lo han criado, ha resuelto rechazar la transfusión que le salvaría la vida. Pero Adam aún no ha cumplido los dieciocho, y su futuro no está en sus manos, sino en las del tribunal que Fiona preside. Y Fiona lo visita en el hospital, y habla con él de poesía, y canta mientras el violín de Adam suena; luego vuelve al juzgado y decide, de acuerdo con la Lay del Menor.

Traducción de Jaime Zulaika


10 comentarios:

  1. A mí también me gustó mucho lo bien planteado que está el problema, sin adoctrinar y dejando la puerta abierta al debate. A mí me llamó más la parte personal aunque se quedara en un segundo plano.
    Muy buena la construcción de personajes.
    Besos

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  2. Leí una novela del autor y me gusto. En principio quiero leer más libros suyos pero no sé si seguiré por este.

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  3. Ya he oído hablar de este hablar y la verdad es que pinta muy interesante.
    Un besin

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  4. Pues a mi me gustan este tipo de lecturas, yo tampoco he leído al autor hasta el momento pero es esta la elegida para empezar, me gusta mucho lo que plantea.
    Besos

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  5. Pues no he leído nada de este autor aún. Y veo que tengo que ponerle remedio. Y si puedo, va a ser prontito.
    Besotes!!!

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  6. De este acutor solo he leído Expiación, que me encantó y la verdad es que no sé la razón por la que no he vuelto a animarme con nada suyo. Tu recomendación de hoy me la llevo, me has convencido con tu reseña y la referencia a las dos novelas de Koch, que fueron lecturas estupendas ambas, han puesto la puntilla final.
    Besos.

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  7. La tengo apuntada. He leído buenas opiniones.
    Un beso ,)

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  8. La tengo pendiente en el ebook y creo que me gustará.
    Besos

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  9. Hola Blanca:

    Qué reseña tan buena y tan agradable de leer. Expones los asuntos estupendamente, tanto que ahora mismo lamento mi cicatería al no haberla adquirido durante la pasada Feria del Libro y eso que la tuve entre mis manos. En fin, qué le voy a hacer. Creo que la sacaré de la biblioteca.

    Quería aprovechar este comentario para decirte que te he nominado en mi blog para el Premio Best Blog: http://elblogdejcgc.blogspot.com.es/2016/07/nominacion-best-blog.html
    Me gustaría que lo aceptases.

    Un beso

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  10. Mi relación con los libros de este autor está llena de altibajos pero si lo relacionas con Herman Koch tendré que planteármelo...
    Abrazo!

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Pido disculpas si tardo en publicar comentarios y en contestarlos. Este blog es muy importante para mí pero no lo único que hay en mi vida.
Gracias por comentar.